La vida de Angelina ha dado un giro dramático luego de enterarse de que fue víctima del engaño por parte de Caden Greenwood, que se ha casado con Miriam Hamilton, rompiendo con la promesa que le había hecho. Hundida en la decepción, Angelina pront...
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Alyssa se encontraba dubitativa contemplando las llamas de un fósforo que había encendido, observaba como lentamente el fuego consumía el fósforo, dejó que se carbonizara hasta que el fuego tocó su delicado dedo, solo en ese instante soltó el fósforo consumido para encender otro.
—Alyssa –llamó Miriam al llegar a la puerta cerrada de la biblioteca de la casa de sus suegros.
—Di la orden estricta de que nadie me molestara, y eso te incluye a ti... No estoy de humor para oír tus quejas de mujer frustrada; así que te recomiendo que te vayas porque no voy a abrir, no pienso perder mi tiempo contigo –Miriam se sintió herida, al oír las palabras de su cuñada, quedó en silencio y respiró hondo, luego de haberse llenado de valor volvió a intentarlo.
—Es necesario que hablemos, se trata de la duquesa –esta vez las palabras de Miriam dieron resultado. Alyssa se levantó y fue a abrir. Miriam al verla no pudo evitar sorprenderse, Alyssa se veía demacrada.
—Espero que valga la pena –dijo secamente.
—Solamente deseaba contarte que la duquesa también me mandó una invitación –Alyssa sonrío con malicia.
—Me imagino el por qué. Cierra la puerta al entrar –Miriam lo hizo y contempló el piso, donde yacían varios cerillos carbonizados, Miriam recordó lo que Alyssa insinúo, la mujer notó la mirada de Miriam y supo rápidamente que había recordado lo que prometió la tarde que hablaron sobre quemar el negocio de Clara.
—Ese pensamiento aún me ronda por la cabeza... De solo imaginarlo me llena de un profundo placer.
—¡Eso sería una locura, podrían meterte presa! –Alyssa sonrío.
—Todo es posible cuando el deseo que empuja es fuerte, y ese sentimiento en mí es el que más me sobra. No te imaginas cuál fuerte es mi deseo por acabar con Angelina.
—Me das miedo Alyssa –declaró Miriam sin pensar; en ese instante su cuñada manifestaba la misma mirada que su hermano Caden dejaba ver cuando algo sumamente oscuro pasaba por su cabeza.
—No me hagas perder más el tiempo y confirma mis sospechas. ¿Emilia hizo que fueras a su encuentro para decirte en la cara que reflexiona apoyar a mi hermano para que vuelva con Angelina? –Los ojos de Miriam se abrieron como platos de la impresión.
—¡Cómo lo sabes!
—Por qué esa desgraciada me pidió algo similar, primero me humilló y luego me dijo sus deseos, y el deseo es que su sobrina sea la esposa de Michael, y también me restregó que el ama a la mal nacida de Angelina.
—Es así Alyssa, a mí también me lo confirmó.
—¡Esa bastarda me las va a pagar! Yo no voy a quedarme con esta humillación, esa maldita de Angelina no será la mujer del duque de St Moritz. ¡Cada humillación no quedará impune! Cada susurró de la gente en la calle... Cada afirmación expresada por la boca de las familias que frecuenta nuestro círculo social, restregándome que el duque de St Moritz y mi propio hermano mueren de amor por una mujer sin títulos. ¡Un don nadie sin dotes, hija de una costurera, me está enloqueciendo!, pero yo no soy cualquier mujer sumisa de esta maldita sociedad regida por hombre, de aquí no me retiro sin dar la pelea...
—Desearía tener tu seguridad..., tengo miedo Alyssa, la duquesa no es cualquier persona y si ayuda a Caden a reunirse con esa mujer yo me muero... ¡Dios no lo permitas!
—¡No seas tan frágil! Llorando no lograrás nada, yo en este momento me siento vencida, pero no he perdido la batalla y yo voy a arrancar piernas y brazos en esta guerra, de mi parte queda que esa desgraciada mujer no sonría nunca más... Y en este instante Miriam te reiteró que te aprecio, aun así, en esta guerra que se avecina contra Angelina debo advertirte que no me importara a quien me lleve por delante.
—¿Es advertencia va conmigo?
—Si, también va contigo. Ahora te suplico, me dejes sola, debo poner mis ideas en orden. –Miriam quedó sin habla al oír las últimas palabras de su cuñada, supo inmediatamente que en un momento de cólera Alyssa era muy capaz de ayudar a Caden para que volviera con Angelina, todo por alejarla del duque de St Moritz.
—Ya me marcho, pero antes déjame decirte estás últimas palabras: Me has dejado muy claro que tu deseo es luchar suciamente, valiéndote de cualquier artimaña que pudiera perjudicar aún más mi matrimonio con tu hermano; sin embargo, te recuerdo que así lograses que Angelina se fuera con Caden, mi dolor sería en vano, Michael Davenport no te ama, ni te amara jamás; más posibilidad tiene Ariana que tú, aunque poseas esa belleza de muñeca de porcelana, ¡el duque no querrá nada contigo! –el rostro de Alyssa se crispó de tal manera que fue sobre su cuñada para abofetearla, pero Miriam atrapó su mano.
—¡Ni te atrevas Alyssa! Ya bastantes humillaciones he recibido de tu hermano, no voy a permitir que tú te le sumes –Miriam soltó la mano de Alyssa y salió con pasos apresurados de la biblioteca.
Miriam sin darse cuenta había corrido hasta el carruaje, con el dorso de la mano derecha limpiaba las lágrimas que se habían derramado; en el instante, donde sentía que estaba en la cúspide de su dolor, entendió y comprendió que la mujer que creía su amiga y hermana era malvada; por más rostros de amabilidad y gestos elocuentes cuyos propósitos era el de envolverla lo que ocultaba era un vil lobo, Alyssa Greenwood era una mujer hipócrita, mala y egoísta que no le importaba llevarse por delante a quien fuera para lograr sus propósitos.
Miriam se detuvo en la puerta del carruaje y colocó una de sus manos sobre su corazón que latía con fuerza y rápidamente.
—Te quería Alyssa, esperaba la traición de todos menos de ti...—Se dijo a sí misma entre palabras cortadas. —Me tratabas con cariño porque te importaba mi fortuna, ¡los Greenwood solo deseaban mi dinero!... únicamente el monstruo que tengo de marido es inocente de esa culpa, me case con un demonio que me advirtió del averno en el cual me estaba metiendo y todo por mi soberbia... Dios mío como me arrepiento, pero ya es muy tarde para lamentos, quizás siempre supe que Alyssa era así, aun de esta manera, yo no lo quería ver. —Las palabras de Miriam se acallaron cuando el cochero le preguntó si se sentía bien.
—Si —respondió ella en un hilo de voz —por favor sácame de inmediato de esta jauría de lobos.
—Como usted ordene.
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Nota del Autor: Como lo dice Alyssa Greenwood: VIENE FUEGO... Disfruten el capítulo.🥰🥰
