|16; Heridas que todavía sangran.

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Mateo.

Me encontraba sacando los prohibidos con todos mis amigos, ya eran eso de las cuatro y ninguno estaba en su mejor momento, estaba uno peor que el otro. Salvo yo, que ando bastante rescatado a diferencia de la noche anterior.

Mientras estábamos todos en rondita me acorde que una personita me debía algo desde la tarde, la busqué entre los pibes  pero me llamo la atención que no se encontraba ahí, me pareció raro, ni siquiera la vi irse. Le pegué una mirada al vip, ya que era donde nos encontrábamos todos, pero no estaba por acá cerca.

—Eu, ¿y Coty? —le pregunté a su hermana, pero se encogió de hombros.

—Se fue a buscar un gnomo… ¿o eran hadas? —preguntó pensativa y yo solté una carcajada por el pedo que maneja, más al ver que arrastra las palabras— ¡Ah sí! Era eso, me había olvidado jeje… —soltó divertida y yo negué con mi cabeza porque sabía que no iba a tener una respuesta coherente de su parte así que me acerqué a mi otra amiga.

—¿La viste a Alma, Alfon?

—Dijo que iba al baño, brou.—sonreí porque al menos ella si me dio una respuesta, le agradecí y me encamine donde mi amiga me había dicho. Para mi buena suerte solo había tres chicas mirándose en el espejo, claramente no iba a entrar y de otra no me quedaba.

—Holaa.—sonreí simpático, dos de las rubias se sorprendieron al verme y una de ellas me sonrió para después guiñarme el ojo.

¿Se pensará que le voy a dar bola en la puerta del baño, o qué?

—Les hago una pregunta… —hablé todavía desde la puerta y ellas asintieron— ¿Hay alguien mas que ustedes ahí adentro? —las dos que estaban ahí solamente negaron sin darme mucha importancia, pero la colorada que estaba esperándolas se acercó a mirar por todos los cubículos, cuando termino volvió a hablar.

—No, acá no hay nadie rey. —soltó amable y yo asentí suspirando, le agradecí y me volví para donde se encontraban mis amigos porque si seguía mucho tiempo más ahí las rubias me iban a comer con la mirada.

¿Vieron que en todos los grupos siempre hay una distinta que no es nada que ver a las demás? Bueno, la petisa que me ayudo sin problema es de esas que te das cuenta que es la más copada del grupo; encima estaba re buena.

Negué sacando esos pensamientos de mi cabeza y volví a la rondita donde me encontraba unos minutos antes con la ilusión que la castaña estuviera ahí, pero se cayó cuando no la encontré entre ellos… ¿Dónde se había metido?

—¡Yo perdiendo el mundo, él haciendo su vida! —cantaba con mucha pasión Camilo, quien se encontraba en los hombros de Manuel y los dos lo estaban dando todo. Estaba sonando To´a la vida de Nicole, lo sé porque cuando la escribió todavía estaba conmigo, y mi amigo la cantaba como si estuviera dolido, sabiendo que la novia estaba al lado—Uh, llegó la gorra. —dijo dejando de cantar al verme y solté una carcajada, como que si no lo dejara cantar canciones de ella.

Fue cuestión de segundos que Manuel lo soltó a Camilo y este terminó en el piso, todos soltamos una carcajada al verlo tan indignado—¿Qué haces, hijo de re mil puta? —hizo montoncito más indignado que nunca.

—Me cansé, Camilo. —habló obvio el pelado— No pesas dos kilos, gil. —terminó de decir esto y mi amigo se paró bajo las carcajadas nuestras. Empezó a sonar Turraka remix y fue cuestión de segundos que todos los pibes pegaron culo con culo y empezaron a perrear; las chicas estaban tentadas, más que nada por el perreo fallido de Nacho quien estaba más duro que mi vida, literalmente.

Dejé de reírme de mis amigos y miré para abajo, no me quedaba de otra que buscar a Alma ahí, aunque eso implicara que donde pisara la escalera iba a estar rodeado de personas, lo cual no me molestaba, pero en lugares así es más probable que te busquen para darte un beso y a veces eso cansa, hay que respetar porque si fuera un pibito que no es conocido les aseguro que no se me tiraría ni la mitad de minas que lo hacen ahora; todo eso es un bajón.

solo por vos; trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora