꧁ᴥ︎︎︎𝑺𝒆𝒊𝒔ᴥ︎︎︎꧂

1.2K 179 7
                                    

Se levantó de su cómoda cama estirando sus piernas y brazos, algo que nunca cambiaría eran sus hábitos al dormir. Cualquiera que lo viera en ese estado pensaría que hacía yoga aunque no negaría la flexibilidad de la que su cuerpo gozaba. Era algo que no quisiera mostrar a cualquiera al igual que esa revoltosa cabellera suya al despertar.

Fue directo al baño a tomarse una ducha y cepillar sus dientes. Hoy sería su primer día en la preparatoria a la que asistieron sus hermanos. Ya habían sido casi cinco años en las que sus queridos Atsu-ni y Osa-ni se habían ido al extranjero.
Siempre mantenían el contacto a través de videollamadas y mensajes pero no era lo mismo que tenerlos cerca.

No desde que se despertó como omega, sentía un fuerte lazo con los gemelos uno mucho más fuerte que el que tenía hacia sus padres. En su momento no entendía realmente lo que era y ahora que había crecido, sospechaba de ello pero se negaba a aceptarlo. Ellos eran hermanos!.

Salió del baño con una toalla envuelta en la cintura y otra en la cabeza dejando a la vista su pálida piel, sus proporciones no eran ni muy grandes ni muy pequeñas, se consideraba normal siendo un omega masculino en crecimiento. Sus facciones se habían definido pero aún conservaba esa cara de niño según él.

Miró la hora que marcaba su celular y.. joder! Llegaría tarde en su primer día. Rápidamente comenzó a vestirse con el uniforme designado. Una camisa blanca de mangas cortas acompañado por una corbata roja junto a pantalones negros y zapatillas negras de plataformas blancas. No tendría tiempo de desayunar ni de secar su cabello.

Agarró su bolso preparado la noche anterior y bajó casi corriendo las escaleras que dirigían a la sala, encontrándose con sus padres quienes leían el periódico. Los saludó exaltado esperando a que no le regañaran por tardar tanto en el baño.

—Shoyo ¿No vas a desayunar?— dijo suavemente su madre bajando la taza de café a la mesa. El mencionado paró en seco, sabía que ese tono dulce en la mañana solo significaba una próxima reprimenda por saltarse según ella "la comida principal del día".

—A-ah voy tarde así que me llevaré esto y lo comeré por el camino— tomo unas tostadas con mermelada que había sobre la mesita de sala.

—Tu cabello sigue mojado, te podrías resfriar— agregó su padre.

—Tranquilo se secara por el camino... Bueno adiós, los quiero~— se despidió, tomando su bicicleta aparcada en el jardín.

Si bien la preparatoria quedaba a unos quince minutos caminando, el podía llegar en menos de cinco si se lo proponía. Además no quería que el chófer de la familia lo llevara, llamar la atención por su procedencia familiar no era de su agrado.

—Ara se me olvidó decirle— dijo mientras leía el mensaje que le había llegado.

—Recuerda que ellos dijeron que sería una sorpresa para Shōyo— habló el hombre cambiando la página a la sección de deportes.

—Ya me imagino la cara que pondrá al verlos de nuevo— contenta por la futura reunión de sus retoños.

Apenas aparco su bicicleta en el estacionamiento de la preparatoria el timbre sonó estruendosamente marcando el inicio escolar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Apenas aparco su bicicleta en el estacionamiento de la preparatoria el timbre sonó estruendosamente marcando el inicio escolar. Ahora debía encontrar la sala de conferencias dónde el director daría la bienvenida a los nuevos ingresantes. Para colmo su día no podía empeorar, fueron pocas las veces que vino al lugar en compañía de sus hermanos.

Estos no querían llevarlo a lugares donde habían muchas personas, hasta pereciera que su intención era mantenerlo oculto de los ojos de los demás.
Y si su memoria no le fallaba el auditorío estaba cerca del estacionamiento. Corrió como si no hubiera un mañana encontrado una gran puerta donde varios grupos de estudiantes hacían fila. Para su suerte aún no había comenzado.

Se agachó unos segundos para dejar que el aire fluyera a sus pulmones y alzó la vista en busca de algún conocido. A lo lejos divisó a un peliverde agitando sus manos llamándolo para que se acercara.

A paso moderado se hizo camino entre la multitud, evitando algunas que otras miradas y comentarios subidos de tono de parte de estudiantes mayores. Llegó dónde su amigo pecoso se encontraba y como si fuera habitual, estaba acompañado de un rubio y un azabache de ceño fruncido.

—Tarde como siempre boke! Te llevo la delantera— habló el azabache.

—Se dice buen día bakeyama— sacó su lengua en señal de burla.

Un suspiro salió del rubio y el peliverde ya acostumbrados a los roces en palabras de ambos idiotas.

—Miya-kun de nuevo te levantaste tarde no es así— los cuatro tenían la misma edad pero era siempre el pecoso el que actuaba como una madre entre ellos.

—Ya te dije varias veces que me llamaras por mí nombre, Yams, y hoy me desperté temprano pero se me pasó la hora en la ducha— recordó que siempre que entraba a bañarse ponía unas buenas rolas en Spotify para entrar en onda.

—Apuesto a que te quedaste atorado en el inodoro— habló sarcástico el de lentes.

—O tal vez te caíste en la bañera— rió a carcajadas.

—Tch ustedes dos solo congenian para llevarme la contra.. Yams diles algo!— lloriqueó.

Tsukishima, Yamaguchi y Kageyama eran sus amigos desde la secundaria. El azabache era un alfa, el pecoso un beta y el rubio resultó sorprendentemente ser un omega rompiendo con los estereotipos que Shōyo tenía en su mente.

Para su suerte los cuatro estaban en la misma clase, aunque no le era difícil hacer nuevas amistades a donde sea que vaya gracias a su actitud alegre y personalidad extrovertida, nunca estaría demás estar con amigos en un lugar desconocido.

𒆜Dᴇsᴛɪɴᴏ ᴅᴇ Tʀᴇs𒆜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora