¥EL DOLOR VA SURCANDO NUEVOS CAMINOS¥

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    El deseo ferviente de desaparecer que Míriam experimentaba era profundo, su madre al ver el rostro de su hija no pudo evitar preocuparse, la detalló y notó que había adelgazado

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El deseo ferviente de desaparecer que Míriam experimentaba era profundo, su madre al ver el rostro de su hija no pudo evitar preocuparse, la detalló y notó que había adelgazado.

   —Miriam, querida ¿Por qué tu esposo no ha venido contigo? Habíamos planeado una cena para ustedes –Míriam no contestó a su madre de inmediato, estaba absorta hundida en su mundo de dolor y decepción.

   —¿Crees que estuvo bien que me casara con Caden sin que me amara? ¿Fue mi soberbia mi mayor verdugo? –inquirió repentinamente sin mirar a su madre, la mujer al ver como Miriam comenzaba a quebrarse se le acercó rápidamente.

   —¡Caden está viendo nuevamente a esa mujer!—exclamó la mujer, dejando brotar su impresión.

   —No, madre, pero su fantasma sigue viviendo entre nosotros dos –. El llanto de Míriam se hizo más excesivo. –Dime madre, ¿cómo puedo recuperar algo que nunca fue mío? ¡No sabes cómo me arrepiento de haber sido tan obstinada y caprichosa, debí haberme alejado!... Oh Dios mío, que tarde me doy cuenta, él me lo advirtió mamá ¡Caden jamás me mintió!

   —No cariño, no digas eso, cálmate —seguidamente, la dama tomó de la mano a su primogénita y la besó en la frente. —Sé que te sonara gastado lo que te diré, pero la experiencia me ha enseñado que muchas veces el amor llega con la convivencia, y tú eres una joven tan hermosa que no me cabe la menor duda que podrás derrotar el fantasma de esa maldita mujer –Míriam observó a su mamá y agradeció sus palabras, aun así, no le calentaron el alma, ella no sabía quién era su yerno.

   —Madre, deseo pasar aquí la noche.

   —Lo siento Miriam, pero no puedo permitirlo –Míriam abrió los ojos de sorpresa. –No pongas esa cara, lo hago por tu bien; aunque estés pasando por una mala racha en tu matrimonio, no es correcto que no duermas en la casa de tu marido, tu lugar ahora es junto a él.

   —Mamá no es en cualquier casa, ¡es la tuya! –la voz de la mujer era desesperada.

   —Así sea la mía, tu deber es estar en tu casa. Míriam vas a tener que ser más madura y levantar el rostro, hija, tu dolor debes dejarlo para ti, no camines cabizbaja ¡Que los demás no se deleiten con tu dolor! –Míriam no replicó a las palabras finales de su madre, se levantó del sofá, le dio un beso en la mejilla, caminó hacia el vestíbulo tomó su abrigo y fue directo a subirse al carruaje. Su madre la acompaño hasta que lo ocupo, al cerrar la puerta del carruaje le tomó la mano y manifestó:

   —Debes ser fuerte Miriam, ya verás que cuando quedes embarazada Caden cambiara y olvidara a esa mujer –Míriam no dijo nada, pensó que su mamá a pesar de haberle dicho que los años le habían dado experiencia, estaba muy lejos de eso. La mujer que la había traído al mundo no sabía nada de la vida, solamente fue una niña rica más que casaron con un hombre poderoso; tarde Miriam lo comprendió y tarde anhelo regresar el tiempo.

Angelina "Amar o Morir" LIBRO II  (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora