enemies? | eren jaeger.

38 | amar con cuidado.

El primer mes creo que no dolió tanto cómo creí.

Me parece que era más fácil empezar por saber que esta relación no me llevaría a nada bueno si no me animaba a decir lo que sentía.

Eren había bloqueado a todos sus amigos, se había cambiado de celular e incluso de casa, nadie sabía nada de él.

Estos días también vi a Mikasa, Armin e Historia llorar, él era de sus mejores amigos y que se haya ido así nada más también los afectó.

Sobre todo si saben cómo es, si recuerdan las veces en las que pensó en acabar con su vida hace unos años, los problemas con su papá y la imagen de cómo aguantaba las lágrimas al irse en aquel auto.

Nadie sabía bien como sentirse al respecto.

Estaba asustada, eran semanas sin él y aparte de que me gustaba, también llegó a ser mí amigo, llegué a conocerlo y saber por todo lo que pasaba ¿Será que su papá otra vez lo agrediría? ¿Sus ataques de pánico? ¿Dejó el tabaco?

Porque si sigue así, ni siquiera podría confirmar si sigue con vida.

—______. —Hange me llama cuando mí mirada se pierde en algún sitio del consultorio. —¿Algo más para decirme? —

—No, es todo. —le dije mientras me acomodaba en la silla, fue otra sesión más.

Ella me había dado algunos ejercicios para hacer, empezamos con algo simple, decir algo que no me gusta, hablar sin miedo, decir mis opiniones sin temor a ser juzgada por todos, avanzar un poco más en mí seguridad al momento de hablar.

—¿Cómo vas con lo de morderte las uñas? —me preguntó. —¿Lo sigues haciendo en aumento?

—Masomenos, ya no tanto como antes, las primeras semanas mis cutículas estaban destruidas por tanta ansiedad. —comenté. —Ahora estoy un poco más tranquila. —

—Estoy feliz por ti. —animó.

—Lo que si, se me ha dificultado un poco el tema del aseo, estoy muy cansada últimamente y lavarme el cabello y arreglarme como antes es muy difícil. —le dije mirando hacia abajo. —Solía tratar de hacer todo a la perfección y ahora siento que el mundo se me viene encima. —

—¿Por qué crees que sea ese sentimiento?

—Una parte es de Eren, no creo que sea su culpa pero lo que tuvimos me afectó bastante y sobretodo que se haya ido, así, nada más. —explusé una bocanada de aire y el nudo de mí garganta se iba desatando despacio. —También tiene que ver con mis notas, desde hace casi un mes intento volver al ritmo estricto al que siempre he avanzado y no puedo. —

—Mira, todo esto es un proceso, todas las cosas se juntaron en tu mente, lo de Eren, tus notas, que tus amigos estén distantes, pero déjame decirte que eres muy capaz de volver. —

—No sé, ya van semanas y nada.

—Todo a su ritmo y tiempo, además, ese “ritmo estricto” que dices que llevabas en los estudios era porque tú querías ¿O porque tu mamá así lo quería? —me preguntó, ambas nos quedamos mirándonos.

—No, eso es porque a mí me gusta ser la mejor en al menos algo.

—¿Por qué?

—No sé, me gusta ser reconocida por algo aunque a veces no me sienta bien el proceso. —traté de explicar cómo me sentía.

—¿Reconocida por quién?

—Ah.. —después de unos segundos me di cuenta de que era por mí mamá. —Es que ¡Es la única forma en la que me llama! Está resentida conmigo desde que me mudé aquí.