Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.
Dos días.
Dos días habian transcurrido desde que el consejo de clanes determinó que Grayfia podría unirse a su facción luego de haber sido exiliada.
Zekram sabía bien que si no aceptaba probablemente tendrían a Goku en su contra y eso no les convenía. Notó la cercanía del chico con la niña Lucifuge y por eso aceptó a Grayfia.
Le impusieron una serie de condiciones si quería permanecer en la facción, entre ellas que viviría en el territorio Phenex bajo la custodia de Goku, o que la vigilarían seriamente cada día.
Grayfia no tuvo de otra que aceptar; no le quedaba de otra. Al menos se alegraba de poder estar cerca de Goku y no en un sitio desconocido con personas desconocidas.
Iba a vivir en el castillo de invitados de los Phenex, que estaba a unos cuantos metros del principal, siendo custodiado por varios guardias tal como había lo adelantado Zekram Bael.
Estos dos días pasaron rápidos y siendo sinceros se sentía incómoda con la vigilancia, pero era normal después de todo, y lo entendía.
Pasaba gran parte del tiempo leyendo o contemplando el horizonte desde una ventana, al menos hacía aquello cuando no estaba Goku.
Con Goku todo parecía cambiar y se divertía bastante aprendiendo lo que conllevaba una amistad. Estar sola en aquel castillo le hacía aguardar con impaciencia la llegada de Goku.
A pesar de todo, Grayfia seguía sintiéndose encadenada, pero en menor medida que antes. Goku sólo aligeraba aquella sensación pero no la hacía desaparecer totalmente de su mente.
"Uwahhh"
Grayfia bostezó suavemente mientras se desperezaba de las sábanas de su cama con lentitud, lista para comenzar el nuevo día.
Su habitación era muy grande y tenía todo lo que ella podría necesitar: una estantería llena de libros, un armario hasta arriba de ropa, un escritorio y una enorme sala de baño.
Si la comparaba con su habitación en el castillo Lucifuge se quedaba bastante corta, pero bueno eso ya era pasado y prefería no recordarlo.
Estiró los brazos hacia arriba causando un meneo en sus senos, ya que durmió con una camiseta con tirantes, pero sin sostén debajo.
"Espero que Euclid esté bien"- pensó Grayfia llevándose la mano al pecho, esperaba recuperar a su hermano cuando esta guerra terminase.
Ahora mismo con su padre ahí no podría hacer nada, y aunque no tuviera la mejor relación con Euclid seguía queriéndole en gran manera.
Estar lejos de él estos días le hizo darse cuenta de aquello, de ahí la frase "no valoras nada hasta que lo pierdes". Más cuando sabía que su padre era culpable de que ellos no tuvieran una relación tan cercana como ella lo hubiera deseado.
Grayfia negó con la cabeza intentando alejar cualquier pensamiento negativo de su mente, y después de levantarse se sentó en el escritorio.
Tomó un libro y lo abrió a la segunda página. Parecía como si hubiera sido escrito con pluma y tinta recientemente. Entonces, se puso a leer.
Querido diario:
Hoy me he levantado muy temprano, como costumbre mía desde que tengo uso de razón.
ESTÁS LEYENDO
Sueño eterno ☑
FanficDe una guerra, surge una lágrima. De una lágrima, surge un corazón roto. De un corazón roto, un surge un sueño eterno. De un sueño eterno, surge esta historia. Espero que la disfruten.