Dañino (Algún Día Voy A Corregir Esta Cosa Jaja)

15: Deseo (Parte 1)

Conway x Toni

Toni es consiente de que su vida está bajo riesgo al estar huyendo de sus crímenes, sin embargo la pregunta es ¿A que le teme exactamente?

(No me drogo, lo juro, este ship es muy XD pero al fin y al cabo soy tonibowl shipper de corazón y no de pasatiempo)
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El chico italiano corría a toda velocidad por las oscuras calles de la ciudad, sabía que no tenía muchas opciones de escape más que continuar corriendo y rogar por encontrar un buen lugar al que escabullirse.

Y pensar que había sido una tarde maravillosa, en la que finalmente se había tomado la libertad de salir a la calle, apartándose del departamento en el que solía resguardarse por el temor de ser descubierto.

Mal día para haber hecho eso, ahora tenía a varios sujetos de lo que creía que era el FBI tratando de cazarle por toda la ciudad, Toni sentía sus piernas tambalearse, no era para menos considerando todo el tiempo y esfuerzo que había hecho al estar huyendo ¿Cómo había llegado a tal situación? Bueno para ello hay que volver a un par de horas atrás.

El joven de cabellos rubios había permanecido mucho tiempo oculto, puesto que las autoridades estaban buscandole por todos los lugares posibles, era de esperar pues se trataba de uno de los jefes de la mafia Gambino, tras la caida de su imperio y la desaparición de su hermano, Toni no tuvo de otra más que desaparecer del radar al igual que los pocos sobrevivientes.

Finalmente cuando pensó que las cosas se habían calmado, decidió salir a la calle para relajarse un poco, siendo que terminaría en un bar al llegar la noche, Toni miró cuidadosamente los alrededores del lugar, parecía un buen lugar, rápidamente tomó asiento en la barra pidiendo un trago.

Los minutos estaban pasando, Toni mantenía la vista hacia aquel vaso de cristal que contenía el licor mientras que sus pensamientos viajaban hasta el día en que todo su imperio se había ido a la mierda, todos los errores cometidos que dieron oportunidad a que fracasaran, era cuestión de tiempo que le encontrasen, lo sabía perfectamente, pero aún así no quería darse por vencido tan fácilmente.

Un suspiro que dejaba notar su cansancio salió de su boca, seguido de ello el sonido de la banca arrastrandose contra el piso, hizo reaccionar a Toni haciéndole mirar a su izquierda, un hombre de traje se sentó en la banca a su lado.

Toni le miró detenidamente, era un hombre de cabellera negra, tenía un aura bastante intimidante, por lo que el rubio simplemente volteó hacia su vaso nuevamente.

- Oiga - pronunció el recién llegado - ¿Podría invitarle un trago?

- ¿Eh? ¿Se refiere a mí? - pronunció el rubio con cierto nerviosismo

- Si, usted ¿Puedo invitarle algo de beber?

Toni se quedó en silencio durante unos segundos, no sabía si debería dejarle a aquel hombre acompañarle.

- Yo no...

- No busco incomodarle, solo deseo estar hablar un poco con usted y pasar una buena experiencia

- Entiendo... De acuerdo

- Puedes llamarme Jack si lo deseas

- Si por supuesto... Jack

El pelinegro mostró una leve sonrisa para enseguida pedir un trago más para Toni, si bien este habia dudado bastante acerca de estar con aquel desconocido, al final decidió dejarse llevar y distraerse de todos los problemas que había estado teniendo.

Los tragos al igual que las conversaciones fueron fluyendo tranquilamente, llegando a un punto donde el italiano reía ante la compañia de aquel hombre, la música sonaba por todo el lugar, por lonque fue cuestión de tiempo en que el hombre aquel sacase a Toni a la pista, en lo que sería un baile lento.

Un baile en el cual las manos de aquel hombre sostenían la mano del rubio y con la otra sostenía su cintura con más delicadeza, Toni se sentía más en confianza con aquel hombre, quizás por el alcohol y las risas de antes, el italiano se sentía feliz por todo ello pues realmente necesitaba esa tranquilidad y diversión, las miradas entre ambos, las sonrisas y los momentos en los que sus cuerpos se mantuvieron tan cerca uno del otro no se hicieron faltar por lo que solo quedaba una cosa más para cerrar aquella noche tan especial.

Mientras la música seguía resonando y la gente cada vez más se envolvía en su diversión, la puerta que daba hacia los baños fue abierta con fuerza dejando entrar al par de hombres que a tropezones y besos fueron avanzando hasta llegar a un cubículo.

El pelinegro besaba insistentemente el cuello del rubio mientras sus manos se deslizaban por debajo de la camisa de este, Toni soltaba pequeños suspiros y sus manos solo sujetaban la cabellera negra de aquel hombre, el hombre procedió a bajar sus manos recorriendo la cintura del chico hasta ir más abajo tocando su trasero para enseguida masajearlo con fuerza a lo que Toni solo alcanzó a soltar un quejido antes de que sus labios fuesen estampados contra los del pelinegro, en un beso totalmente cargado de deseo.

Sus cuerpos estaban muy pegados, la pierna de Jack rozaba la entrepierna del rubio, Toni comenzaba a jadear ante el estímulo constante, podía sentir como su cuerpo se estremecía al sentir el aliento de aquel hombre contra su piel, como aquel sujeto buscaba constantemente dejar su marca por la piel blanca del italiano, tanto que Jack comenzaba a tirar de la camisa del rubio buscando descubrir toda la piel de posible de su cuello y hombro sin desabotanar la prenda.

Ante la evidente calentura del momento, Toni fue deslizando el saco que el hombre portaba haciéndolo caer al suelo, el hombre sonrió y su mano se dirigió al rostro de Toni, dandole un par de caricias para finalmente posarse sobre sus labios, el rubio al sentirse avergonzado bajó la mirada hacia el piso.

La mirada del joven cambio a una de temor rápidamente al notar la placa que sobresalía del saco en el piso, una placa con las siglas FBI el rubio rápidamente dio un empujón brusco al hombre frente a él y procedió a salir inmediatamente del baño, solo para encontrarse con más sujetos vistiendo ropas con aquellas siglas.

Toni no podía correr más, estaba muy agotado, justo al cruzar por un callejón sus piernas terminaron por ceder, causando que callese al piso, la desesperación de Toni era tal que solo pudo arrastrarse y lograr ocultarse detrás de unas escaleras rogando por no ser hallado.

Mientras tanto el pelinegro estaba caminando tranquilamente por las calles y con un cigarro encendido en los labios, al cual dio una fuerte calada y dejó el humo salir dispersandose en el aire. Sus mano se dirigió hacia el bolsillo de su saco, sacando una fotografía, la miró por un par de suegundos, era la foto del italiano a lo cual el hombre solo sonrió para guardarla nuevamente.

Continuó su andar por aquellas calles solitarias, sabía que el chico no podía haber ido tan lejos, no con el estado en que se encontraba, sería solo cuestión de tiempo que ya sea él o sus compañeros logren atraparle, aunque siendo sincero Jack tenía muchos deseos de ser él mismo quien se encargue de atender a ese pequeño asustadizo y ¿Por qué no? Tal vez terminar con el asunto pendiente de los baños.

Continuará...