CAP 5

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Los dos jóvenes príncipes después de un desayuno casual y unas horas de preparación para la fiesta que se llevaría a cabo. Ambos chicos tenían planeado encontrarse en aquel salón con el piano para practicar.
Aún no llegaba Jisung al cuarto, Minho estaba sentado en el banco que acompañaba al piano a su lado mientras observaba con curiosidad el instrumento.

Desde pequeño veia a su madre tocar el piano tan delicadamente, le recordaba a la inocente infancia de él. Su madre tocaba muy delicada las teclas blancas y negras, cerraba sus ojos y dejaba llevar una parte de su alma con la armoniosa melodía que hacía eco por la gran habitación del castillo negro.

Parecía que no era complicado llevar una sincronía de dedos y mente para completar la musica, podía memorizar tanto como las notas como las pocisiones de sus dedos en el piano.
Minho, siendo tan pequeño no entendía como o de que trataba tocar ese instrumento, solo sabía que le agradaba lo que escuchaba.

Minho jamás se le permitió llevar más de un instrumento en sus lecciones, solo llevaba violín pero no era algo que lograba obtener la mayor atención en Minho.

Aprendió las notas de un piano gracias a su madre, pero después de eso, no quiso seguir con el aprendizaje de otro instrumento lo cual lo dejó en el olvido, pero no del todo.

El pelinegro volteo de golpe su mirada a la puerta que fue abierta dejando ver a un menor con partituras en sus manos que entraba a la habitación.

- oh, no sabia que ya se encontraba aqui, principe Lee. -dijo con sorpresa al ver al pelinegro.

Jisung empezó acercándose al piano donde el pelinegro se levantaba del banco dejando que el principe Han se sentara.

Los dos solamente se miraron de reojo mientras Jisung acomodaba las partituras en el piano. Ya estaban listas las hojas para lograr guiar al principe que en esa noche presentaría la gran melodía, parecía aterrador para el, una sola tecla que fallaba podría dejarlo en vergüenza adelante de casi trescientas personas o más.

Dejó de pensar tanto las cosas y empezó a apoyar sus dedos en el piano dejando al camino una melodía.

Minho observaba al castaño con una especial curiosidad pero a la vez miraba las teclas que tocaba al par de una de la otra esperando la parte que complicaba las manos de el menor.

Jisung sentía la mirada del oscuro pelinegro en él poniéndolo un poco nervioso pero a la vez lo relajaba la música y lo bien que estaba saliendo la melodía hasta que, sin darse cuenta, estaba a punto de llegar a esas notas complicadas.

Cayó en cuenta de que debía ser un poco mas cuidadoso al tocar las notas que seguían pero a la vez tenía que llevar el ritmo.

Empezó a tocar las teclas si bemol y sol para dar comienzo a la parte difícil.

Los nervios inundaron un poco su cuerpo haciendo que dude de sus dedos y su memorización.

Tan solo siguió con sus notas observando las partituras cuidadosamente que sin darse cuenta estaban cambiadas ya que habia olvidado moverlas para observar las demás notas.

Tan solo con pensar de un segundo a otro la imagen de él en el salón con un piano enfrente mientras otras princesas, reyes, reinas, caballeros y herederos al trono veían con atención al menor tocar esa canción.

Jisung obtuvo un tipo de temor a pasar vergüenza y cometió un error al tocar una tecla no correspondida.

Suspiró, parecía tan fácil de hacer, era la parte más fácil de la canción pero para Jisung no era asi, era horriblemente complicada, sus manos se descordinaban, izquierda con derecha, sus dedos mágicamente querían estar pegados del uno al otro como los de una muñeca.

Era vergonzoso.

— ¿sabia que logra hacer la parte más difícil de la canción pero la parte más fácil no la logra hacer? —murmuró Minho al ver al castaño con la cabeza abajo.

El menor solo volteo dudoso al mayor, ¿estaba hablando mal de el?

— adivine cual es la parte que se lleva mas tiempo en toda la canción. —dijo Minho mientras se entrecruzaba de brazos.

Jisung claro que lo sabia pero lo raro era que no veia o no sentía la dificultad de este.

— ¿eso que quiere decir, principe?

La casi respuesta de Minho fue interrumpida por la presencia de un guardia que requería de Jisung para los planes de la fiesta.

Ambos voltearon al chico pelinegro y musculoso que abrió la puerta sin permiso alguno.

— disculpe, principe Han, su madre lo espera en el gran salón.

— claro, Changbin, puedes irte, yo llegaré lo mas pronto posible al salón. —aseguró el castaño mientras se levantaba del banco.

El guardia salió de la habitación con dirección a dar el comunicado a la reina dejando al principe atrás.

Después de que el guardia saliera, Jisung solo miró a los ojos del pelinegro que anteriormente no había visto tan curiosos.

— se que tiene que ir, príncipe, vaya, lo veré en la fiesta. —dijo Minho con una mirada un poco fuerte, su mirada podía llegar a ser demaciado peligrosa pero en algunas otras veces llegaba a ser completamente dulce.

El menor asintió mientras miraba el piano de reojo. — de acuerdo, solo espero que salga bien.

— seguro que si. —el menor después de escuchar las últimas palabras del pelinegro salió tan rápido como pudo de la habitación dejando al pelinegro solo.

Tan solo segundos después de que el menor saliera, Minho se sentó en el banco nuevamente recordando como el menor tocaba las teclas, por un segundo pensó: tal vez no era tan difícil tocar las teclas de un piano, no para él, sabía el nombre de cada una de ellas por las partituras pero no sabia la posición de estas, no sabía cual era cual y lo dificultó aun mas la posibilidad de algún día saber tocar el piano.

Tan solo intentaba e intentaba recordar las posiciones de los dedos pero era horriblemente complicado.

Solo se rindió, salió de la habitacion sin más que decir cuando ya estaba oscureciendo.

Caminaba entre los pasillos del castillo Han hasta que encontró una torre con escaleras de espiral.

La curiosidad lo inundó y siguió ese camino de escaleras hasta que llegó a lo que parecía ser un punto muy alto del castillo, habia una larga ventana que daba dirección al río que a distancia se podía ver tan solo un poco.

Minho asomó su cara al exterior desde adentro del lugar observando la altura hacia abajo, se alejó dando la espalda a este pero al estar a la puerta que volvía a dar a las escaleras, tomó impulso y corrió a aventarse de la ventana abriendo sus brazos mientras cerraba los ojos.

Minho asomó su cara al exterior desde adentro del lugar observando la altura hacia abajo, se alejó dando la espalda a este pero al estar a la puerta que volvía a dar a las escaleras, tomó impulso y corrió a aventarse de la ventana abriendo sus bra...

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