Kali:
Les hicieron una hermosa despedida con todos vestidos de blanco. Contuve las lágrimas cuando el rey Scarface se refirió a ellos como los príncipes Robert y Gideon Mapogo. Las guerreras me arroparon como si fuera una de las suyas. Como mis hermanas. Me sentí en casa por primera vez desde mi infancia.
—Lamentamos mucho lo ocurrido, hija— dijo mi tío Makhulu abrazándome con fuerza. Estaba muy envejecido y caminaba con ayuda de un bastón, sin embargo, tenía muy buen aspecto—. Ojalá hubiéramos acudido en vuestro rescate. Tus hermanas, sobrinos e hijos estarían aquí.
—Has sido un gran rey, mi señor. Lo mejor que le pudo pasar a Sabi Sands en sus tiempos más convulsos. Yo lamento no haber estado a la altura de los Mapogo y no haber vencido a los Majingilanes cuando nos invadieron.
—Sobreviviste, pequeña. Eso ya es todo un triunfo. Rasta, Shaka y T tienen que estar muy orgullosos de ti— sonrió.
—Los amo con toda mi alma. Tanto como os amo a vosotros.
Mis tíos Skorro y Gideon me abrazaron y frotaron sus mejillas contra mí ronroneando.
—Perdóname por la dureza con la que te traté en Londolozi— habló el gemelo de mi padre—Fui un auténtico cabrón contigo y con tus hermanas. No hay día que no me pese...
—Acababas de perder a mi padre. Todas vuestras reacciones fueron normales. Pensabais que os habíamos traicionado. Yo habría reaccionado igual.
—Aún así, no fuimos justos con vosotras— terció mi tío Skorro.
—Habéis venido a despedir a mis hijos. Todo está perdonado. Nadie pudo prever lo que ocurriría.
Sikio:
Nos reunimos con mi padre y mis tíos mientras Kali volvía con las guerreras. Scar había tenido la previsión de ponerlos al día.
—O la chica es una gran actriz, o realmente es una víctima de todo esto— habló Skorro cuando cerramos la puerta del despacho.
—Eso mismo he pensado— contestó Morani.
—Deberíais... Perdona, hijo. Es la costumbre— dijo mi padre tratando de levantarse de la silla del rey.
—Quédate ahí. Para nosotros ése es tu sitio— replicó Scar con su cálida sonrisa.
—Como iba diciendo, deberíais dejar que tenga contacto con los chicos.
—¿Vas en serio? —Saltó Hunter—. Creemos que tenemos a un agente encubierto. Aquí Mata Hari— me señaló—. La quiere controlar a base de polvos para ver si le cuenta algo y ¿vuestra estrategia es dejarla con los niños?
—Es lo más sensato junto con la estrategia de Sikio— tomó la palabra Gideon con la vista fija en el monitor—. Si queréis que no sospeche de vosotros tenéis que darle toda la libertad que podáis. Eso implica que también se acerque a vuestros hijos. Los herederos son nuestro recurso más importante, y, creo que le olería raro que si forma parte de la familia no se relacione con todos los miembros.
—Exactamente— intervino Skorro—. Resultaría chocante que "siendo libre" Sikio la observe las veinticuatro horas del día. Si las guerreras ven algo raro os lo contarían de inmediato. Si los chicos se sienten en peligro...
—Se ve que aún no los conocéis— bufé. Mis hermanos me fulminaron con la mirada al mismo tiempo—. ¡Joder, es verdad! Seguro que los secuestran y los muy idiotas se piensan que van de camino a una, hashtag, excursión mega "diver".
Mis tíos se echaron a reír. Padre se había quedado dormido.
—Le ocurre con cada vez más frecuencia— dijo Gideon acariciando la, todavía frondosa, melena le habló con cariño—. Big Mak. Te has dormido.
—Perdonadme, chicos. Me hago viejo.
—¿Qué coño dices de "hacerte viejo"? —Bromeó Skorro—. Ayer te fuiste de "marcha" con la jefa y al llegar cogimos el coche para venir... Ni siquiera has dormido.
Miré a Gideon. Sonreía con cierta tristeza.
—Ya no soy un chaval, hermano. No te esfuerces.
—Será mejor que te lleve a que descanses un poco, padre— dijo Morani ayudándolo a ponerse en pie—. Tenemos pensado hacer un banquete con unos zoólogos de reservas del exterior.
—No sé si aguante algo de eso.
—Pero, ¿qué dices? Si vienen a ver al gran rey Makhulu— sonrió nuestro hermano mayor.
—No, hijo mío. Mi tiempo ya pasó. Seguro que vienen a ver al gran rey Scarface— pellizcó la mejilla de Morani con dulzura.
Los vimos alejarse. Padre aún no arrastraba los pies. Se lo impedía su orgullo Mapogo, sin embargo parecía como si la lucha contra los Majingilanes y los Selatis hubiera sido hace cientos de años en vez de dos.
—Quedaros más tiempo— propuso Scar—. Haré que lo examine un médico, así también podrá reponerse del viaje. Cuando esté en condiciones...
—De acuerdo, chico— concedió Gideon—. A ver si a ti te escucha. Makhulu hace mucho tiempo que tiene ganas de morir.
—Es lo que tiene jubilarse sin estar preparado para ello— sentenció Skorro. Los tres Mosqueteros lo vimos con sorpresa—. Makhulu quería continuar, cedió el mando para calmar las cosas con T. Es muy duro para él vivir con tanta paz. Es lo que pasa con los guerreros.
—¿Por qué no nos ayudáis a adiestrar a los cachorros? —Solté sin pensar.
—¿Estás de coña? —Hunter me miró como si me hubiera vuelto loco—. No hemos podido nosotros y ¿crees que...?
—¿Esos chicos no se están adiestrando? —Gideon nos miró como si nos hubiéramos vuelto locos los tres—. ¿A qué cojones estáis esperando?
—Es una larga historia— dijo Scar rascándose la nuca.
—Tampoco es tan larga— lo interrumpí—. Lullaby pretende criarlos solo como humanos. Incluso, me parece que son veganos.
—¿Cambiaformas de leones veganos? —Gruñó Skorro—. Si T levantara la cabeza se los merendaba en un santiamén.
—Cuando Makhulu se entere se le quitan las polladas de quererse morir y se los merienda en un santiamén— se rió Gideon—. Esto es lo que vamos a hacer. Primero la barbacoa con los científicos. Dejamos que Big Mak se reponga y Sikio se vendrá a nuestro territorio junto con Hunter y Kali.
—Lullaby se apunta fijo— me miré las garras con una sonrisa de medio lado.
—¡Para de una puta vez! —Gruñó Scar—. ¡Nadie irá a ningún sitio!
—¿Me he perdido algo? —Preguntó Morani con una enorme sonrisa de alegría.
—Los chicos se van a Timbavati— anuncié.
—Joder... Padre no aguantará ni dos días...
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Overprotected (+18)
RandomAntes de la batalla por Sabi Sands Sikio Mapogo era un cambiante alocado muy seguro de sí mismo. A pesar de su fama de rudo y mujeriego lo cierto es que le daban un poco de miedo las chicas. Pero, como a todo león le llega su reina, la suya llegó y...