꧁ᴥ︎︎︎𝑻𝒓𝒆𝒔ᴥ︎︎︎꧂

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Molestarse entre ellos por pequeñas cosas era su afición, una ridícula pero necesaria pelea entre hermanos era la manera más cercana a "divertirse" que tenían. Lastimosamente este no era el momento indicado para sus escenas, su madre les había pedido encarecidamente el no hacer ruido y mucho menos despertar a su hermanito . 

Se habían olvidado completamente de su presencia y no sólo ignoraron la advertencia de su madre sino que lograron despertar al bebé haciendo que su llanto resonara en la habitación. El ruido era tedioso pero que podían hacer, ellos lo habían causado.

Atsumu iba a salir corriendo en busca de su progenitora tal y como ella se lo había indicado para la ocasión. Pero Osamu se lo impidió, creía que ellos mismos podrían calmar al bebé evitando así futuros regaños de parte de sus padres.

Osamu se acercó al niño extendiendo sus brazos para levantarlo, había recordado como una de sus primas calmaba el llanto de su hijo balanceándolo en sus brazos.
Atsumu lo detuvo con inseguridad, que tal si el niño lloraba con más ganas atrayendo la atención de los mayores, esa sería su perdición.

—Suéltame Atsumu— dijo al tope, tal vez sólo tenía siete años y era un niño más pero de igual manera odiaba el ruido ocasionado por otros infantes.

—¿Y qué tal si lo que intentas hacer no logra calmarlo? Es mejor que traigamos a un adulto.

—Cállate se lo que hago— se soltó del agarre tomando al pequeño ser que quebrantaba su paz. Procedió a acunarlo en sus brazos balanceándolo suavemente mientras caminaba por la habitación.

—Oh! Está funcionando!— dijo alegre por oír que el llanto disminuía, quedando algunos que otros sollozos.

—Ves yo sé lo que hago— le dedicó una sonrisa triunfal.
Miró el rostro del pequeño ser que trataba de tranquilizarse y por fin pudo verlo.

—Hey Tsumu acercate— llamó a su hermano que estaba jugando con los peluches del recién nacido.

—¿Mmh, para qué? Si ya dejó de llorar— respondió entretenido por la variedad de juguetes que había en el lugar.

—Bien! mejor para mi— agregó con dicha —Seré el único en presenciar este maravilloso momento único en la historia— recitó logrando captar la atención de su gemelo.

—Ah espera ¿Qué es, qué es?— se acercó con impaciencia.

—Mira, ¿lo ves?— acercó sus brazos a su hermano mostrando el rostro del niño.

—S-Samu él me está m-mirando— encantado por los ojos color avellana que poseía el infante, que abiertos y con rastros de lágrimas lo observaban.

—Nos está mirando— agregó. El rostro de su pequeño hermano estaba un poco enrojecido por haber llorado, pero sus grandes ojos cristalinos parecían brillar captando su interés.

—Que dices! Su mirada está fija en mí... No lo culpo, yo también quedaría encantado con tremendo monumento—  alardeo con altivez.

—Pff patrañas, al parecer olvidaste que al primero que vio fue a mí... Además eso lo calmó, y si te viera a ti comenzaría a llorar nuevamente— dijo rompiendo las ilusiones de su doble.

—Tch tú pedazo de...

Y así nuevamente comenzaron una discusión sin retorno, con una ida y vueltas de argumentos sobre a quien el bebé estaba viendo. Todo esto bajo la atención del pequeño quien observaba a ambos tratando de descifrar quienes eran.

𒆜Dᴇsᴛɪɴᴏ ᴅᴇ Tʀᴇs𒆜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora