Greg.
Desperté primero que ella y verla ahí, medio desnuda, con los cabellos alborotados sobre mi brazo, fue la sensación más bonita del mundo.
Respiraba despacio.
La luz del sol aún escasa comenzaba a colarse por las ventanas y a iluminar su rostro... sentí tanta paz.
El timbre me distrajo y corrí antes de que la despertaran... traté de no hacer ruido y abrí la puerta aún en bóxers.
Rojo y verde. Amanda. Las pecas en sus mejillas parecían brillar cuando sonreía pícaramente.
— Así si me gusta que me reciban.
— ¿Que quieres?
Se mordió los labios.
— Quiero muchas cosas mi pez. — me solía llamar así. Se acercó hasta que su respiración estuvo mezclada con la mía.
— No. — dije pero no me aparté.
— No ¿qué? ¿Te he dejado sin habla Greg?
Negué... sujeté sus manos y las coloqué sobre mis hombros. Apoyé mi frente en la de ella y la miré a los ojos.
— No quiero verte nunca más. Desaparece de mi vida otra vez y trata de que esta ocasión sea para siempre.
— Vale, pero explícale a tu novia que se te ha puesto dura cuando me he acercado. — la aparté de un tirón y la saqué del apartamento.
Giré sobre mis pies y ahí estaba. Con la sábana cubriéndole el cuerpo, en la entrada de la habitación.
— No es lo que piensas.
— ¿Cómo sabes lo que estoy pensando?
— No lo sé.
— Escuché todo Greg, sé que solo lo hace para molestarme.
Respiré calmado y me acerqué para besarla.
— ¿Ella también vivía aquí?
— Si, pero eso...
— Greg, no te estoy pidiendo explicaciones.
— Aún así insisto en dártelas.
— No Greg, yo solo quiero irme. ¿Podrías llamar a Kim?
— ¿Estás enfadada? Yo no quiero que...
— Greg, debo ir y aclarar todo con mamá y papá. No estoy enfadada ¿vale? Creo que calculo muy bien lo que Amanda puede llegar a hacer.
No, no lo hacía.
Tomé mi celular y busqué el número de Kim, no lo tenía.
— Marcaré el de Kevin, pero habla tú... no estamos muy bien que digamos.
— Vale.
Le ofrecí el teléfono y lo colocó en su oreja.
— ¿Kimberly? ¿Qué pasa? Cálmate por favor. Habla despacio Kim.
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Detrás de sus ojos
RomansaSi estás buscando una historia rosita, con amor y cursilerías, estás en el lugar correcto. Ella es Destiny Williams y él es Greg Adams. Se conocieron en una estúpida fiesta, rodeados de vasos rojos y alcohol, pero desde entonces no han podido ol...