Los días pasaron con calma para Nayeon y Mina. Los ratos juntas, bromeando y riendo, amándose, hizo volar el tiempo, y tan solo dos meses después de lo ocurrido con Jung, Mina se encontraba recuperada casi en su totalidad. Poco a poco regresó a sus actividades, incluso al trabajo, dónde Jihyo la recibió con los brazos abiertos y contenta de que su mejor amiga volviera al trabajo y a retomar sus actividades.
Por supuesto, la noticia de que Mina, junto al equipo de Jihyo, habían recibido una buena remuneración por ganar el caso no se hizo esperar, trayendo esto más demanda para el equipo, quienes a pesar de tener mucho trabajo, mejoraban y crecían cómo profesionales.
Cuando la noticia de que Jung Haesol era culpable de todos los cargos y pagaría muchos años en prisión por sus crímenes, sintieron que todo había valido la pena.
En cuanto a Nayeon, en ese periodo de tiempo, decidió dar un pequeño paso e, impulsada por Mina y Tzuyu; y comenzó a llamar por teléfono a su madre.
Al principio fue complicado, pues no sabía que hacer o hablar, pero afortunadamente, Seah fue paciente y cariñosa, dejando que Nayeon se acoplará a su ritmo a sus conversaciones.Para Nayeon aquello fue sumamente gratificante, sentía que recuperaba un poco de sí misma, se sentía afortunada de tener el cariño de su madre de vuelta.
Sentía que poco a poco recuperaba lo que más amaba en la vida y por lo que lloró tantos años.Y por supuesto, no pudo faltar la visita incondicional de Tzuyu al hospital para ver a Chaeyoung, quien se sentía tan feliz de poder seguir viendo a su pequeña cada día.
Finalmente todo comenzaba a estar bien, el mundo volvía a girar...
.Aquella mañana, Nayeon recibió una llamada desde la oficina de Seungkwan, lo cual la tenía sumamente desconcertada.
Finalmente, después de una larga disputa interna de si debía o no debía asistir, Nayeon caminaba por los pasillos de Bonnon Inc. Siendo observada por uno que otro empleado, pues la chica parecía desconcertada y disgustada al estar ahí.
-Disculpe, busco a Boo Seungkwan- se dirigió a un guardia en una mesa, quien le prestó atención.
-¿Tiene cita?- preguntó desinteresado.
-No, el mismo me pidió que viniera, soy Im Nayeon- explicaba, a lo que el guardia pareció despertar más y levantarse de su asiento.
-¡Oh! Mil disculpas, señorita; el señor Boo me dijo que vendría- el hombre le señalaba un sitio para que lo siguiera. -Por aquí-
Nayeon camino siguiendo al hombre, cruzaron un pasillo y finalmente, se toparon con una puerta que decía "CEO" al final. Esa sería la oficina de Seungkwan.
El guardia tocó tres veces y abrió la puerta para Nayeon, quien tímidamente, ingresó con algo de curiosidad.
No imaginó una oficina tan sencilla, a decir verdad, no había imaginado el lugar tan pequeño, no era como si la empresa Bonnon lo fuera, pero tampoco era un imperio tan grande como lo pensó en un principio.
-Bienvenida Nayeon, pasa por favor- el chico la recibía con una gran sonrisa.
Nayeon caminó hasta el frente del escritorio, dónde Seungkwan le ofrecía una silla para que pudiera sentarse. Una vez en el lugar, se quedó mirando al chico, en busca de respuestas.
-Hola... Realmente me sorprendió tu llamada, y más la forma en que lloriqueaste para que aceptará venir aquí- eran las primeras palabras de Nayeon, cruzando sus piernas al sentarse.
-A decir verdad, también me sorprendió que accedieras a venir, me sentí como un triunfador cuando por fin diste el si- confesó el chico riendo, sacándole una tenue sonrisa a Nayeon.
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Quédate a su lado
RandomMina era su tesoro más grande, lo más valioso que tenía en la vida. La amaba demasiado como para imaginarla siquiera llorar su ausencia. Por ello, haría hasta lo imposible por llenar el vacío que dejaría su pronto adiós. Aún si aquello significara e...