Cap 39: Noche de Festín

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Lapercepción del gremio había cambiado casi radicalmente, muchos se preguntaronsi aquel ser realmente era un humano, aparecer de la nada, robar sin pronunciar palabra, y desaparecer frente a los expectantes ojos de todos. Los chismorreos no tardaron, pequeños mitos se formaron entorno a él, un enviado de Dios; y los más realistas, un nuevo aventurero con gran potencial. Sea cual sea su identidad o verdad, no era de importancia para nosotros, pues ante nuestros ojos tan solo era un vil ladrón con un gran ego.

El interés sobre nosotros fue efímero, la pequeña festividad cedió casi de inmediato. Muchos se retiraron, otros simplemente decidieron aventurarse nuevamente a la mazmorra, y algún que otro loco decidía buscar el líder del gremio. En nuestro caso, ningún propósito tenía el permanecer en aquel lugar; tan solo restaba el reclamar una apropiada recompensa, por la peligrosa misión, y una muestra única de estas criaturas. Poco más de tres millones obtuvimos, y apenas la mitad de uno conservamos en el bolsillo.

Escurridizos nos alejamos, en silencio regresamos; claro, uno de nosotros tardó un poco, simplemente por ir en busca de un dulce capricho. La bestia descansaba sobre los hombros de los hercúleos trabajadores, los cuales llevaban su cuerpo al interior de una habitación de desconocido uso, los demás veían con fascinación el posible conocimiento que se obtenga de ello. Y muchos esperaban con ansias el sabor de la suave carne sobre sus paladares, preguntándose, qué tan diferente era su sabor y cuánto de experiencia ha de otorgar a su consumidor.

Dai: ¡No lo puedo creer! ¡¿Quién rayos era ese sujeto?! ¡Se ha robado mi mejor espada! ¡La próxima vez que lo vea le exigiré el doble en compensación! ¡O directamente lo mataré!

Haruka: ¡¿Cómo se encuentran?! Escuché de Akiko que llegaron muy mal heridos.

La puerta se abrió de par a par con gran fuerza, pues refunfuñate se encontraba la causante. Con los puños cerrados, apretados con gran fervor y entre sus dientes las leves palabras se le escuchaba el odio. Efectivamente, al volver nos encontramos con el otro grupo; aquel liderado por el protagonista rubio y portador de la gran Graham. Agotados se encontraban sobre la mueblería, sus armas sobre el suelo reposaban, junto a un saco cuyo contenido, aún grande, se encontraba tanto vidrio escondido. Con la poca energía que aún le quedaba a su pequeño cuerpo, Haruka se acercó preocupada hacia nosotros.

Akemi: Bueno... llega...mos con algunas heridas, ... pero es...estamos bien... no te... preocupes.

Megumin: Alguien cómo yo es difícil de herir, antes de ellos los habré volado en mil pedazos.

Yunyun: La verdad es que Akiko tiene un increíble hechizo para curar a las personas.

Haruka: *suspiro* Me alegro de que se encuentren bien... Y ... ¿Por qué ella está tan enojada?

Presenciaba el diálogo frente a mí, no obstante, mi mente se mantenía concentrado en otro aspecto pequeño. Esa criatura, de cola de serpiente, sus patas peludas; dicha criatura del demonio miraba fijamente a Dai, sus ojos mostraban alegría en su actuar. Empero, este se encontraba alejado de esta bella dama paladín; su posición era claramente de asecho, como tigre que se prepara a sorprender a su presa.

Dai: Me han arrebatado mi preciosa C...

Akemi: Un tipo le quitó su espada enfrente de todos y sin que esta se dé cuenta. Básicamente está haciendo un berrinche por quedar en rid...

Dai: ¡No lo digas de esa manera! ¡No estoy haciendo un berrinche! ¡¡Solo tengo rabia!!

Akemi: Ok...ok...ok...ok. Pe...pe...pero deja... mis ... mejillas en paz.

Dai: ¿Y todos ustedes? ¿Qué estuvieron haciendo todo este tiempo?

Diese unos pasos hacia adelante, el movimiento llamó mi atención; y al no obstruir más mi visión hacia ese pelo azulado, pude apreciar su actuar. Aferrada hacia la bolsa, intentando extraer alguna botella en silencio, pensando que el diálogo la haría invisible. Empero, se olvidó de los demás, rápidamente Clemea la golpeó en la cabeza, en respuesta, unas cuántas lágrimas derramadas, y el héroe resistiendo las ganas de acudir en rescate de su musa. A su vez, el depredador se acercaba sigilosamente hacia Dai, con paso lento y seguro, quieto y verdaderamente casi invisible al cristalino de los demás.

¡La maldición del Demonio en este horrible mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora