17: Deseo (Parte 3)

929 60 6
                                    

Tengan, para que se entretengan un ratito jaja
______________________________________

La cara del menor estaba muy roja, sus cejas se arqueaban ligeramente y sus ojos querían evitar a toda costa mantener contacto visual con aquel hombre que estaba observandole con tanta frialdad, aquello desde un bonito sofá que estaba en una esquina de la habitación.

Toni podía sentir como su dignidad estaba haciendo pedazos de una forma acelerada, quería que la tierra se lo tragase en ese instante antes que continuar con el estúpido jueguito por parte del pelinegro. Conway por su lado miraba con suma atención y sin inmutarse aquella escena frente a sus ojos.

El rubio, uno de los jefes de una mafia, se encontraba dando un espectáculo completamente pornográfico, introduciendo sus dedos en su húmeda entrada repetidas veces, las expresiones y el temblar del cuerpo del chico eran para el deleite del mayor.

El estímulo era tan grande que el rubio no podía centrarse en mantener la calma, por lo que en medio de aquello cerró sus piernas con fuerza mientras ahogaba un gemido ante el orgasmo que había tenido tan solo por tocarse a si mismo, el joven dejó caer su espalda contra el colchón para descansar un poco, sus latidos estaban a tope y pequeñas gotas de sudor se deslizaban por su piel.

Sin embargo antes de que pudiese decir alguna otra cosa se percató de cómo Conway le sujetaba de los tobillos con fuerza levantándolos al aire.

- ¿Quien coño te ha dicho que podías detenerte? - cuestionó aquel sujeto con aquella mirada fría posada sobre el rostro del menor - vuelve a hacerlo, quiero que te prepares muy bien... prepárate para mi

- Sueltame... Viejo verde - el rubio llevó sus manos a su rostro de solo pensar en volver a retomar aquello que había estado haciendo

Conway ante la negativa e insolencia de su presa, fue acomodándose junto a él, su mano se ubicó rápidamente en la entrada de Toni retomando el trabajo sin más. Un jadeo se escapó de los labios del chico y su mano intentó alcanzar la de Conway para apartarle, no obstante este con un ceño fruncido golpeó la mano de Toni para evitar molestias.

- Deja que te enseñe como se hace nena

- No esper-ah! - el chico recostó la cabeza contra el colchón de golpe al sentir como los dedos del pelinegro se adentraban en su interior

- Tranquila muñeca, solo son unos dedos aún falta lo mejor - Conway sacaba y metía sus dedos con suavidad, buscaba llegar hasta donde le fuese posible, necesitaba preparar adecuadamente a su linda conejita rubia, lo iba a necesitar claramente con todo lo que estaba dispuesto a hacerle esa noche

El italiano movía las piernas inquietamente ante todo el estímulo que estaba recibiendo, ese hombre le estaba haciendo ver el cielo con tan solo tres simples dedos, probablemente era un hombre con experiencia, eso podría tener sentido puesto que ese sujeto parecía un hombre muy varonil, con un carácter horrible, pero en lo demás es el gusto de muchas personas.

- ¿Te duele? - cuestionó el hombre al sacar sus dedos lentamente

- No... Yo estoy bien - respondió con vergüenza

- Bien entonces podemos pasar con lo realmente bueno, levántate un momento de la cama

Toni asintió y se deslizó por la cama hasta lograr ponerse de pie Jack por su lado fue retirandose la poca ropa que traía ante la mirada del rubio, seguido de ello el hombre se acomodó en la cama, observando a un Toni el cual seguía de pie con muchas dudas por delante.

- ¿Qué estás esperando? Ven y sube sobre mi

- Dios... ¿Por qué estoy haciendo esto? - murmuró el joven al subir nuevamente a la cama

Dañino (Algún Día Voy A Corregir Esta Cosa Jaja) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora