ELIZABETH
— ¿Ya hiciste tu llamada? — preguntó acercándose hacia a mi.
— Si...— dije en un susurro sin levantar la vista.
— Necesito ir al baño.— le comuniqué. Camine apresurada hacia la puerta de este.
— Te esperaré aquí.— fue lo último que escuche antes de cerrar al puerta tras de mi.
¿Qué pasa conmigo? Ansiaba estar a solas con él y cuando lo tengo enfrente me comporto como una tonta. Ya no más.
Acomode mi blusa para que mi escote se viera más pronunciado. Respiro profundo y salgo dispuesta a conquistar al oficial.
— ¿Lista?
Levanto la mirada y me encuentro con sus hermosos ojos verdes. Es aún más atractivo de cerca.
— Bien, te llevaré a tu celda.— tome la incitativa enlazando mi brazo con el suyo. El me miro confundido, pero no dijo nada y solo me guió hasta la celda.
El abrió la puerta de la celda con su mano libre y la sostuvo para que yo pudiera pasar. Me volteo a mirar esperando que yo entrará, pero yo estaba embobada admirando sus facciones.
— Entra.— me ordeno.
Dios, que sexy se escucha dándome órdenes.
— ¿No entrará conmigo? — hice un puchero.
— No, señorita. — río levemente. Dios, esa maldita sonrisa — Le recuerdo que yo soy el oficial y usted está aquí detenida porque infringió las normas. — solté su brazo y entre a la celda de mala gana.
Debo admitir que me encanta cuando se pone autoritario.
El oficial Parrish cerró la puerta de la celda y se dirigió a la pequeña oficina que estaba enfrente de la celda, tomó asiento en la silla y comenzó a revisar los archivos que estaban sobre el escritorio.
Tome asiento sobre la pequeña cama que había dentro de la celda y apoye mi espalda contra la pared. Desde mi lugar tenía una buena vista del oficial.
Sus lindos ojos verdes estaban adornados por unas grandes ojeras, su rostro denotaba cansancio, tal parece que no ha dormido en días. De vez en cuando bostezaba y pestañeaba un par de veces.
— Oficial, se mira cansado...¿por qué no viene y se recuesta un rato conmigo? — propongo inocentemente — Hay suficiente espacio para los dos. — Palmeo la cama invitándolo a acostarse junto a mi.
Observo como se dibuja una media sonrisa en su rostro del oficial, pero rápidamente está desaparece.
Parrish sube su mirada y nuestra miradas chocan por un instante, nuevamente baja su vista a los documentos que sostiene en sus manos.
— Gracias por su oferta señorita, pero estoy perfectamente bien.— bosteza nuevamente y lo intenta disimular haciendo gestos y sonidos extraños como si estuviera haciendo ejercicios de calentamiento vocal. Solté una carcajada, se veía adorable haciendo esos movimientos con su cara.
No sabía que era terrible mintiendo, pero ahora lo sé y claro que lo usaré a mi favor.
— Vaya, vaya...— canturreo — Usted si que es un pésimo mentiroso — niego con la cabeza — No intenté mentirme, ni siquiera usted mismo se lo cree— chasqueo la lengua — Solo venga y tome una pequeña siesta. Descuide, yo lo cuidaré. — le guiño un ojo.
— ¿Por qué no intentas dormir un poco? — me sugiere.
— A diferencia de usted, yo no tengo nada de sueño.
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El OFICIAL PARRISH
Fanfiction« Donde Elizabeth hará hasta lo imposible para llamar la atención del oficial Parrish. »