iii. under the rain | yuzusenju

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iii. under the rain | yuzusenju

pair: yuzusenju [yuzuha shiba x kawaragi senju]

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Ella está saltando. La figura menuda y pequeña salta en charcos de lodo con una chaqueta holgada y unas botas negras, ignorando la lluvia que desciende torrencialmente con clara intención de tragar todo a su paso. Yuzuha la mira y aprieta el paraguas, sintiendo la brisa gélida del temporal congelar sus desnudas piernas. Maldijo internamente haber decidido utilizar falda en un día como aquel.

—Oye, niña.

Llama casi desinterasada, no le importaba la inmadurez propia de un infante, pero no podía sólo ignorarla limpiamente, el cargo de consciencia la quemaría. Ésta la ignora, tarareando una difusa melodía que se deteriora con cada chispa.

—Vas a enfermarte si no te resguardas de la lluvia—continúa, tratando de no verse irritada por la falta de atención ajena. La desconocida tampoco contesta esta vez, empezando a chillar mientras salta con un pie. Yuzuha bufa, rendida, realmente lo había intentado—. Haz lo que quieras, me voy.

Entonces, se detiene. El ruido infantil, las pisadas sonoras, las carcajadas con sabor a menta, paran. Todo se detiene. La castaña parpadea, notando como la minúscula persona ahogada en grandes prendas se da la vuelta. Lo primero que Yuzuha distingue en esa sublimidad exótica fueron aquellas largas pestañas albinas ocultando monótonas ojeras, luego ojea la pálida piel contrastando con la cabellera desordenada de tono claro, y por último, contempla la intensidad voluble de unos ojos empíreos. "Que bonita", piensa con asombro natural.

Ella se acerca con pequeños pasos rápidos y extiende su nívea mano hacia la Shiba, mientras una suave sonrisa decora su rostro.

—Ven, es divertido—dice con la alegría burbujeando en sus cuerdas vocales, el sonido de la lluvia perpetuando a sus espaldas. Yuzuha piensa en sus deberes, en el toque de queda, en la pesada carga impuesta en sus hombros, y luego, mira al precioso ángel con rasgos delicados invitándola a unirse a la supuesta jovialidad.

Yuzuha sonríe, sujetando la fría mano de su contraria y a su vez, soltando el gran paraguas negro. Percibe las gotas cálidas impactar con brutalidad su cuerpo y la risa amena de su acompañante en sus oídos, ambas giran en círculos y bailan una canción desafinada que la niña de prominentes pestañas comienza a cantar.

—Soy Senju—pronuncia entre carcajadas dulces y mejillas pigmentadas, con la cabellera mojada y los ojos relampagueantes.

—Yuzuha—musita la castaña con el corazón húmedo y los órganos inundados de aquel diluvio estridente llamado amor.

flufftober | tr shippsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora