|07; El comienzo de un nuevo año.

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Mateo.

Había llegado el treinta y uno de diciembre, sí, hoy sería víspera de año nuevo... o algo así, sinceramente no tengo ni idea sobre todo eso.

Lo que si sé es que es la época preferida de mi mamá, por alguna extraña razón ama arrancar un nuevo año, lo que me parece totalmente ilógico porque si tenes una vida de mierda pasar de un año al otro, no va a cambiar absolutamente nada. Pero cada cuál con sus creencias dicen...

—¿Y... arrancó? — gritó Mauro desde arriba del techo, más precisamente estaba con la bomba del agua que por alguna extraña razón, no estaba funcionando y por lo tanto el tanque no se cargaba.

No teníamos agua y ya era bastante tarde, hermoso arrancar así el día.

—¡Ahí! — gritó Valentín desde adentro, el cual controlaba si la ducha andaba — ¡No pelotudo, te dije que ahí y volvés a moverlo! — soltó frustrado causando unas carcajadas de parte de los pibes que miraban atentamente la situación y opinaban de vez en cuando.

—A vos te re cagaron, Mateo. — soltó entre risas Manuel, quien veía como Lit casi se va de cabeza por pisar mal.

—¡Te vas a caer, pelotudo! — señaló Camilo y todos soltamos una carcajada al ver la cara de susto de Mauro.

—¿Ah, en serio? No me diga', pajerito. — soltó con sarcasmo mi amigo — ¡Uh, wacho! — gritó ahora indignado — ¡Ya me cansé loco, no se bañen ni mierda y listo, tirense ahí a la pileta y ya 'ta, re limpitos! — habló intentando bajar del techo, haciendo que todos nos volvieramos a reír.

—Mira que no nos vamos a bañar, boludo. — habló Valentín, quien venía desde adentro riéndose por escuchar los gritos de Mauro.

—Pero si mira, Mateo no se baña y anda perfecto, la hermosura no se le va. — me apuntó con el dedo y yo alce mis cejas indignado — Ni problema se hace el mugroso.

—Anda che, puto de mierda. Yo me baño todos los días. — mentí y escuché como todos empezaron a reírse exageradamente.

—Dejate de mentir, hijo de re mil puta. — me acusó mi mejor amigo — Si te bañas dos días seguidos es con mucha suerte.

—Ya les dije, no es necesario bañarse todos los días. — me crucé de brazos haciendo un puchero — Además esta facha, cosa que a ustedes les falta, se desgasta papi y Trueno nunca pierde nada. — les guiñé el ojo, claramente me hacía el creído solamente para ver su reacción.

—Nana, no la quieras caretear. — me miró con una sonrisa burlona Dani — En pocas palabras con eso nos diste a entender que... — miró a los pibes y todos hablaron a la vez.

—¡Sos terrible mugriento! — gritaron todos para después reírse en mi cara, yo la verdad que así no necesito enemigos.

—¡Volvimos! — gritó Alfon ganándose toda nuestra atención, habían ido a comprar escabio y de paso buscaban a Alma, que estaba durmiendo la siesta en la casa de la hermana.

—¡Hola, Almita hermosa! — la agarró los cachetes Valentín para dejar un beso en su mejilla, en tres días ya todos la querían porque eso tenía ella, se hacía querer al segundo.

—Hola cuña. — sonrió después de que él la soltara — ¿Y la enana hermosa esa, dónde anda? — me miró a mí y yo me encogí de hombros, literalmente la perdí hace como media hora... supongo que debe andar jugando con Santino por algún lugar de la casa enorme.

—Primero saludame que por ahora juntos no dormimos, chiquita. — solté con sarcasmo para después poner mi mejilla esperando mi beso, que no hace falta aclarar que es de saludo.

solo por vos; trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora