31 momentos a tu lado

XXII

"Mirar el atardecer"

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El de hebras doradas sujetó con timidez la mano extendida del burdeos, caminando hacia el festival.

Ambos vestían yukata para la ocasión, ya que era el primer festival al que irían como pareja oficial.
Llegando a su destino, caminaron entre la multitud de gente, Tanjiro apretó el agarre para darle confianza a Zenitsu, debido a que al rubio le incomodaban las personas.

Se acercaron a un puesto de comida, parecía ser yakisoba, Zenitsu pidió dos platos. Los chicos enamorados se alejaron un poco para degustar los platillos, jugando un poco con el otro, diciendo palabras dulces al contrario.

Jugaron varios juegos, donde Tanjiro ganó un dije de tanuki regalándoselo a su pareja. Y aunque Zenitsu lo intentó, no ganó un buen premio, ahora tenía una caja de obento que no necesitaba.

Fue así como se la pasaron la mayor parte del festival, el clima empezaba a reducir su calidez, indicando el pronto atardecer.

Los jovencitos buscaron un buen lugar para apreciar los fuegos artificiales antes de que comenzaran. Encontrando uno con buena vista, donde se sentaron para terminar las golosinas que aún cargaban.
El sol comenzó a descender por el horizonte, el espectáculo natural era precioso, con sus colores vibrantes y cálidos.

―Hermoso ―habló Tanjiro.

―Lo es ―le dijo Zenitsu, volteando a verlo. Los ojos del hijo mayor lo observaban embelesado―. Te refieres al atardecer... ¿No es así?

―No ―Zenitsu se confundió por la respuesta, si no era eso entonces...
― me refería a ti.

El corazón, el pobre y débil corazón del rubio dio un vuelco, ¿acaso era el día de avergonzar a Zenitsu hasta la muerte?
―¡Tanjiro! ¡No deberías decir eso tan a la ligera, podría morir!

―Pero es verdad, sabes que jamás te mentiría ―Kamado le acarició la espalda―. Eres muy hermoso, eres un sol, mi sol.

―¡Bastaaaa! ―el pobre rubio ocultó su rostro rojo en el hombro de su novio.
Tanjiro aprovechó para rodearlo con los brazos.

―Mi girasol ―le susurró suavemente.

―No soy una flor ―Zenitsu replicó―. De ser así, tú serías un ángel de la guarda.

―Soy tu ángel entonces ―Tanjiro levantó la cabeza de su novio con su mano, acariciando de paso sus mejillas con el pulgar.

Dorado y granate se encontraron, la poca luz que quedaba por el atardecer, hacía brillar ambos pares de ojos.
Los labios del contrario eran tentadores, el espacio fue reduciéndose. Un casto tacto, tan delicado como si no hubiera pasado, el beso perfecto para dar paso a la oscuridad.
Se acercaron con emoción de nueva cuenta, estaban a punto de tocarse otra vez.

¡POP! ¡POP! ¡POP!

El ruido de las explosiones interrumpió el momento, ambos chicos observaron el espectáculo de colores, si no fueran bonitos definitivamente estarían enojados.

Se voltearon a ver con una sonrisa cómplice, podrían terminar con la sesión de besos en otro momento. Por ahora disfrutaría su noche juntos, con sus cuerpos unidos en un abrazo.

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Me gusta lo suaves que son ლ(' ❥ 'ლ)╰(*'︶'*)╯♡

En fin, nos leemos luego.

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