Ara es esclava de una organización criminal, por azares del destino la organización es destruida y ella deberá cambiar de dueño.
Contiene un capítulo con un final alternativo que es el inicio de una segunda parte de esta historia!
🌸Historia inicia...
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Arabella tenía sus ojos jade puestos en los de Mikey, él seguía avergonzado esperando alguna orden que la morena pudiera darle.
—No se que pedirte.
—Lo que tú desees yo lo haré... Lo que sea.
Se levantó colocándose frente a ella con una sonrisa que a Ara le hizo brincar el corazón.
Arabella tiró de la correa con fuerza haciendo que la cabeza de Mikey se acercara a su cuerpo y ambos quedaran recostados sobre la cama. Busco la boca del rubio con ansias, su cuerpo ardía de ganas por él, lo quería tener de las formas más egoístas que pudiera pensar. Acarició su pecho y ascendió perdiendo su mano entre su cabello.
—Si quieres algo tienes que pedírmelo— el rubio lanzó una lamida sobre sus labios esperando a que ella le pidiera lo que quería.
—Tócame.
—Si, My Lady— susurró mientras sus manos se guiaban con precisión sobre su cuerpo, apretó sus glúteos tomándola con fuerza para subirla encima de él. Sus ojos se perdieron a través de Ara, a él le hubiera gustado decirle que era hermosa y que su imagen le llenaba los ojos de una forma totalmente misteriosa. Sus manos trazaron su cintura y luego bajaron por sus caderas, ella tiró de nuevo de la correa buscando los labios de Mikey.
Se aparto un momento y el rubio soltó un suspiro como si le costara trabajo detener sus acciones. Ella lo miró detenidamente en tanto se quitaba la blusa y luego su sostén, los ojos negros de Mikey absorbieron su presencia, deslizó sus pantaletas atravesando de sus piernas con mucha delicadeza dejándose puesta únicamente la falda. De nuevo la respiración del rubio se agitó.
—No te muevas— le ordeno a Mikey al desabotonar su camisa. Le besó el cuello con tranquilidad en tanto descendía poco a poco por su pecho y su abdomen hasta llegar a su cinturón, lo desabrochó de forma lenta casi tortuosa haciendo que el hombre hiciera un puño con sus manos y mordiera su labio inferior buscando la fuerza necesaria para contenerse.
Soltó un gemido al sentir la lengua de Arabella lamer su pene desde la base hasta la punta y luego introducírselo en la boca hasta que entrara totalmente a su garganta. Repitió aquella acción mirándolo a los ojos, sus orbes ese envolvieron en llamas como si todo aquello fuera una tortura de placer que le estaba desquiciando.
—My lady, voy a correrme si sigue así.
En el rostro de Arabella se dibujó una sonrisa, cuando él le hablaba de esa manera encendía la mecha de su deseo y pronto todo explotaba.
Se incorporó subiéndose sobre él nuevamente tomado el pene del rubio haciendo que fuera de arriba abajo sobre su vagina mezclando sus fluidos con su saliva, antes de que el falo se abriera camino por sus cavidades. Ella lanzó un gemido atrayente que hizo al rubio sujetarla por las caderas hundiéndola totalmente sobre él.
