Inktober KaiSoo

found you |Día 18 y 19|

686 palabras

Kyungsoo había regresado a su rutina luego de ese mes de vacaciones; la muerte de su madre, su viaje al pasado, todo era demasiado, pero debía regresar a su vida, no tenía otra opción.

La vida luego de quitarle a su primer amor no había sido tan mala, se había graduado como enfermero gracias al esfuerzo de su madre y a sus notas.

Su trabajo en el hospital era todo lo que tenía ahora, atender a sus pequeños pacientes le ayudaba a sobrellevar todo en su vida.

Habían sido sólo 5 días desde su regreso al trabajo y el destino parecía ponerse a su favor por fin.

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No sabía cómo había pasado todo.

Estaba caminando por la acera de regreso a su departamento luego de otra mañana de paseo por el centro de Seúl, otro día de búsqueda en vano, cuando de repente sintió un fuerte ruido y algo golpearlo.

Sintió tanto dolor como cuando era solo un adolescente, calló al suelo y el golpe hizo que todo se apagara.

Cuando despertó estaba en una habitación blanca, de todos los olores que podía sentir uno llamó su atención, el olor de un ligero perfume le hizo creer que debía estar soñando.

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Se disponía a salir de su turno, siempre tomaba los turnos nocturnos ya que se había dedicado a cuidar de su madre los últimos 5 años de su enfermedad.

Pasó por el área de urgencias para despedirse de su mejor amigo Minseok y pensó que estaba viviendo un sueño... O una pesadilla dada la situación.

Ese rostro magullado no lo veía hace más de 15 años, pero jamás podría olvidarlo.

Su pulso se aceleró, ¿la vida le estaba devolviendo lo que tanto añoró?

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Su mente regresó 15 años, el primero regalo que le hizo a Kyungsoo fue un perfume que había comprado en el bazar del pueblo, olía a frutas, ligero y suave; así era Kyungsoo también.

Cuando abrió los ojos por completo su cuerpo dolía demasiado, su cabeza parecía que explotaría, moverla le costó demasiado pero debía encontrar la fuente de ese olor, el corazón acelerado en su pecho le decía que era él.

Cuando miró hacia su derecha allí estaba el tesoro que había buscado durante los últimos años de su vida.

Su piel era justo como la recordaba, blanca y suave, sus labios carnosos, su hermoso rostro había madurado un poco pero seguía siendo el hombre más hermoso que había conocido.

Las lagrimas que brotaron de sus ojos le dijeron que esto era real, que no era otro de sus locos sueños en donde lo volvía a encontrar.

Se quedó mirándole con miedo, temía tanto que se volviera a esfumar como el Kyungsoo de sus sueños.

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Un ligero movimiento lo hizo despertar de su sueño abruptamente, había pasado dos noches allí esperando.

Cuando abrió los ojos y enfocó su vista en la cama a su izquierda los ojos chocolates más hermosos del mundo le dieron la bienvenida, por un segundo se perdió en ellos como hacía hace más de 15 años atrás.

La sonrisa que el otro hombre le regaló llenó su corazón de un sentimiento de felicidad que no sentía hace tantos años.

Sintió como cada pedazo de su roto corazón se sanaba solo con ver ese hermoso rostro.

- Te encontré.

Escuchar esa voz lo hizo derramar tantas lágrimas ¿Cómo era posible que luego de tantos años la vida se lo regresara?

- Cumplí mi promesa Kyungsoo, te he amado cada día de mi vida, te he esperado cada día también.

Cuando sus labios se juntaron todo se puso en su lugar nuevamente, el sabor de sus labios era el mismo que tanto amaba.

- También cumplí mi promesa Jongin, te he amado cada día de mi vida, te he esperado cada día también.

En ese momento sus corazones volvieron a latir al mismo ritmo, cada pieza rota se volvía a unir y la esperanza de una nueva oportunidad los hizo sonreír como no lo habían hecho por tanto tiempo.

Su amor había sobrevivido al tiempo y la distancia, ahora nada podría separarlos.

La espera de ambos había valido la pena.