¿Por qué tenías que ser tú?

3. Marck

Me fuí de casa de Tay cuando llegó su nueva familia.

Cuando llegué a mi casa no se oía nada y di las gracias. Mis padres siempre tuvieron problemas y los siguen teniendo. Cuando entré en casa sólo vi a Rosy, la que se encargaba de limpiarla, la saludé y subí a mi habitación. Me puse a hacer cualquier cosa, cuando el primer grito se escuchó en toda la casa.

- ¡Eres un cretino, cómo se te ocurre!- Supe que mi madre empezó a llorar después de esa frase.

- Tu no sabes nada de lo que pasó -

- ¡Cómo que no! - odiaba escuchar a mis padres discutir, así que cogí la guitarra y empecé a tocar para no escuchar nada. Cuando los gritos acabaron, decidí bajar. Mi familia tenía dinero al igual que la de casi todos mi amigos.

Cuando bajé por las escaleras encontré a mi madre tirada en el suelo, la fuí a ayudar cuando vi que tenía el ojo morado.

- ¿Ha sido él?- pregunté, de una mala leche...

- Cielo, no pasa nada, de verdad. Ayúdame a levantarme- la ayudé y la llevé con Rosy para que la ayudara.

Fuí a buscarlo a su despacho y entré sin llamar a la puerta, me daba igual.

- ¡Qué cojones te pasa! - dije muy enfadado.

- A mí nada, es tu madre -

- Mamá no ha hecho nada, es más, ¿quién coño le ha dejado el ojo morado?, ¿tú? -

- Se lo merecía - dijo poniéndose de pie.

- ¿Qué se merecía? ¡qué le pusiera los cuernos!

Me acerqué a él y le di un puñetazo en toda la cara y salí de mi casa a casa de Ava, mi exnovia que siempre que la necesitaba, estaba ahí. Cuando llegué la besé y nos fuimos a su cuarto. No quería hablar y ella lo sabía. Al acabar nos dijimos pocas palabras.

- Esta noche hay una fiesta, ¿te veo allí?- asentí y salí de la casa.

Acababa de cometer un estupidez, ¿a quien coño se le ocurre? Estaba enfadado con mi padre, y no quería hacerle ilusiones a Ava. Cuando llegó la hora de la fiesta recibí una llamada de mi padre, la primera vez no se la cogí y luego volvió a llamar y así durante 10 minutos al final decidí responder.