xi. first time (no sex)
pair: shinwaka [wakasa imaushi x shinichiro sano]
♡
Suspira ligeramente, contemplando los traviesos pájaros que se divertían en la ventana. El tiempo concurría con una lentitud irritable, agravando con cada hora pasada su entumecimiento muscular y hambruna vespertina. Agradecía, al menos, que Shinichiro hubiese accedido a permitirle mantener su chupetín, renovándolo en cada ínfima pausa. No quería preguntarse cómo sobreviviría a su ansiedad sin la distracción útil en sus labios. Cómo sobreviviría a la intensidad vehemente abduciéndolo al pozo infinito dentro de los iris ajenos.
El rasgado de la cerda sobre la superficie blanquecina del bastidor, el chillido de las aves, la respiración ahogada en nicotina de Sano y la suya, que era tan silenciosa que no parecía estar haciéndolo en absoluto, eran los únicos sonidos que permanecían en el ambiente.
—¿Falta mucho?—pregunta, cuando su estómago ruge vergonzosamente.
—Más o menos, no tanto, quizás un poco—contesta con la mirada clavada en las temperas y la lengua ligeramente hacia afuera. Imaushi ahoga un suspiro, esa fue la misma respuesta que recibió en un intervalo de ciento veinte minutos y seguían en la misma posición: Shinichiro con su concentración nerviosa y Wakasa con el aburrimiento atorado en su laringe.
No entendía por qué Shinichiro no solicitó a Benkei con sus exóticas características o a Akane, la tierna chica con piel de porcelana. Wakasa debía ser la persona menos indicada para este trabajo, su rostro era contenedor de expresiones muertas y no poseía el interés peculiar que podría llegar a cautivar a alguien. Por ello, se sorprendió cuando Sano se acercó con las mejillas coloradas y la sonrisa inquieta, suplicándole que sea el modelo de su obra. Aceptó con fastidio, culpando a su continuo hastío y no a su incapacidad de negarle algo al otro.
Ahora se arrepentía no haber tenido el coraje de refutar, su falta de movilidad y funciones ha logrado que sus pensamientos se vuelvan más nítidos. Estar tanto tiempo en un espacio cerrado con el joven de cabellera oscura, ha conseguido que centre su atención en las costumbres ajenas; los aros de humo que le gusta hacer inconscientemente, su mano apoyada en su cuello en señal de indecisión y la sonrisa solar que sobresalía voluntariamente cuando algún trazo parecía ir bien. Imaushi no quería admitir lo sublime que se sentía la situación, lo majestuoso que se mostraba Shinichiro con el rostro contraído en concentración y la suavidad inefable de sus movimientos.
Si Imaushi no tuviese que estar rígido en una posición incómoda, podría disfrutar este nuevo rasgo que sólo él conocía.
—¿Sabías que..?—cuenta Shinichiro súbitamente con la voz ronca, el joven de mechones bicolor lo mira interrogativo sin romper su postura—. Llevas el kanji que significa belleza en tu nombre.
Wakasa suspira internamente, sólo alguien como Shinichiro podría hacer énfasis en un conocimiento tan nimio.
—Sí, ¿y?—La brusquedad escapa de sus cuerdas vocales, sin embargo, su cansancio exterior oculta toda emoción. Shinichiro bufa con diversión, retirando con gracia el cigarrillo de sus finos labios y expulsando una gran bocanada de tabaco.
—Ya terminé—anuncia, al escuchar esto, Wakasa estira sus extremidades abruptamente y busca en su bolsillo otro chupetín de fresa—. Ven a mirarlo.
Se acerca sigilosamente con el peso muerto de su cuerpo, se posiciona al lado de Shinichiro, quien contenía una amena sonrisa y los ojos curiosos centelleando por su reacción. Imaushi ve la pintura y algo se rompe por primera vez en su pecho. Allí, en un simple lienzo de tela estaba él, con sus largas pestañas resguardando un brillo inusual en sus ojos lilas, sus estrechos labios formando una suave sonrisa y sus delicados rasgos siendo iluminados por el fulgor solar.
—Está bonito—opina después de un tiempo, aún con la mirada perdida en el producto finalizado.
—¡Sí! Sabía que eras el indicado para esto—exclama con genuina emoción, consiguiendo una ceja arqueada de Imaushi. Al ver la confusión por su comentario, Shinichiro explica con dulzura—. Eres hermoso, Waka. Sí que le haces justicia a tu nombre, eh.
Wakasa siente un cosquilleo en su tórax y se obliga a desviar la mirada. El color rojizo vuelve a acentuarse y acusa ridículamente a las palabras acarameladas por haberlo tomado con la guardia baja.
Después de todo, era la primera vez que alguien lo llamaba hermoso (Y que haya sido Shinichiro Sano, quien lo hizo, sólo volvió todo más especial.)
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flufftober | tr shipps
Fanfiction31 días de drabbles/one shots de los distintos shipps de Tokyo Revengers. • Participando en el flufftober 2021 de la página de Facebook "Es de Fanfics". •Disclaimer: Tokyo Revengers no me pertenece, créditos a Ken Wakui.