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ELIZABETH

No puedo dejar de saborear sus labios, es como si estuvieran perfectamente diseñados para encajar con los míos.

— ¡Parrish, necesitamos tu ayuda! — escucho una voz femenina gritar la cual me resulta bastante familiar.

Nos separamos con la respiración agitada y los labios hinchados. Durante un par de segundos simplemente nos quedamos mirando a los ojos.

Alza su mano derecha y la coloca sobre mi mejilla, él la acaricia levemente.

— Tranquila, son solo unos amigos.— me susurra para después apartar su mano de mi cachete lentamente y darme la espalda protegiéndome así con su cuerpo de quien sea que se aproxima.

La puerta es abierta de golpe y por ella entra Lydia, la siguen cuatro personas más, no logre ver quienes eran, ya que rápidamente voltee mi cara al ver a la rubio fresa antes de que lograra reconocerme.

¿Lydia no estaba en México con mi hermano? Si ella está aquí, eso solo significa una cosa. Él está aquí.

— Parrish, ¿Qué demonios haces allí? — identifico la molesta voz de mi hermano mayor. — Oh, mierda...¿interrumpimos? — dice al darse cuenta de mi presencia.

Si, interrumpen, ahora lárguense.

— Lo sentimos mucho...nosotros nos iremos.— se disculpa Scotty muy apenado.

— No se preocupen, mañana hablamos.— habla el oficial Parrish.

Escucho como mi hermano junto con su amigos se alejan, pero por alguna razón los pasos se detienen de repente.

La curiosidad de saber por qué se detuvieron me gana y entonces me volteo para ver que sucede.

— ¿Estás bien, Scott? — pregunta Kira preocupada.

Al parecer Scott fue quien paro primero.

— Si, es que...— se da media vuelta, camina a paso lentos hacia donde estamos yo y Jordan. Aspira con sus fosas nasales como si estuviera olfateando algo en particular.

— ¿Qué pasa Scott? — cuestiona Jordan al ver que Scott se paró frente a él.

— Sal, Lizzie.— suelta Scott. — Se que estás allí.

¿Qué carajos? ¿Cómo lo supo? Es un jodido brujo.

— Oh, hola chicos, ¿qué tal estuvo México? — saludo saliendo de mi escondite. Les dedico mi mejor sonrisa.

— ¡¿Lizzie?! — grita dramáticamente Stiles. — ¡¿Qué diablos haces metida allí y con ese?!

— Yo también me alegro de verte, hermanito. — contesto sarcásticamente. Jordan voltea a verme muy confundido tras escuchar esa última palabra.

— Espera...¿Stiles es tú hermano? — me pregunta incrédulo Parrish. — Entonces...¿tú eres Elizabeth la hija menor del sheriff? — deduce.

— Si, pero...

— Sabía que esto era un error — murmura para después salir de la celda molesto — Soy un idiota.

Logro alcanzarlo y tomo su brazo intentando detenerlo.

— Jordan, escucha yo no...— trato de explicar, pero el imbécil de mi hermano me interrumpió.

— Nos vamos — Stiles jala mi mano alejándome del oficial — Y tú vete despidiéndote de tu trabajo porque cuando mi papá se entere ya no...— me safo de su agarre y con mi mano ya libre tapo su boca impidiéndole continuar.

El OFICIAL PARRISH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora