viii. slow dancing | mitsuyuzu

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viii. slow dancing

pair: mitsuyuzu [takashi mitsuya x yuzuha shiba]

La brisa gélida tocando su piel, la obliga a encogerse ligeramente y abrazar sus desnudas piernas. El frío de la soledad se introduce debajo de su vestido y lágrimas gruesas amenazan con salir. Se ve patética, sola, en medio de la noche, con su lujoso vestido de lentejuelas y sus centelleantes zapatos de tacón. Suspira pesadamente, escuchando la eufórica música tras su espalda. Ella debía estar allí, con sus amigos, bailando y disfrutando su última noche de juventud antes de que la bomba de la adultez estallase en su rostro. Pero se sintió abrumada por ser el lamentable número impar, apreciarse sola en un mar lleno de gente. Sólo necesitó una excusa para escapar, tomar aire y juntar todos sus pedazos rotos. Odiaba la inseguridad apretujando su cuello, su miedo a que la felicidad sea tan efímera que no pueda saborearla correctamente. Está tan asustada de estar sola que prefiere huir antes que vivir dicha sensación.

—¿Quieres bailar?

La sutil voz la sobresalta, levantando su vista instantáneamente. Yuzuha parpadea, reconociendo con rapidez esa exorbitante cabellera violácea. Sólo Mitsuya Takashi podría ocupar suavidad en su rasposa voz.

—¿Hakkai te envió?—refunfuña con brusquedad, ocultando su vergüenza de ser captada en tal penosa situación. Vuelve a mirar sus pies, prefiriendo ser grosera que vislumbrar lástima en los ojos lavanda de Mitsuya.

—Es de mala educación contestar una pregunta con otra—explica Takashi con diversión y Yuzuha chasquea al escucharlo. Él extiende su mano con caballerosidad genuina y vuelve a repetir su pregunta anterior.

La Shiba no responde, contemplando con intensidad los puntos carmín pintados en los dedos ajenos, la aspereza inculcada en minúsculos raspones. Se rinde, sabiendo las molestias que se había tomado el chico para acompañarla. Exhala con fastidio y sujeta delicadamente la mano de Mitsuya.

El chico toma su acción como un permiso concedido, así que mueve con agilidad su mano libre hacia la cintura femenina y se coloca en la posición adecuada de baile. La sorpresa inunda los rasgos de Yuzuha, poniendo automáticamente sus manos en los hombros masculinos.

—Es una canción movida, lo sabes, ¿no?—cuestiona ella, arqueando su ceja con confusión. Casi podía distinguir la majestuosa voz de Dua Lipa resonar en el establecimiento. Él carcajea levemente, descansando en una sonrisa socarrona.

—¿Eso va a detenernos?—dice Takashi, dejándola sin palabras. Él se burla de su silencio y procede a balancear sus cuerpos con tranquilidad.

Mitsuya tararea alguna vieja canción de Disney—influencia de Luna y Mana, seguramente—y se mueven al compás de su música personal. Yuzuha se concentra rígidamente en los finos labios del chico, en el sonido ligero de sus cuerdas vocales.

—Relájate, no vas a pisarme—susurra él, percibiendo la tensión esparcida en la chica. Sin embargo, sus palabras no la tranquilizan en absoluto, sino que la estresan aún más al ser leída con tanta facilidad. Ella lo pisa inevitablemente, perdida en el coro y se maldice internamente por haber arruinado todo. Mitsuya no dice nada, continúa bailando y en el lento girar, la pisa, expulsando una pequeña risa—. Ahora estamos a mano.

Ella se ríe con asombro, reposando su mirada agradecida en su acompañante. A sus ojos, Mitsuya es un enigma indescifrable, con su cabello inusual y su personalidad amable, su constancia alucinante y su capacidad impresionante de tejer los trapos descosidos de su noche desastrosa.

Aún con el cansancio desbordando en sus ojos, él está ahí, haciéndola pasar un buen momento.

—Gracias, Mitsuya—murmura en su oído, abrazándolo de forma efímera e interrumpiendo el infinito danzar—. Fue sorprendentemente divertido.

—No hay de que, espero que lo hayas pasado bien—expresa él, estallando en una suave sonrisa.

flufftober | tr shippsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora