Aquella noche, ambas adultas estaban una a la par de la otra, bebiendo una taza de café mientras observaban a Tzuyu jugar en el jardín con aquel ruidoso cachorro de pomerania al que habían llamado Kokeeu.
Nayeon estaba feliz de ver llegar a Mina y aunque ella las recibió con una sonrisa, era claro para ella que había ocurrido algo con lo que Mina no se sentía bien. Nayeon lo sabía, no hacía falta preguntárselo a la japonesa porque conocía cada parte de ella, sus expresiones, lo que sus ojos ocultaban, Nayeon sabía leer a la pelinegra tan bien.
-Sabía que Tzuyu estaría muy feliz por el cachorro- rompía con el breve silencio Mina para después beber un poco de su taza. - ¿Te dió problemas?- preguntó, a lo que Nayeon simplemente suspiró mientras soltaba una sonrisa.
-No muchos, dijo que va a soportarme por ti, así que me siento tranquila al respecto- Nayeon sonreía a la par de Mina. -Creo que llegaré completa a fin de mes-
-Quien sabe, recientemente comenzó a practicar tiro con arco- Mina rio al ver la expresión de la coreana ante esa declaración.
-En ese caso, dejaré a mi hijo a tu custodia- continuo bromeando, refiriéndose al pequeño Kokeeu como su supuesto hijo.
Mina en lugar de una respuesta simplemente comenzó a reír mientras bebía otro pequeño sorbo de su café. Nayeon se animó a mirar de reojo a la japonesa, notando nuevamente esa mirada que le hacía saber que algo no andaba bien con la japonesa.
-¿Y cómo fue tu día de trabajo? ¿Día pesado?- pregunto a la menor quien simplemente suspiró en respuesta. Lo sabía, sabía que Mina estaba inquieta por algo. -No se mucho de leyes y esas cosas, pero si necesitas hablar algo, sabes que puedes hacerlo, yo siempre te escucharé- trataba de animar a la pelinegra a que hablara, pues, sabía que a veces Mina podía ser muy hermética.
Mina simplemente suspiró de nuevo y dejo su taza de café sobre la barra de la cocina, mirando detenidamente a su ama hija corriendo por el jardín junto al cachorro. Después simplemente inclino su cabeza a un lado, logrando así descansaría sobre el hombro de Nayeon, quien se sobresaltó un breve momento, pero que, entendiendo el posible lío que Mina tenía por dentro; simplemente le permitió descansar su cabeza.
-Si puedo ayudarte de alguna forma, sabes que lo haré sin dudar- reiteraba la coreana, esto en busca de que Mina se sintiera respaldada.
Mina solo permaneció así en silencio, tratando de relajar el pequeño embrollo en su interior y por supuesto, armandose de valor para mencionarle a Nayeon su pronto encuentro con su nuevo cliente, alguien que había hecho estragos terribles en el pasado entre ambas.
-Hoy fue algo... Sorpresivo. Llegué a la estación y había un caos total ahí- Mina comenzaba a decir, logrando captar la atención de Nayeon inmediatamente.
-Vi las noticias, el CEO de Sunrise en problemas legales- Nayeon decía, pues si bien alcanzó a escuchar los noticieros, estaba más concentrada en la cocina haciendo aquellos cupcakes para Mina y Tzuyu.
-Así que ya salió en las noticias... Entiendo, la cosa es que el delegado encargó el caso a Jihyo personalmente- informaba Mina mientras se acurrucaba un poco más en el hombro de la castaña. -Yo simplemente no podía dejarla sola en eso- aclaró.
Nayeon supo entonces que Mina estaba siendo parte de ese caso, lo cual la hacía comprender el porque de la expresión cansada de la pelinegra.
-Estoy segura que harás un buen trabajo, siempre haz sido increíblemente inteligente, así que estoy segura que Jihyo tiene a la mejor apoyándola en esto- Nayeon declaraba aquello, esperando darle ánimos a la japonesa al respecto, pudo apreciar una tenue sonrisa de Mina, quien aún estaba recargada en su hombro.
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Quédate a su lado
RandomMina era su tesoro más grande, lo más valioso que tenía en la vida. La amaba demasiado como para imaginarla siquiera llorar su ausencia. Por ello, haría hasta lo imposible por llenar el vacío que dejaría su pronto adiós. Aún si aquello significara e...