—Se cuidan mucho —la mujer que ahora sería mi madre nos dio un beso en la cabeza a cada uno de sus hijos—. Si necesitan algo volveremos cuanto antes ¿Si?
Ambos asentimos, los Seo se irían a un viaje a Estados Unidos, todo por trabajo, pues debían mejorar algunos proyectos.
—¿Nos vamos, querida? —dijo al hombre bajando las escaleras con un traje excelentemente planchado, color azul oscuro, que hacía contraste con sus ojos marrones casi negros, había que admitirlo, este hombre es guapo.
La señora Seo soltó un suspiro y se acercaron juntos a la puerta.
—Los amamos, volvemos en tres semanas —nos dio su sonrisa cálida una vez más, no parecía una mujer tan horrible, era amable, y me trataba bien, tal vez la pueda querer, pero no tanto como a una madre.
Le devolví la sonrisa y eso la lleno de alegría, su cara se iluminó, me sentí feliz por eso. Sin agregar nada más, la puerta fue cerró dejándonos solos a mi y a mi hermanastro en una casa tan grande.
El chico se alejó de mi y volver a verlo pude ver como sacaba su teléfono del bolsillo y marcaba un número con sus ágiles dedos, se lo colocó en la oreja y comenzó a hablar.
—Hola... Sí, trae el alcohol, los espero en una hora.
¿Alcohol? ¿Iba a hacer una fiesta? Mierda, no, no tenía ganas de ver a personas tomando y saltando sudorosas mientras la música está a todo volumen y te deja sordo lentamente.
•◇◆◇•
Mis quejas fueron en vano ya que a la hora estaba la Sala repleta de gente, la cocina con pequeños grupos de personas jugando a juegos que obviamente requerían alcohol y pelotitas de ping pong.
Intentaba quedarme en mi cuarto el mayor tiempo posible, pero me era imposible hasta mirar la televisión por la mezcla de música y gemidos que se escuchaba en la habitación de al lado, decidí mejor salir y bajar las escaleras para poder apagar ese pesado ritmo repetitivo que lo único que hacia era colmarme la paciencia.
Me escabullí entre la multitud hasta que dar frente al parlante que hacia sonar la música al cien, seguí su cable hasta el final y lo tomé entre mis manos, pero cuando por fin iba a desenchufarlo, unas manos rodearon mi cintura y me apartaron del aparato, me hicieron voltear y un olor a alcohol me invadió las fosas nasales que casi me deja sin olfato.
—¡Hola encanto! —exclamó un chico alto y rubio—. ¡¿Estás solo?!
Aparecieron dos chicos más, entre ellos a uno lo conocía.
—Jaehyun —miré al chico de voz conocida encontrándome con los ojos que había visto diariamente, de un color café oscuro—. Éste es un aguafiestas, déjalo solo —dijo Changbin, que de vez en cuando se le patinaba la lengua, se notaba que había tomado algunas copas.
—No soy un aguafiestas, otra cosa muy distinta es que no quiera ir a una fiesta —me intenté defender, pero el decir mi última palabra, me di cuenta de que solo me estaba llamando aguafiestas a mi mismo.
Sus amigos soltaron una risa exagerada.
—¿Quieres venir a jugar un juego arriba? —me miró el tercer chico que hasta ahora no había dicho ni una palabra.
—No va a querer venir, ya les dije que es un aguafies...
—Iré —interrumpí a Changbin antes de que pudiera acabar su oración, sabía que me iba a meter en problemas.
•Lamento la tardanza ✨💛
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La rosa en el jardín
Fanfiction"Tan frágil y delicado como una rosa" Eso le decía su madre todos los días antes de morir. Tras quedarse completamente solo, Felix tuvo que lidiar con muchas cosas siendo tan solo un niño de catorce años. La edad donde debía salir con amigos y dedic...