931 palabras
Kyungsoo pensó que era el peor día de su vida, la nevada estaba aumentando cada minuto y su auto simplemente se había parado a un lado del camino.
No sabía que había pasado, en un momento estaba de camino a la cabaña donde pasaría el fin de semana con su familia y al otro el auto simplemente se detuvo.
Ni siquiera quería salir del auto porque sabia que se congelaría, la formación de hielo alrededor de su auto estaba aumentando y sabia que si no pasaba alguien en la siguiente hora moriría congelado.
Sentía el miedo recorrer su piel, no podía pasarle esto, su teléfono no tenía conexión, parecía que el destino conspiraba en su contra.
Tenía tanto miedo, las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas y simplemente se abrazó a sí mismo en el pequeño del auto, sabía que moriría.
Al mirar su teléfono su miedo aumentó aún más si eso era posible, había pasado más de una hora allí, el frío empezaba a sentirse en sus huesos, se recostó del asiento abrazando sus rodillas, se dejó llevar por el sueño que le estaba ganando, quizás de esa manera ya no sentiría nada.
-
Jongin se detuvo cuando iba de camino a su cabaña, al ver el auto casi cubierto de nieve inmediatamente se alertó, quizás no había nadie, pero era mejor que se asegurara.
Cuando quitó la escarcha de la ventana del conductor y vio al pequeño hombre dentro su corazón latió de prisa, que se supone que hacia allí, por qué no había tratado de salir antes de que todo se congelara tanto.
Tocó la ventana varias veces, pero no obtuvo ninguna respuesta, intentó abrir la puerta pero estaba cerrada, no tenía más opción.
Corrió hacia su camioneta y sacó una de sus llaves, con eso serviría.
Corrió de vuelta al auto y trató de meter la llave entre la puerta forzándola a abrirse, tras varios intentos lo logró.
Sin pensarlos dos veces tomó al pequeño en sus brazos, dio medio vuelta cerrando la puerta y corrió hacia su camioneta de nuevo.
Lo puso en el puesto del acompañante y prendió la calefacción al máximo, el hombre estaba helado, buscó en el puesto trasero su abrigo y se lo colocó encima, tenia que llegar a su cabaña lo más pronto posible o el hombre se moriría, apenas sentía su pulso.
Manejando demasiado rápido para su propia seguridad logró llegar en menos tiempo que otras veces, las nevadas en esa parte del país eran demasiado crueles, su cabaña siempre estaba equipada con todo lo necesario para soportarlo.
Por suerte antes de irse había dejado la calefacción encendida para que la cabaña se mantuviera caliente mientras regresaba, solo había ido por provisiones, pensó que el destino lo había puesto en ese camino por una razón, ahora entendía por qué.
Puso al hombre en el pequeño sillón de su sala y lo movió más cerca de la chimenea, con rapidez la prendió y luego buscó mantas.
Lamentaba tener que violar el espacio personal del contrario, pero tenía que cambiarle la ropa húmeda sino de nada serviría todo el esfuerzo.
Con sus manos temblando le quitó toda la ropa y le colocó algo propio, demasiado grande, tratando de tocarlo lo menos posible.
En medio de la inconciencia el hombre emitía sonidos bajos, pequeños quejidos como si le doliera algo... ¿Que haría sino despertaba?
La nevada duraría por lo menos dos días más, ni siquiera era seguro salir de nuevo.
Se arrodilló frente al hombre de nuevo y le quitó el cabello que había caído sobre su cara, tenía la piel más blanca que había visto en su vida, sus labios demasiado rellenos parecían hipnotizarlo.
- ¿Qué hacías en ese camino con este clima tan peligroso eh? ¿Podrías despertar por favor? Eres demasiado hermoso.
Las yemas de sus dedos recorrieron su mejilla, se sentía tan suave... De repente el contrario se movió. Brincó hacia atrás y se asustó, no debía haber hecho eso.
Luego de lo que pareció una eternidad el hombre comenzó a removerse en el sillón, él había estado dando vueltas como si se fuera a volver loco.
De prisa se acercó y lo sostuvo, estuvo a punto de caerse al piso.
- No te muevas, estas bien, quédate donde estas o podrías lastimarte.
- Don... Dónde estoy?
- Te encontré en el camino, estabas inconsciente, te traje a mi cabaña, mi nombre es Jongin.
- Yo... Yo lo siento, el au... el auto se descompuso, no sabia que hacer tenía tanto miedo.
Cuando el contrario empezó a llorar su pulso se aceleró, daría su vida para jamás ver esa escena de nuevo.
- Shhh todo está bien, vas a estar bien, en cuanto mejore un poco el clima te llevaré a un hospital, por ahora lo mejor es resguardarnos aquí. Estarás bien, ahora estás a salvo.
Sus grandes ojos llenos de lágrimas lo miraron y pensó que jamás había visto unos tan hermosos. Su corazón volvió a latir de prisa.
- Gra... Gracias.
Su voz rota le partió el corazón, haría lo que fuera para no escuchar esa voz nunca más.
Posó la palma de su mano en la mejilla del pequeño hombre, él buscó su calor apoyándose en ella.
- Todo va a estar bien.
Le sonrió y el contrario le devolvió una débil sonrisa con esos hermosos labios que formaron un pequeño corazón.
Sentía su propio corazón querer salir de su cuerpo,parece que la historia que le había contado su abuela sobre una personadestinada para cada uno era cierta... Él la había encontrado, podía sentirlo.
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Inktober KaiSoo
FanfictionParticipando del Inktober Kaisoo que se lleva a cabo en Twitter he decidido publicar las historias en español en esta plataforma 💜 Serán una serie de drabbles y OS con diferentes temáticas diarias. ⚠️Temas variados, lee al inicio si existe alguna a...