XV

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-Una semana después-


Es una larga historia la que tendría que recordar si quiero dar detalles de todo lo que pasó para llegar hasta donde estoy ahora, lo más importante fue que usamos al SCP-914 para obtener la tarjeta de acceso requerida, la mía quedó hecha cenizas de tantos intentos de conversión fallidos -no sabía usar esa máquina-, caminé bastante, ¿eso que tiene de malo? Pues los amados zapatos altos que decidí ponerme hoy -nótese el sarcasmo- me estuvieron matando los pies todo este rato, casi nos perdemos en los túneles de mantenimiento por buscar el ascensor oculto que no lleva directamente a las celdas subterráneas, entre otras cosas que prefiero no rememorar.

El lado bueno es que ahora mismo estoy bajando con Tyler en busca de ese computador que supuestamente tiene las partes faltantes de la grabación de ese día, si llegamos a obtener lo que quiero puedo inculpar a Seis con pruebas y todo, suena demasiado fácil como para que salga al pie de la letra pero hay que intentarlo, que el propio consejo O5 se encargue de ella cuando sepan lo que ha hecho.

La hora de la verdad ha llegado, las puertas se abren frente a nosotros dos, dándonos paso a un oscuro y largo pasillo que pareciera no tener fin.

- ¿Crees que esto es seguro? - susurró el moreno junto a mi oreja.

- Tenemos que seguir adelante. - respondí con el mismo tono de voz bajo.

Avanzamos sin miedo, o al menos queríamos creer en no tenerlo, ya que el ambiente que desprende este lugar es desesperante, por más que estés tranquilo te pones nervioso en segundos al dar el primer paso por este pasadizo de aspecto tenebroso.

En cierto modo el estar a oscuras nos ayuda bastante, nadie podría vernos a plena vista, a no ser de que tenga habilidades especiales o una cámara infrarroja a la mano, la primera opción si creo que pueda ser posible, otra cosa es la ropa oscura que llevamos la cual nos conviene bastante, solo que Tyler escogió lo más gótico de su guardarropa, yo estoy normalita.

De milagro mis zapatos no hacen ruido alguno en el piso metálico, todo está muy silencioso, tampoco hay rastro de cámaras, sin duda este sitio es demasiado raro.

En un parpadeo de ojos las luces se encienden, dejándonos al descubierto de cualquiera que pueda estar cerca, y si que los hay.

- ¡¿Dónde mierdas está Uno?! - indaga una irritada voz femenina.

Al escuchar todo ese escándalo, puse mi mano derecha en el pecho de Tyler para empujarlo hacía la pared, quedando pegados los dos en el frío muro.

- No lo sé, debe estar con su calavera. - contesta un hombre, a diferencia de la otra aparenta estar calmado. - ¿Para qué lo necesitas?

- Voy a ponerle otra queja de Seis, ¡¿como diablos sigue ella en el comando?! ¡Ni siquiera está en su respectivo puesto! - espetó la tipa con severa brusquedad.

- Sabes muy bien que ninguno mantiene en su despacho o en la sala de reuniones, a excepción de Uno, debe estar en su oficina. - responde el mismo hombre, a la vez se escuchan fuertes pisadas que se van alejando poco a poco.

En cuestión de segundos, el lugar quedó en total silencio, de nuevo, ahora debemos ser mas precavidos si no queremos que la gente de este sitio nos descubra.

Mi compañero aprovechó para revisar su teléfono, no llegué a entender nada de los procesos que llevó a cabo en su aparato hasta que me confirmó la ubicación del dichoso computador, estaba rastreando su IP.

Dangerous Love (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora