¥DESPERTARES¥

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Caden

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Caden.

Estar hundido en la inconsciencia, invadió a Caden Greenwood de la paz que hacía ya mucho no sentía; el joven médico no quería salir de aquel mundo paralelo que le proporcionaba estabilidad, la absenta había logrado su primer deseo, lamentablemente nada dura para siempre y lo bueno no era la excepción.

"Después del primer vaso, uno ve las cosas como le gustaría que fuesen. Después del segundo, uno ve las cosas que no existen. Finalmente, uno acaba viendo las cosas tal y como son, y eso es lo más horrible que te puede ocurrir". —La frase grabada en su subconsciente se repetía una y otra vez, ahora le tocaba enfrentar la tercera fase de la absenta: "Finalmente, uno acaba viendo las cosas tal y como son, y eso es lo más horrible que te puede ocurrir" —para desgracia de Caden Greenwood, eso precisamente fue lo que le sucedió, él estaba a punto de ver la realidad y lo que observó no le gusto en lo absoluto.

Caden estaba tirado sobre la alfombra de su despacho, giró su cabeza y aun con la mirada borrosa y un terrible dolor de cabeza, advirtió los destrozos que ocasionó en el despacho; luego, más consiente de si mismo, sintió un peso sobre su pecho, elevó la vista hasta ese punto y contempló a Miriam completamente desnuda acurrucada sobre su regazo, la imagen lo intranquilizó, trató de levantarse, pero los mareos aún lo invadía, aun así, hizo acopio de todas sus fuerzas.

Miriam sintió el movimiento de Caden; al abrir los ojos se topó con sus facciones perfectas, Caden Greenwood poseía los labios más hermosos y sensuales que ella había visto y besado, sin embargo, aquella visión no era lo que anhelaba; aquel rostro era la reencarnación de lo agridulce, él la miraba con decepción, ella sabía que, si fuera Angelina la que estuviera en sus brazos, su sorpresa hubiese sido otra.

—Debes estar confundido —dijo Miriam en un hilo de voz, Caden no contestó al instante, su mente procesaba la escena "Maldita absenta" riñó en su fiero interior.

Caden se alejó rápidamente de Miriam, sin perder tiempo se vistió, ella hizo lo mismo. El silencio era incómodo, ella estaba ahí, había sido víctima de un desborde emocional de su esposo, él no podía mirarla a los ojos.

No sé que diablos sucedió anoche, mi mente está confusa, así que...—Miriam lo interrumpió.

—No me des explicaciones ni trates de justificarte, porque ya me las sé... aun así, yo te diré que fue lo que pasó. Tomaste mucha absenta, comenzaste a tener alucinaciones, me confundiste con Angelina y le hiciste el amor a ella a través de mi cuerpo —Caden, esta vez la vio a la cara, le sorprendió el hecho de que Miriam cada vez era menos frágil. —Es triste sentir como la primera vez que realmente te hacen el amor, sea por causa de una terrible borrachera y peor aun imaginando a otra.

—Por lo menos ya estás consciente de la realidad, porque no soportaría tener sexo contigo estando sobrio... fue la absenta que se ganó mi alma.

—¡Tus humillaciones están de más!

Angelina "Amar o Morir" LIBRO II  (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora