La vida de Angelina ha dado un giro dramático luego de enterarse de que fue víctima del engaño por parte de Caden Greenwood, que se ha casado con Miriam Hamilton, rompiendo con la promesa que le había hecho. Hundida en la decepción, Angelina pront...
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Una vez más las lágrimas acompañaban a Angelina, las rosas azules e invernales continuaban apareciendo debajo de su ventana, Caden se las dejaba ahí como recordatorio de su amor, un amor que la lastimaba.
—Si me amabas, ¿Por qué no luchaste por mí? –hablaba consigo misma. Mientras contemplaba la rosa azul sintió tanta tristeza y rabia que ni siquiera el reencuentro con Branimir y la felicidad de su madre lograron arrancar por completo el ahogo que experimentaba. Esa asfixia que llegaba de repente sin ser invitada y la consumía llenándola de desespero y dolor turbador, había momentos en que sentía que perdería la cordura, entonces volvía al trabajo para olvidar su pena, ¡Caden Greenwood no se merecía ni una sola de sus lágrimas!... Angelina decidió en ese instante matar sus sentimientos hacia él, entonces las imágenes de su boda con Miriam Hamilton la volvió a destrozar, Caden le había arrancado el orgullo, su engaño la devolvió a la realidad, una realidad de la cual no debió haber salido jamás. Angelina agradeció profundamente que su amiga Vanessa la sacara de sus pensamientos fatalistas.
—No me gusta verte así –le había dicho –¡Vamos!, seca esas lágrimas, si Clara te ve llorando por ese canalla se va a volver a molestar, y está tan feliz que sería un pecado ver borrada esa sonrisa de sus labios, dime Angelina ¿Vale la pena que tu madre deje de sonreír por culpa de un desgraciado que te engaño?
—Tienes razón Vanessa, Caden no merece que por su causa mi mamá se moleste. ¿Qué te parece si salimos a dar un paseo?
—¡Te iba a proponer lo mismo! El día está tan hermoso y tu madre hoy me ha dejado descansar, el traje que está creando la tiene completamente poseída.
—¿Quién es la cliente misteriosa?
— Angelina, no lo sé y ya sabes que a tu madre no se le puede preguntar nada.
—¿Qué tal está quedando ese misterioso vestido?
—¡Hermoso! Clara será un éxito, sé que cuando la dama que lo mando a hacer lo use dejará en alto el nombre de tu madre y tendremos más prestigios.
—Mi mamá no ha querido que yo lo vea –declaró con extrañeza Angelina.
—Creo que no deja que lo veas por lo sucedido con el traje de novia que te confeccionó, piensa que te traería recuerdos.
—Eso no tiene nada que ver –dijo de mala gana Angelina.
—Lo único que sé del misterio del "vestido dorado", es que es para el baile que dará el duque de St Moritz.
—¿Está en Londres? –preguntó Angelina sin prestar mucha importancia.
—Por lo que se escucha en las calles ya se encuentra aquí en Londres.
—Me imagino el revuelo de todas esas arpías aristócratas, lamiéndole las botas a ese duque, si es soltero no dudes de que Alyssa será la primera en estar en ese baile.
