Mariposas # HawkSilver

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"Creo en ti, falta que tú lo hagas"

Clint recordó su promesa y disparó.

........

Clint Barton era un joven talentoso, hijo único de una pareja trabajadora que lo amaba demasiado y se esforzaba por hacerlo la mejor versión de él.

Lo metieron a buenas escuelas buscando la forma de explotar su potencial, y eso también conllevó actividades extra, como lo fueron las clases de ajedrez, pero era algo de mucha quietud para un pequeño tan activo, entonces cambiaron por clases de arquería. Y desde entonces se volvió la pieza motor de su vida, o eso creían sus padres.

Era feliz haciéndolo, dedicaba todo su día en entrenamientos, concursos, demostraciones, exposiciones, mantenimiento de su arco, y a veces implementaba mejoras a sus flechas.

Una vez que terminó la escuela media, fue lo único que tenía y se sentía incompleto.


Sentía que conducía por una carretera, mirando lo mismo en todas direcciones, sabía a dónde iba y no estaba seguro de querer llegar, porque habría perdido la oportunidad de tomar otros caminos.

Quería más, quería amigos, experiencias, quería hacer de su tiempo un papalote, distraer su mente de blancos y dianas; quería ir por otros caminos para estar seguro que iba por el correcto.

Le pidió a sus padres que le dejaran trabajar, fue lo primero que se le ocurrió para poder salir de casa y fuera de su vigilancia, algo pequeño les dijo, sus padres no estaban seguros de su petición ya que querían que calificara para las nacionales y los olímpicos,él también lo quería pero esa era otra cuestión. Rogó por días hasta que aceptaron.


El rubio revoltoso encontró un puesto en la heladería Baskin Robbins, estaba muy emocionado con el uniforme y sus compañeros desde el primer día. Había un chico, se llamaba Scott, era tan divertido como carismático, solía hacerles bromas o trucos de magia que a veces salían de control y terminaba ayudandole a arreglarlo.

También estaba Wanda, era una linda chica pelirroja, era la mezcla perfecta entre atenta y amable con una cucharada de enojo contenido, que gustaba de platicarle todo lo que pasaba en su caótica vida.

Le contaba de sus sueños, sus planes, los lugares a los que quería viajar, sus chistes bobos pero muy graciosos, sus problemas (por más pequeños que quisiera hacerlos ver), sus pensamientos más arriesgados. Solía disculparse después por ser tan atrevida, lo que Clint no consideraba de esa forma, él creía que ella era grandiosa por hacerlo.

Hablaba de sus padres y su amor tan dramático; un día se peleaban y su padre se marchaba, al otro regresaba pidiendo disculpas espectacularmente y su otro padre le aceptaba de vuelta.

Le fue ajeno que tuviera dos padres, era más extraño que tuviera un hermano gemelo no idéntico.

Escucharla hablar tan abiertamente se sentía bien y comenzó a pensar que ese era el camino correcto.


Un día, Clint llegó tarde al trabajo después de un entrenamiento.

—Hola Wanda

—Llegas tarde, te están esperando— la pelirroja traía cara de pocos amigos, Clint la dejó para mirar a los clientes, en una mesa había dos chicas con bonitas faldas, no dejaban de mirarle mientras se cuchicheaban, luego se levantaron de la mesa y caminaron hacia él

31 días Multishipper MCUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora