Dañino (Algún Día Voy A Corregir Esta Cosa Jaja)

3: Miseria (Parte 1)

Pogo x Toni x Gustabo

Donde la supuesta salida que liberaría a Gustabo no hizo más que terminar por condenarle aún más, incluso junto aquel a quien el mismo usó como moneda de cambio.
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“Eso fue lo correcto ¿Cierto? Terminar conmigo para que no pueda hacerle más daño a él... Todo estará bien de ahora en adelante ¿Cierto?... Bueno es verdad que he condenado a alguien más en el proceso ¡Pero no tenía opción!... No quería hacerlo, no quería hacer que alguien más pasara por lo mismo que yo... Pero no había otra manera, ahora soy libre, ahora puedo descansar en paz ¿Cierto?”

“¿De dónde sacaste la tontería de que todo acabó?... Gustabo querido esto apenas comienza”

El rubio lanzó un grito despertando al fin de su sueño, había sido una maldita pesadilla, el chico se sentó a orillas de la cama pensando seriamente en ¿qué demonios acababa de suceder? El chico observó la habitación donde se encontraba, paredes de un tono rojo vino, muebles que parecían algo antiguos, no habían ventanas por ningún lado, es más ni siquiera había una puerta, el chico puso una expresión de fatiga, como odiaba esa puta habitación.

Había pasado por tantas cosas estando ahí, más específicamente causadas por cierto payaso demente que estaba obsesionado con él...  “Espera un momento” el rubio comenzó a hacer memoria ¿No se supone que él estaba muerto? ¿No se supone que todo había acabado? El mismo había armado todo un plan para librarse del puto payaso y poder morir de una maldita vez por todas.

¿Qué coño estaba sucediendo? El chico escuchó el sonido de la respiración de otra persona, fue entonces donde Gustabo miró a un lado de la cama, había un bulto envuelto con las sábanas del mismo tono que la habitación.

Gustabo sin pensar demás, simplemente descubrió lentamente a quien dormía, percantandose de que se trataba del joven al que le pidió que le matase.

- ¿Qué hace el italiano aquí? - murmuró al posar su mano sobre la frente del joven durmiente

- Hiciste un muy buen trabajo al elegirlo a él - un hombre con vestimentas de payaso apareció repentinamente de una de las esquinas de la habitación

- Pogo... - el rubio se levantó de inmediato, mostrándose preocupado

- Es un chico precioso, como conoces mis gustos mi niño - dicho esto el hombre se acercó a la cama, sentándose junto al rubio durmiente - este sí que es un joven de poder, ahora que su hermano ha desaparecido... El será el único dueño de ese imperio

- ¿Qué hago yo aquí? Se supone que me libre de ti

- ¿Creíste que sería tan fácil? - el hombre comenzó a dar caricias a la cabeza de Toni, mientras continuaba hablando con Gustabo - estás muerto, eso es verdad pero el lazo entre tu alma y mi ser aún persiste, eres mío Gustabo... Y ahora este chico también es de mi propiedad... Tú me lo vendiste

- Eso no puede ser posible... Entonces yo-

- Condenaste a este chico a pasar el mismo sufrimiento que tú y serás testigo de ello, consideralo como un castigo cariño... Vas a ser el único responsable de lo que suceda a partir de adelante, una vez más causas más daño del que esperabas

El payaso acercó su rostro al de Toni, con su mano sujetó su nuca y procedió a besarle, Gustabo tan solo observaba la escena, pues ya sabía lo que sucedería, Toni abrió lentamente los ojos y al notar que estaba siendo besado por un desconocido intentó forcejear, no obstante su intento fue completamente inútil, no tenía fuerzas para ello.

- Oye detente - pidió Gustabo

- No te pongas celoso Gustabo... Pogo también te dará atenciones - comentó el hombre con una sonrisa

El payaso sujetó de la camisa al rubio mayor y le jaló para así también besarle a él, la diferencia era que Gustabo no oponía resistencia alguna, pues era más que consciente de que no tenía caso resistirse, además eso no era nada comparado con otras cosas que había hecho con él en el pasado.

- ¡Pogo es feliz! - exclamó el payaso al aplaudir un par de veces - Pogo tiene dos hermosos chicos para él

- ¿Qué? ¿Qué es todo esto? - habló Toni bastante confundido

- Solo haz todo lo que él te pida - respondió Gustabo - aunque tampoco es como si pudieses oponerte

- Pero... Tu estabas muerto ¿No es así?

- Si lo estoy... Pero esto eso carece de importancia ahora

- ¿Qué demonios?

- Creo que él te lo explicará

Pogo tomó las manos de ambos chicos, con una sonrisa escalofriante en su rostro murmuró algunas palabras que no serían comprendidas por los jóvenes.

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El tiempo era algo el cual se desconocia al estar en esa habitación, Gustabo tan solo podía ser mero espectador al momento en que Pogo comenzaba a moldear la mente del pobre joven, la forma en la que el payaso le metía ideas cada vez más descabelladas y sanguinarias, solo podía ser testigo de cómo la mente del joven se iba deteriorando poco a poco.

Por fuera, Pogo tenía el control absoluto, el se encargó de dirigir la organización de los Gambino, el creó un nuevo imperio en la ciudad en la cual se establecieron, tenía el poder necesario para hacer de la vida de los que se interpusieran en su camino una completa miseria.

Desde luego que nadie sospechaba en lo absoluto de él, pues al haber estado estudiando la personalidad del joven podía fácilmente hacerse pasar por él, todo simplemente marchaba de lo mejor.

Las cosas en el interior, bueno... Solo era cuestión de esperar un poco más y por fin podría posar sus manos sobre Toni, pues estaba haciendo un buen trabajo al manipularlo, prácticamente sería el mismo joven quien tomaría la iniciativa de pedir que le tomase, tal como lo había hecho antes con Gustabo.

Solo que claro, Gustabo en la actualidad ya había recuperado su completa consciencia, aunque a pesar de ello permanecía siendo muy obediente y no causaba problemas.

Además desde la perspectiva del payaso demente, sería una grata experiencia el ver a Gustabo atormentarse aún más por haber fracasado en su mediocre plan para librarse de él, pobrecillo al parecer aún le queda mucho para averiguar hasta dónde llega el poder de Pogo y sobretodo hasta donde llegarían las consecuencias de su error.

Continuará...