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Aquí vamos de nuevo. Como la primera sesión que tuve con él, los nervios me consumían, pero esta vez no siento que el motivo sea por el alto de riesgo de morir, ni siquiera puedo encontrar la razón por la cual me siento asi ahora, tan solo vamos a ir al patio que se encuentra a las afueras de fundación para que el doctor pueda tomar aire fresco después de estar años metido en esta celda, me asombra que haya pasado tanto tiempo sin mostrar señal de ansiedad por estar en este hoyo donde ha sido maltratado por Seis, y solo Dios sabe desde cuando empezaron tales actos por parte de esa loca. Otra parte importante del tratamiento que le debo dar es encontrar la manera de bajar su estrés al encierro, si en esta salida me expresa una calma positiva sería un problema menos del cual deba preocuparme, ya que podría llevarlo a ese lugar cuando se me plazca si lo vuelvo a ver intranquilo, también será un paso más para que vuelva a su antigua clasificación y deje de estar entre la línea de ser eliminado o seguir bajo investigación, además tendré tiempo extra para analizar a esa mujer que le hizo daño sin piedad alguna, ese acto no puede quedar impune, no bajo mi ética como buena doctora que lleva ocho años trabajando en esta organización que es la mas temida del mundo.

- ¿Pasa algo? - indagó 49.

Negué con mi cabeza de inmediato, como pude, mostré la mejor y más grande sonrisa que he ofrecido en mucho tiempo, sin embargo esto no lo convenció del todo como pude confirmar por el suspiro tan pesado que soltó, aún asi decidió no insistir con eso ya que estábamos a punto de salir.

Uno de los cuatro guardas que estaban vigilando la puerta de la salida al patio no se veía muy convencido de leer el permiso que saque hace ya mucho, dos estaban listos para abrir si se les daba la orden, otro estaba comiendo fideos de una caja con letras chinas mientras veia la pantalla de su computador, puedo decir que él vigila las cámaras, y el último es el que esta haciendo mala cara al observar el contenido de la hoja.

- Este permiso se sacó hace más de un mes. - recalcó mirándonos a nosotros cuatro.

Todos, a la vez, le ordenamos que viera el sello de renovación el cual había pasado por alto al estar leyendo las letras pequeñas que en realidad no ocultan nada malo, abrió un poco más sus ojos al notar que fue un idiota por no ver algo tan grande como el sello que aún seguía fresco, esto último lo pudo terminar de confirmar ya que corrió la tinta de este al firmar para darnos la salida.

- Procuren volver antes de las 6:40 de la tarde. - recordó antes de devolverme el papel.

Dio luz verde para dejarnos salir por una buena vez, ya estábamos tardando y perdiendo valioso tiempo que no se puede recuperar.

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Se sentía una gran paz en este lugar, por el hecho de estar solo los cuatro y la hermosa vista del atardecer que nos brinda esta ubicación ya hace que el ambiente sea sensacional para el doctor, el cual ya ni debe recordar lo que es respirar aire fresco.

- Hace años no veía algo como esto. - señaló al horizonte donde el sol nos regalaba sus últimos rayos de luz para dar paso a la oscura noche.

- ¿Qué solía hacer en sus tiempos de libertad? - indague sin esperar una respuesta de su parte.

El doctor miró a su alrededor buscando a nuestros dos acompañantes, estos estaban bastante alejados de la banca en la que estamos sentados, así que podia hablar sin tener problema de ser escuchado por alguien mas que no sea yo.

- Curaba a los que padecían por la Pestilencia. - contestó sin agregar mas.

Guardamos silencio por unos buenos minutos, evitamos vernos a la cara durante esa larga pausa, todo por contemplar aquella puesta de sol, puedo asegurar es la más deslumbrante y cálida que he presenciado en toda mi vida. Estar al lado del doctor que ha mejorado mucho conmigo hace que este momento sea especial, merece ver esta hermosa escena por todos los esfuerzos que ha hecho para cambiar de manera positiva con mi ayuda.

Dangerous Love (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora