El trato por ganar tu corazón (Vaggie X Alastor).

Consecuencias

Narra Alastor:

No sé cuánto tiempo pasó pero solo sé que sin importar que hiciera ella no iba a abrirme, no me conforme con eso pero tenía que preparar la cena, en la cuál no estuvieron ni Charlie ni Vaggie.

Á: Oye sonrisas, ¿Hiciste algo para enojarlas o solo están en sus días? Jajaja.

Le lancé un cuchillo que paso a 1 centímetro de su cabeza para clavarse en la pared detrás de él.

Á: ¡AAH!.

A: No estoy de humor.

Á: Cla-cla-claro, lo siento.

La cena prosiguió aunque yo no tuve apetito y simplemente me fui a mi habitación.

A: Ahhh esto es un ascó.

Las horas pasaron y no podía dormír pesé al cansancio, solo me sentaba en mi cama o caminaba en círculos en mi cuarto.

A: Que molestia.

Me arte de estar por horas sin dormir por el estrés.

A: (Iré por algo de agua, quizás eso me calme).

Salí de mi cuarto en completó silenció para que nadie me molestará, aunque todos estaban dormidos como troncos.

A: (Quizás mañana pueda hablar con ella y arreglar las cosas).

Me detuve en las escaleras solo con esa idea.

A: Je... Jeje como si hubiera algo que pudiera hacer para excusarme, soy un imbécil.

Seguí mi caminó y casi llegaba a la cocina pero sentí un aroma bastante familiar dentro.

A: (¿Vaggie?).

Me asomé por el marco de la puerta y la vi de espaldas, tenía las ropas que yo le di y estaba sacando un rollo de servilletas de la alacena.

A: (¡Ahora o nunca!).

Entré en la cosina y me mantuve a un metro de ella.

A: Vaggie, querida ¿Podemos hablar?.

V:...

No me respondía, solo tomaba las servilletas y guardaba otras cosas.

A: Emm ¿Querida?.

Nada, sin respuesta, se quedó quieta mirándo a la pared.

A: ¿Podrías mirarme?.

Me acerqué para tomar su hombro, estaba a punto de hacerlo.

V: ¿Qué quieres?.

Su voz estaba muy apagada, no había sentimientos en su voz.

A: De-debamos hablar.

V: Solo quiero dormir.

A: Dormirás luego, tengo que hablarte de lo que Charlie te dijo.

V: Oh, eso, no hay nada de qué hablar.

A: ¡¿Como que no hay nada de qué hablar?! ¡Claro que lo hay!.

Sin darme cuenta me altere, supongo que esperaba los insultos más grandes de la vida pero esa calma y silencio solo me calaban en el alma.

A: Pe-perdon por alzar la voz.

V: No importa, solo vete.

Sus manos que estaban en la mesa se hicieron puños.

A: Tengo que decirte que-.

V: Me usaste, lo sé, ¿Ya te puedes ir?.

A: Pe-pero-.