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vii. sick partner | takefuyu

vii. sick partner

Advertencias: Ubicado en 2019, los personajes mantienen la edad de 2005.

pair: takefuyu [hanagaki takemichi x chifuyu matsuno]

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—¿Cómo estás, compañero?

Pregunta Chifuyu con la preocupación sumergida en su pecho, mientras mira perdidamente el techo de su habitación, fantaseando con la sonrisa etérea de Takemichi al contestar la llamada.

En el tercer día de aislamiento, habían desistido la idea de programar videollamadas, su internet carecía de la calidad necesaria para ver más allá de borrosos pixeles. Así que tuvo que conformarse simplemente con escuchar la chillona voz de su amigo.

—¡Estoy bien!—responde con animo, arrancándole una sonrisa aliviada—. ¿Qué hay de ti, Chifuyu? ¿Todo bien?

—Sí. ¿Seguro que estás bien?—Suspira con pesadez, Takemichi era el antónimo de autocuidado y tendía a ocultar sus malestares debajo de la manga.

—Ya te dije que sí. No tengo fiebre y mi voz está perfectamente bien, ya la escuchaste—Eso era un decir, Chifuyu podía percibir la tonificación resfriada incluso a través de un medio de comunicación inalámbrico. Pero, confiaba en que su socio le avisaría en el momento en que se sintiese realmente mal.

—Bien, tú ganas. Pero, llámame cualquier cosa.

—Sí, sí—garantiza Hanagaki con despreocupación y Chifuyu imagina que está rodando los ojos con una mueca cariñosa—. ¿Cómo está Peke J?

La conversación se desplaza a trivialidades, Matsuno habla de su tierno gato y sus planes sociales del día y Takemichi le cuenta sobre el disparate asentado en sus pasados sueños febriles. Ambos ríen por minutos que se sienten infinitos, hasta que el momento de despedirse aprieta su cuello, Chifuyu está por recordarle a su contrario que le toca elegir la película compartida de esa noche, cuando éste lo interrumpe sin aviso.

—Chifuyu—Lo llama con el tono colmado de una melancolía atípica que derrite su corazón—, ¿me extrañas?

—Claro que sí—responde automáticamente, como si no existiese otra respuesta válida—. Sabes que no es lo mismo sin ti.

Un silencio repleto de inquietud usurpa el ambiente, el joven con perforaciones en sus orejas está tentado a cancelar su salida con Hakkai sólo para quedarse conversando con su mejor amigo. La soledad es un demonio y Chifuyu temía que Takemichi sucumbiera ante ella.

—Aw, socio. No me extrañes tanto. Sólo faltan unos diez días y volveremos a ser el dúo imparable—afirma con una diversión seca. Chifuyu lo deduce al instante, se trataba de un consuelo propio, la impaciencia brillaba en la voz de Takemichi y la única manera de sobrellevar su solitaria enfermedad era el conteo del fin de su encierro—. Pasará súper rápido, y entonces, comeremos un delicioso y calentito ramen.

El rubio con corte bajo tararea en acuerdo, escondiendo su bulliciosa preocupación en el fondo de su caja torácica:—No olvides que te toca elegir la película de hoy.

—¡Veremos Frozen!—Un resoplido fastidiado se escapa de los labios de Chifuyu, habían visto esa película tantas veces que ya había memorizado los diálogos y canciones. Y por alguna extraña razón, Takemichi siempre terminaba llorando en la escena final.

—Tengo que irme. Adiós, socio.

—Cuídate mucho, ¡adiós!—Es lo último que escucha antes de que la llamada se suspenda, Matsuno sonríe ligeramente, sintiendo la calidez esparcida en su alma por las palabras de su compañero. Agarra rápidamente sus cosas personales y sale en dirección al hogar de los Shiba.