XIX

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-SCP-049-

Me encuentro disfrutando de otra exquisita comida que preparó Loretta para la cena, es toda una experta en la cocina, no hay y tampoco habrá algún platillo hecho por ella que no me deleite el paladar, son cosas muy distintas a las que acostumbraba comer en la fundación, es raro que me guste algo nuevo, siempre estoy metido en rutinas de todo tipo, nunca había salido de alguna de ellas pero cabe decir que no me quejo en lo más mínimo de la sazón que tiene mi doctora.

-¿También te gustó esta receta? -cuestionó sin poder esconder una linda sonrisa apenada que provoque por demostrar mi gusto hacia su comida.

-Claro que si, todo lo que esté hecho por ti siempre me gustará, no lo dudes querida. -en mi voz se reflejó mi lado coqueto, tal cosa ruborizo las bellas mejillas de Loretta.

Hemos tomado mucha confianza, desde mi salida de la fundación no dejo de demostrar el gran cariño que le tengo, quien diría que algún día se me pasó por la cabeza un plan para acabar con su vida, todo aquello que tenia en mente se esfumó con la primera sesión, ella era tan diferente a los demás doctores, hubiese sido un idiota al haberle tocado un solo cabello en las primeras semanas de tratamiento, Loretta se ha vuelto una necesidad para mi, no quiero que se aparte de mi lado nunca.

-¿En qué piensas? -ladeo su cabeza al verme pensativo.

Mis ojos se posaron en los de ella, su lindo rostro me trae paz, la tranquilidad que nunca tuve estando en la fundación la puedo encontrar en sus hermosas sonrisas tímidas que por fortuna, puedo provocar con mis palabras bien pensandas, no estuve equivocado al decir que ella es mi cura, la única que necesito, la única que cura que estaba buscando al fin la pude encontrar en Loretta, eso me llena de mucha alegría, tal sentimiento no lo había sentido en años, este es mi momento, tengo que aprovecharlo.

-No es nada linda, bueno, si hay algo importante que debo decirte... -¿Le diré toda la verdad? No lo sé, me siento inseguro pero a la vez quiero hacerlo, tengo que ser transparente con Loretta si no quiero perderla.

-Te escucho. -apartó la comida un poco para apoyar sus brazos sobre la mesa, una posición que demostraba interés en lo que estaría próximo a decir.

Tomé buen aire para relajarme un poco, es casi imposible lograr bajar mis nervios, las manos me sudan y mi cuerpo no deja de temblar, la última señal de inquietud que no me dejó avanzar a la siguiente fase de soltar todo fue una sensación de electricidad que me recorrió toda la espinal dorsal, la cual me hizo brincar en la silla que estaba usando.

Loretta iba a decir algo, de seguro referente a mi comportamiento extraño, el problema es que fue interrumpida por una serie de toques que alguien le propinó a la puerta principal de la casa.

-Ya vengo. -ella se retiró de la mesa para ir a abrir.

Yo en cambio, me quedé pensando en lo estúpido que fui por tener miedo de confesar todas las idioteces que pensaba hacerle sin siquiera conocerla, juzgando su personalidad a la ligera, comparándola con otros doctores que me habían tratado en el pasado, resultando ser todo lo contrario, descubrí lo hermosa que es por dentro y por fuera, siendo ella la única del personal que me ha entendido por completo, la única que me ha ayudado de verdad.

-Pasen, por favor. -Loretta apareció de nuevo, detrás de ella venía Oliver y Tyler.

-¡Doc! ¿Como estas hermano? -la euforia que desprende Tyler al saludarme me reconforta, hace que me sienta a gusto y aceptado entre ellos.

Dangerous Love (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora