Miércoles.

18 2 5
                                    

Este día en el colegio había sido difícil para todos los estudiantes de último año. Cada uno de ellos tenía problemas dentro y fuera de el instituto entonces los exámenes finales y dudas sobre la universidad estaban haciendo que ellos se volvieran locos.

Una chica estaba regresando a su casa y recibió una llamada.

-¡Hey! Te extrañé hoy. En realidad necesito tus manos en mí.- Sonó su voz al contestar a celular.

-Quiero mis manos en ti igual. ¿Puedes llegar a mi casa hoy?- La otra chica respondió a través de la pantalla.

-El colegio me cansó como nada hoy. No creo querer o poder ir a la tuya. Podrías llegar a la mía si quieres, podemos comer algo y ver una película.

-Claro. Te veo ahí en 30. Me arreglaré las uñas.- La chica cortó la llamada y luego empezó a caminar más rápido hacia su casa, tendría que bañarse antes de que su invitada favorita llegara.

---

Pasaron alrededor de 50 minutos cuando el timbre de la puerta en su casa sonó. Ella estaba a punto de dormirse y eso la sacó de su cama en segundos.

Bajó las escaleras acariciando sus ojos porque no estaba acostumbrada aún a la luz ya que había tenido los ojos cerrados por ya un tiempo.

Al abrir la puerta no pudo decir nada porque la otra chica ya la había envuelto en un abrazo.

-Hey.- Respondió la más alta con una voz ronca por haber dormido un poco.

-¿Has fumado o algo? Suenas cómo si hubieras tomado canela.- Se separó del abrazo para ver a su novia.

-No, estaba dormida porque tardaste años en llegar.-

-En mi defensa, estaba arreglandome para tí. Vamos, deja de hablar y entremos, me muero de frío.-

La más alta cerró la puerta y fueron directo al cuarto de esta. Las 2 se acostaron en la cama al llegar a la habitación y no hablaron por unos minutos hasta que la chica que vivía en esa casa decidió romper el silencio que no era incómodo.

-¿Comiste algo hoy? Puedo cocinar algo si quieres. Mis padres regresan mañana.

-Si. ¿Sabes hacer galletas?- La chica se volteó a verla después de decir esto, la que vivía en la casa seguía viendo al techo del lugar entonces pudo lograr ver lo perfecto que era su perfil.

-Claro. Recuerdo haberte dicho que te enseñaría a hacerlas. Podemos hacer eso más tarde.-

-¿Más tarde?

-Si. En este momento tengo sueño. Si quieres puedes dormir conmigo.- Su novia sonrió porque ella tenía pensado que diría otra cosa que tenía en mente, pero no protestó ante la propuesta.

Sin decir una palabra más, las 2 se recostarom en la cama y entraron bajo las sábanas de algodón.

La chica alta acomodó su cabeza en el pecho de la otra, podía sentir su corazón palpitar descontroladamente en ese momento. Amaba saber que, como en el primer día, ella hacía que todo su sistema se apresurara.

Cerraron los ojos, ninguna de las 2 tenía deseo de hacer ese momento algo diferente a lo que estaba siendo. La relación que ellas tenían era tan sana porque en sus ojos la otra no era una máquina de satisfacción. Era un mundo perfecto, algo irreemplazable y único.

Sin darse cuenta, las 2 cayeron dormidas en el cuerpo de la otra.

Durmieron por unas 2 horas hasta que el celular de una empezó a vibrar en el bolso de su pantalón, haciendo que las 2 se despertaran.

EL ARMARIO <<DiegoXCosker>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora