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Confesión estando borrachx

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Tanjiro era un santo, que nadie dijera lo contrario porque eran calumnias.

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Con los recién años cumplidos de Tanjiro. Tras la llamada de su familia felicitando con alegría su mayoría de edad. Zenitsu le invitó a salir a cenar para festejar con amigos, suerte fue que no estuvieran tan ocupados con la universidad.

Era una reunión pequeña, sólo los amigos más cercanos del burdeos. Tanto Kanao como Inosuke, que se volvieron pareja - nadie sabe cómo aún-, hasta Aoi y Murata, que hablaban más con Zenitsu, por el hecho de que en la academia socializaban por ser parte del consejo estudiantil y presidente de la clase.

Todos estaban en un restaurante donde asabas tu propia carne y verduras. Era un clima amigable, con historias graciosas que recordar o momentos divertidos que pasaron cada uno. No fue hasta que el cara común de Murata, le dijo a Tanjiro que debería beber su primer trago para celebrar su mayoría de edad.
Al principio el de aretes hanafuda negó, recordando que alguien tenía que estar cuerdo para ayudar a los demás a llegar sanos y salvos a su respectivo departamento.
La amable Kanao se ofreció para el puesto al igual que Zenitsu, alegando que era fatal cuando bebía.

Inosuke les había gritado que eran unos debiluchos por no aguantar unos simples tragos, jactandose de que podía beber sin desmayarse, un clara mentira porque la primera vez que pudo beber, lo vomito todo sin recordar nada al día siguiente.

Al pedir las bebidas, Murata y Aoi fueron los que recomendaron a Tanjiro uno suave para empezar. Siguiendo su consejo, el decidido pelirrojo pidió uno.
En secreto, Kanao solicitó un jugo para Inosuke sin que este sospechara.
Cuando todos ordenaron con lo que brindarían, los ánimos y halagos a Tanjiro no se hicieron esperar, nuestro bebé ya creció, decían.

Con las respectivas bebidas de cada uno, en coro le desearon un feliz cumpleaños.

El olor era dulce, le dió un pequeño sorbo, también era dulce. El líquido fue bajando con lentitud, la conversación se dirigió a la opinión de Tanjiro.

- No esta mal.

Sus amigos rieron divertidos por la respuesta positiva.

- otra ronda, por favor-. Habló Murata.

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Inocente, puro, ingenuo y tonto Tanjiro. Quien diría que tras su careta de ángel podía esconder un verdadero demonio.

A trompicones llegaron al departamento que ambos compartían, Zenitsu devolvería el tiempo y aceptaría la ayuda de Kanao si hubiera sabido que Tanjiro ebrio era pesado, las caídas lo demostraban.

Como pudo, colocó al pelirrojo en la cama y comenzó a desvestir lo, comenzando por la chaqueta de cuadros verdes y negros.
Una mano traviesa le tocó un glúteo.

- Órale Tanjiro, que te tengo que quitar la chaqueta-. Zenitsu se sonrojo por el toque, no debía pensar en esas cosas, Tanjiro sólo lo hizo porque no sabe lo que hace, se recordó.

- Zenzen tiene bonito trasero y unos suaves muslos, ¿sabrán tan deliciosos como tus mejillas? - Dijo sin pena alguna.

- ¡TANJIRO! ¡No seas un desvergonzado, más te vale arrepentirte por decir tales cosas! - el Kamado fue cubierto hasta la cabeza por las sábanas- vamos, duerme que lo necesitas.

Tanjiro se destapó el rostro para mirar como el rubio se quitaba la chaqueta, yendo directo al cuarto de baño.

Cinco minutos fueron los que pasaron para que el de ojos dorados saliera aseado para dormir a gusto. Creyendo que su pareja estaba dormido se acostó a su lado, tapándose con las sábanas.
Los brazos del pelirrojo lo rodearon por la cintura, un beso en el cuello sintió, siendo este devuelto, pero en la frente.

- Quiero tener sexo con Zenzen-. Confesó en su oído con deseo.

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Zenitsu gritó.

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No sé preocupen, mis niños no tendrán el fabuloso por primera vez sin estar en sus cinco sentidos.
Así que imaginemos que Zen se encerró en el baño para no morir de vergüenza o en las manos de un chico caliente.

No me vengan con que Tanjiro en inocente como lechuga, al vato le dan canonicamente derrames nasales.

Nos leemos luego, bye ♡

31 momentos a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora