Capítulo 32 "Perfecta"

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Su cabeza estaba llena de tantos pensamientos aquella tarde. Permanecía sentada en el cómodo asiento de una cafetería, moviendo incómoda y ansiosa uno de los cinturones del cabestrillo de su brazo herido. Miraba constantemente a diferentes direcciones, menos a la preocupada mujer sentada al frente de ella, pues la ponía sumamente nerviosa.

El constante silencio y mirada de su madre frente a ella la tenía sumamente mal, Nayeon no estaba segura del como es que su madre la había encontrado de nuevo, simplemente daba vueltas a miles de recuerdos y pensamientos; tenía tantas preguntas que no se animaba a hacerle, que simplemente no podía estar tranquila.

Para la mujer era una situación similar, pues al igual que Nayeon, ella también tenía tantas preguntas que hacer, ¿Se alimentaba bien? ¿Cuidaba adecuadamente de ella? ¿Vivía bien?
Sin duda, quería preguntarle todo aquello, pero, muy dentro de ella, se sentía hipócrita, una mala madre... No, para ella era un hecho que lo era, y ese hecho era el que le impedía preguntarle a Nayeon sobre como había estado estos años.

Nuevamente, Nayeon no estaba segura de cómo proceder, al principio, cuando vio a la mujer ahí frente al hospital, buscándola, deseaba con todo su ser gritarle que la dejara en paz y que se fuera, pero por otro lado, estaba curiosa e intrigada de la razón por la cual ella la buscaba... Y muy en el fondo, había una pequeña chispa de alegría.

Y tomando un respiro profundo, finalmente se animó a decir algo.

-Ya que, yo fui quien sugerio venir aquí, pi-pide lo que quieras, yo pagaré...- dijo primeramente, tratando de aligerar el tenso ambiente entre ambas.

La mujer simplemente asintió, pero no apartó su vista de su hija.

Nayeon nuevamente se sintió tensa al ver que la mujer no decía nada, simplemente estaba ahí, observandola.

No estaba de humor para juegos, ya tenía suficiente con el "post-estres" vivido por culpa de ese viejo rastrero de Jung, quien casi mata al amor de su vida. Necesitaba tranquilidad al menos unos días más, además que, seguramente, Jeongyeon no tardaría en comenzar a molestarla, llamando como loca por teléfono para saber dónde y como estaba y el por qué de su tardanza.

-¿Cómo me encontraste?- salió casi involuntariamente de sus labios, mirando por fin a la mayor, quien por primera vez, bajo un poco la mirada, soltando un suspiro.

-Vi las noticias, el CEO que intentó matar a una abogada y vi como te subían a una ambulancia... - comenzaba a decir la mujer mientras movía sus dedos con nerviosismo. -No importa que tu rostro estuviera censurado... Pude reconocer que eras tú. No pude evitar preocuparme- agregaba la mujer.

-¿Y como es que me encontraste solo por las noticias?- Nayeon parecía confundida.

-Las imágenes del hospital, afortunadamente pude reconocerlo- contestaba la mayor. -Vine varias veces, pero no pude dar contigo hasta hoy, realmente fue muy afortunado el haberme cruzado contigo- confesaba la mujer mientras sonreía tímidamente.

Nayeon no alcanzaba a comprenderlo, realmente estaba confundida ¿Por qué ahora? ¿Que hacía ella ahí y con que intensión la buscaba?

-Entiendo... Aunque francamente, no entiendo que es lo que haces buscándome. ¿Con qué fin lo haces?- preguntaba finalmente la castaña, estaba cansada de tantas vueltas.

La mujer mayor solo desvío la mirada, tratando de encontrar calmarse antes de responder la duda de su hija, esperaba encontrar las palabras más adecuadas para hacerlo, pues sabía que no estaba en posición de pedir absolutamente nada de Nayeon.

-Estaba preocupada... Aquel día, cuando te vi en el supermercado con esa hermosa niña, algo en mi interior no pudo quedarse quieto, sentí la necesidad de verte- la mujer comenzaba a hablar. -Tantas dudas crecieron en mi, el como estarías y si vivías bien, el quien era esa niña- seguía sincerandose.

Quédate a su ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora