Ara es esclava de una organización criminal, por azares del destino la organización es destruida y ella deberá cambiar de dueño.
Contiene un capítulo con un final alternativo que es el inicio de una segunda parte de esta historia!
🌸Historia inicia...
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Arabella se quedó en silencio unos momentos meditando en las palabras que estaba por pronunciar.
—Si el joven amo quiere saber de mi vida... le contaré— ella posó sus orbes verdes sobre los ónix del rubio —Hace tiempo vivía en Sicilia con mis padres, ellos y yo tuvimos una discusión por el hombre con el que iba a casarme, yo quería hacerlo aunque no recibiera su apoyo... así que me quedé con él... resumiendo: mi prometido fue secuestrado, utilizado como un cebo para atraerme a una trampa... yo sabía que era una trampa y aún así intenté salvarlo— Hizo una pausa larga sin apartar su mirada —Lo mataron, no pude salvarlo y para rematar el cuadro fui secuestrada, humillada, despojada de mi identidad y... reducida a esto.
—¿Es tu anillo de compromiso?— pregunto acariciando las piernas de la mujer.
—No. Es el anillo de la mafia a la que pertenecía. Era importante para mi— sonrió de medio lado bajando su mirada al objeto —Aun es importante.
—¿Por qué solo tú estabas herida?
—Aunque al amo pudiera sorprenderle yo era más utilizada como sacó de boxeo que como mujer. William me violaba algunas veces luego de golpearme... pero siempre decía que yo era mala para el sexo.
La hizo a un lado metiéndose con ella a la tina para sentarla entre sus piernas —Estoy seguro que el malo era él— acarició su rostro sembrando un beso apasionado sobre sus labios.
Arabella correspondió la acción con el corazón latiéndole fuertemente en todo su cuerpo, una oleada de placer la invadió al sentir las manos de su amo amasando sus senos para después tirar de sus pezones con una tranquilidad mortífera que la tenia al borde del éxtasis.
Quería gemir cuando los dedos del rubio se hundieron en su vagina pero apretaba los labios y los ojos intentando contener sus deseos.
—¿Te duele?— pregunto susurrándole al oído.
—No debería gustarme más de lo que le pueda gustar a mi amo.
—A mi va gustarme solo si tú lo disfrutas. Este es el pago que quiero; quiero tu placer y escuchar tus gemidos dentro de mi boca.
Al escuchar esas palabras salir de esos labios tan tentadores se dejo llevar recargando su espalda contra el pecho del rubio. Él apretó lentamente sus senos con la mano izquierda mientras con la derecha estimulaba su clítoris en movimientos circulares como una espiral que la hacia descender paso a paso a la locura. Arabella dejo escapar un gemido intenso, era la primera vez que en esos años que su cuerpo servía como receptor de placer en lugar de dolor. La estimulación la hacia retorcerse sobre el rubio y por reflejo la llevaba a intentar cerrar las piernas pero él las mantenía abiertas empujándolas con las suyas.
—Me gustas— Habló buscando su boca. Nunca antes había tenido una esclava y tampoco pensado en esa posibilidad, pero ahora teniéndola a su lado quería que fuera suya.