xiii. bath time | bajifuyu

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xiii. bath time

pair: bajifuyu [keisuke baji x chifuyu matsuno]

La luna blanquecina se alza a lo alto y alumbra con parsimonia sus cuerpos resguardados en la oscuridad. La figura más pequeña se acerca a la mayor con pasos emocionados y ambos se sitúan a unos cuantos centímetros del borde. Sus pies desnudos perciben la euforia temblorosa de una nueva aventura y ninguno se atreve a titubear ante la idea de saborear la vida en toda su esencia. (A pesar de que Chifuyu no imaginaba esta situación particularmente cuando Baji sugirió que se bañasen juntos.)

Baji tiene los labios entumecidos formando una sonrisa ansiosa, sus colmillos níveos y afilados se muestran sin remordimiento. La vehemencia golpea su pecho y produce llamas intrínsecas en su cavidad torácica. Mira a la confidencia personificada a su lado que desborda inquietud por cada poro y Keisuke sonríe al caer en cuenta que las experiencias más disparatadas cobran tinte colorido sólo cuando está con Chifuyu.

Por otra parte, Chifuyu es un remolino de sentimientos contradictorios; el miedo reflejándose en sus músculos, el ímpetu proyectándose en sus adorables hoyuelos y la jovialidad placentera esparciéndose con nerviosismo en sus entrañas. No tiene vértigo, pero le asusta caer y estrellarse en soledad, descender a una salvación fría por carecer de prudencia. Sin embargo, sólo se necesita de la suavidad cálida de la palma de su persona favorita en el mundo para ahuyentar toda preocupación adherida a su garganta. Chifuyu nadaría en lava ácida sólo por Baji.

—Vamos a hacerlo—anuncia el rubio clarificado, contemplando el brillo lunar reflectado en los iris opuestos. Baji asiente con la atractiva sonrisa colmándose de salvajismo brutal y aprieta con confianza la mano de Chifuyu.

—A las una, a las dos y a las tres—Cuentan al unísono con rapidez y la gravedad común realiza su trabajo. El grito profundo de Baji acalla los chillidos agudos de Chifuyu, antes de hundirse súbitamente en la tibieza inaudita del lago.

Los asombrados pulmones de Matsuno suplican por oxígeno, obligándolo a retirar su cabeza del cuerpo líquido. Inhala con consuelo y una risa estrepitosa sobresale de sus labios resonando por todo el lugar. Parpadea reiteradamente hasta que sus ojos ya no poseen salinidad, y busca con la mirada el atlético cuerpo de Keisuke.

—¿Baji-san?—pregunta, comenzando a asustarse al no encontrar nada más que una tétrica calma—. ¿Dónde estás, Baji-san?

El pánico se adueña de su accionar y está por nadar hacia la orilla para tener mejor visión, cuando unos fuertes brazos estrechan su cintura y lo empujan a la hondura. Baji sonríe debajo del agua para luego levantarlo sin previo aviso.

Chifuyu chilla con sorpresa y suelta una carcajada minúscula (y aliviada) al notar el bonito rostro de Baji ser iluminado por la naturaleza. Keisuke rebosa ternura, con sus sonrosadas mejillas y la larga cabellera pegándose a su cara. En la sombría infinitud del lago, Baji se ve pequeño y etéreo, con la remera de calavera ajustada a su abdomen y el short de baño con estampado de gatitos.

—Te ves tan tierno, Baji-san—comenta Chifuyu con genuinidad, sin burla en su tono. Los pómulos del muchacho de hebras oscuras se tornan de un color más intenso, mientras frunce el ceño ligeramente por ser colocado en un estándar tan insultante como ser lindo.

—Cállate—refunfuña, salpicándole agua en respuesta. Chifuyu se ríe y contesta a su provocación, agarrando mayor cantidad y lanzándola hacia él. Inician una violenta y juguetona guerra de agua hasta que Baji se sumerge en la profundidad y enrolla sus extremidades en el torso del rubio, componiendo un gran y aplastante abrazo de oso. Chifuyu batalla un rato, intentando desprenderse, pero la fuerza inquebrantable del otro consigue su rendición inmediata. Pese a haber ganado, Baji no lo suelta, permaneciendo en la misma posición y Chifuyu no reclama nada, eligiendo cerrar los ojos para disfrutar la comodidad placentera de la postura.

Con la luz pura de la luna y la ingenuidad de las estrellas, la templanza agradable en sus mojados cuerpos y la calidez apacible bañado sus almas, se quedan allí.

—Sugerí esto sólo para poder ver tu tierno rostro sonrojado—susurra Baji en su oído como venganza oficial, sabiendo que valió la pena al mirar el brillo vivaz en los iris verde agua de Chifuyu—, y poder tener una excusa para abrazarte. La luna fue sólo una adición típica de manga shojo.

Chifuyu resopla ligeramente, acurrucándose torpemente en el cuello de Baji y murmura levemente como si de un secreto se tratase:—¿Sabes, Baji-san? Fue divertido, aunque no necesitas ninguna excusa para abrazarme.

flufftober | tr shippsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora