Inktober KaiSoo

nothing is what it seems | Día 14 |

928 palabras

ADVERTENCIA

Jongin es un poco idiota en este OS :c

Mención de prostitución

Todos buscaban su dinero, siempre.

Desde que tuvo conciencia de que sus amigos solo lo buscaban por ser el heredero Kim nada volvió a ser igual.

Tan solo tenía 14 años, estaba por entrar a su salón y saludar a sus /amigos/ cuando de repente escuchó su nombre ser pronunciado

- El imbécil de Kim en serio cree que es nuestro amigo, sino tuviera tanto dinero como para pagar por todos ni siquiera lo miraría.

Esa fue la primera vez que su corazón se quebró, regresó a su casa caminando y le pidió a sus padres que lo mandaran a un internado en cualquier lugar del mundo.
Sus padres nunca habían sido tan estrictos como otros, siempre mimándolo y dándole todo lo que quisiera, siempre y cuando fuera responsable y respetuoso, así había sido siempre: el niño más ejemplar.

Lamentablemente ese episodio de su vida había dejado una huella demasiado dura de borrar.

Con el paso de los años ya no era el risueño Nini, como le llamaba su abuelo, su carácter cambió, no había amigos de verdad solo conocidos, no dejaba a nadie acercarse más de lo necesario.

Cuando estuvo listo para volver tenia 23 años, se había formado como el mejor administrador de empresas y su puesto como heredero lo aguardaba.

El día que llegó a la empresa todos murmuraban, sabía que los ojos de todos estaban sobre él y como manejaría el emporio de hoteles que tendría bajo su mando.

Pero siempre había cometido errores en su visa, ahora no sería la excepción.

~

Esa noche en que lo conoció se había trasladado a uno de los hoteles en Busan, estaría una semana allí para supervisar todo.

Su piel blanca, sus grandes ojos y el corazón que formaban sus labios al sonreír lo cautivaron.

Se dijo que solo era una simple atracción sexual como todas las que había tenido hasta ahora.

Además, el hombre parecía ser un acompañante por como iba vestido, un traje que se pegaba a su cuerpo como una segunda piel, y por como se prendaba del brazo de uno de los inversores... Era demasiado joven para ser su pareja y no tan joven como para ser su hijo.

Cuando el hermoso hombre se quedó solo se acercó, le dio la llave de una de las habitaciones más lujosas.

- Sea cuanto sea el dinero que te esté pagando Insung yo puedo darte el triple... Te esperaré en una hora.

Siempre era así, nunca había estado con alguien sino estaba su dinero de por medio, siempre se dijo que esa la única manera de protegerse, de no caer nuevamente en el error de creer que las personas se acercaban a él sinceramente.

Ni siquiera esperó la respuesta del contrario, no se quedó a ver el fuego en los ojos del contrario, ni su visible enojo, y por fracción de segundos se salvó de que la copa de champagne del contrario quedara en su ropa.

~

Cuando Kyungsoo vio al hombre acercarse su pulso se aceleró, no sabía quién era, pero su miraba lo había prácticamente quemado toda la noche.

Había decidido ir a la estúpida cena con su hermano porque le había insistido demasiado y porque sino lo hacía el maldito no lo dejaría en paz por semanas.

Siempre se salía con la suya.

Todo su aburrimiento cambió cuando vio al moreno mirarlo tan intensamente, había tenido su dosis justa de amores y de sensaciones, pero la mirada de este desconocido le hacía sentir una sensación completamente diferente.

Se excusó de la compañía de Insung diciéndoleque necesitaba ir al baño, tan solo quería estar a solas para ver si el hombre se le acercaba... Él no podría estar malinterpretando la mirada de deseo quele había dado toda la noche.

- Sea cuanto sea el dinero que te esté pagando Insung yo puedo darte el triple... Te esperaré en una hora.

Su temperatura bajó a menos cero ysus ojos se incendiaron, pero no de deseo, cuando esas palabras fueron dichas.

¿Quién creía que era este imbécil para tratarlo de esta manera?

Cuando se giró para echarle el contenido completo de su copa, el otro ya había desaparecido; solo la tarjeta en su mano quemándole era la prueba de que lo que había escuchado no era producto de su imaginación.

Siempre había odiado a todos estas personas que ahora rodeaban a su hermano. Ellos nunca habían tenido mucho cuando eran pequeños, pero luego de que su hermano se graduara de la universidad y poco a poco se ganara un prestigio como abogado habían pasado a tener más de lo que había deseado.

Cuando su hermano le dijo que iba a invertir algo de sus ahorros en otros negocios simplemente le dijo que él sabía lo que hacía.

Le debía mucho a su hermano, era quien le ayudaba a pagar la costosa escuela de cocina y quien había sacado a sus padres y a él de esa ruinosa casa hace algunos años. Su apoyo hacia él era incondicional.

Cuando su hermano lo llevó por primera vez a una de esas fiestas casi había estado a punto de vomitar durante toda la noche, a simple vista podía ver que todo era tan superficial como se lo había imaginado. Él no estaba hecho para ese mundo, se conformaba con graduarse de la escuela, convertirse en un chef y abrir el pequeño restaurante de sus sueños, era todo lo que quería.

Y ahora, justo cuando ese imbécil había creído que era algún tipo de prostituto no le quedaba dudas de que este no era su mundo, ni jamás lo sería... Pero primero le enseñaría una gran lección.

Continuará...