Cap 84: Reencuentros

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Algo de leña, ramas y hojas secas, quizá paja, tal vez la cera de vela o una chispa de magia, los materiales usados, junto al cuerpo despedazado de aquel enloquecido personaje, para crear una fogata de gran tamaño y de gran capacidad y de gran energía calorífica. ¿Por qué lo hacían? Es la misma pregunta que me hacía, pero me obstinaba de preguntar pese a que todos los presentes parecían entender las razones, tal vez fue el miedo de pasar por lo mismo. Me refiero a lo que Matouka hizo, tratar con cuidado el cuerpo y pertenencias de Ticonderoga mientras, poco a poco, lo arrojaba al fuego.

No quería preguntar, pues accidentalmente había leído los labios de Aqua con respecto a las razones de su actuar: "Por el bien de todos, es necesario reducir a cenizas a los que... se les ha zafado algunos tornillos de la cabeza". Las preguntas ya surgían en mí, el qué hubiera pasado si una simple decisión mía hubiese sido diferente. Tantas ideas y posibilidades surgieron y analicé, que puede decirles que mi mente nunca estuvo tan creativa y activa como en aquel momento.

Yunyun: ... ¿A...aún no, Fashta-san?

Fashta: ... Oh, ya es suficiente... gracias

Enmudecido, tan solo seguí observando desde la distancia mientras absorbía la mana de Yunyun mediante el suave contacto con su cuello. Es entonces que Saratoga se acerca al montículo de carne y carbón, lo observó con detenimiento por un par de minutos, habló sin escucharle; luego, antes de retirarse, dejó caer contables lágrimas al suelo.

- "Creo que ya vi suficiente... tengo que curar a los heridos." -

Mi maná se encontraba en números rojos hasta que Yunyun, voluntariamente, me permitió recuperarme. Al ya poder moverme con libertad nuevamente, era el momento de sanar y resucitar a todos los involucrados, tarea que recaía inherentemente en todo aventurero con la capacidad de hacerlo. Evidentemente, Aqua destacaría de inmediato entre todos los demás, los ojos e interés de todos se situaban en ella, hasta tal punto de rechazar el ser curado su podía tener al posibilidad de estar cerca de la Diosa.

Para que Aqua saque ventaja, era el momento idóneo, y, como si se lo hubiese susurrado al oído, la Diosa no tardó en tomar toda oportunidad. No fueron muchos los que aceptaron la invitación de Aqua a su culto, pero, por lo menos logró ganar unos cuántos; optimismo ante todo para la Diosa del agua.

Es curiosos como Aqua revivía a todos sin titubear, sin establecer prioridad o jerarquía por las características de los presentes, tan solo se guiaba por la cercanía. Aquello era un detalle que no me terminaba de convencer, pues, también trajo de entre los muertos al viejo de cabellera plateada y a su séquito. Acción que me disgustaba y rechazaba, forma de actuar de Aqua que, eventualmente me haría golpeara; sin embargo, no había ese impulso, no existía el deseo de criticar a Aqua por revivir a las personas que deseaba su mal. ¿Tengo una mente "ligeramente" retorcida?

Saratoga: ¿Podemos hablar en privado, Fashta-san?

Ya cuando al sol le restaba un meñique para ocultarse, y cuando el gremio volvía a estar concurrido y bullicioso, el líder del gremio decidió acercarse con bastante tranquilidad. Posiblemente, a consecuencia de los pocos guardias que lo acompañaban, dos o tres; prefería hablar en un lugar sin tantos ojos y oídos. Para ello, ya poseía un lugar especial y reservado, su propio despacho, familiar para mí, y cuya distancia era corta.

Darkness y Kyouya: Un momento Saratoga-sama, permítanos ser su guardia personal esta noche.

Saratoga: ¡¿De verdad...?! No, no tienen que hacerlo, pero si insisten tanto, no tendré de otra que aceptarlos. Bien, a partir de ahora vigilarán que nada ni nadie me moleste mientras hablo con Fashta-san.

¡La maldición del Demonio en este horrible mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora