IV

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Loretta Gros

— Solo tendrás un mes para encontrar la forma de ejecutarlo, Loretta. — agregó Arthur con mucha seguridad.

Esto no me agradaba nada, yo estudié psicología y psiquiatría para ayudar a mis pacientes, no para saber como destruirlos, pero eso no lo entenderían mis dos acompañantes, están decididos a eliminarlo.

— No puedo. — respondí.

Ambos se miraron por unas décimas de segundos y luego posaron sus ojos en mi, queriendo descifrar lo que me pasaba por la cabeza en estos momentos para tener la valentía de negarme ante mi superior, o mas bien superiores, esa mujer también debe tener un rango mas alto que el mio como para darme las mismas ordenes de Arthur.

Ambos iban a decir algo, pero los detuvo el sonido de un teléfono.

Mi jefe se toco por todos lados tratando de encontrar su teléfono, dio en el blanco cuando paso su mano por uno de los bolsillos de su chaqueta, sacó el móvil y luego de eso, atendió la llamada afuera de su oficina, dejándome sola junto a la fémina que tenía al lado.

La última nombrada no dejo pasar ni un minuto de la salida de Arthur para empezar a interrogarme.

— ¿Porqué defiende al SCP? — indagó la otra.

— No lo entende...

— ¿Siente algo por su paciente? — Interrumpió.

Esa última pregunta me dejo sin palabras para poder responder, apenas si conocía al SCP-049, sentir algo por ese doctor es ir en contra del reglamento tan estricto que ahora tiene la fundación, eso no me traería buenos resultados.

— Su silencio me está confirmando lo que suponía. — agregó la mujer.

— Usted no puede estar segura de lo que siento en estos momentos hacia mi paciente. — respondí sin mirarla. —. Apenas si lo conozco y estoy consciente de que es malsano tener algún tipo de aprecio sentimental por ese doctor.

Sin siquiera verla supe que asintió ante lo que conteste.

 — Entiendo eso, pero entonces, ¿Por qué lo defiende? — volvió a interrogar.

— No lo defiendo, solo estoy diciendo que no puedo destruirlo. — objete.

— ¿Pero por qué no puede?  — insistió.

Esta vez sentí como sus ojos se clavaron en mi, obligándome a contestar sin tener tiempo de dudar mis siguientes palabras.

— Estudie esas dos ramas de la medicina para ayudar a mis pacientes, no para encontrar una manera de asesinarlos.

Ella suspiró de forma pesada, no la convencí del todo como puedo ver, algo la seguía preocupando, o mejor dicho, enojando...

— Eso no es suficiente, yo sé que esto acabará mal, asi que tendrá que colaborar o si no le asignarán otro caso. — demandó mientras se ponia de pie para caminar por toda la habitación.

Su actitud es bastante rara, todo lo que me ha dicho y preguntado debió provenir de Arthur, no de ella, ambas lo sabemos, ni se ha presentado ante mi y ya viene a demandar cosas que ni sé si tenga el rango o poder suficiente para llevar a cabo.

— ¿Quién es usted? — indague.

La fémina siguió en lo suyo, analizando cada detalle de la oficina, ignorando por completo mi pregunta, hasta tuvo el descaro de ponerse a hojear un libro que sacó sin permiso de la biblioteca de Arthur en lugar de contestar. Tardó mucho solo para dar una respuesta que me dejo mas confundida de lo que ya estaba.

Dangerous Love (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora