Noona| kth.✓

epílogo

Kim TaeHyung.

Hay veces que la gente dice que el tiempo pasa sin darte cuenta, y ese dicho es verdad.

Ya habían pasado cinco años desde aquel momento en el que le pregunté a JiMin para ser novios oficiales, hoy, justo en el mismo día que cumplíamos aniversario, estábamos por casarnos ante la iglesia.

Me encontraba muy nervioso, JiMin entraría acompañado de JungKook y yo a mi lado tenía Mackenzie, SoYeon y Somi, las tres con lindos vestidos de color rosita. Por el lado de mi prometido, los padrinos serían dos amigos de la facultad; SeokJin y YoonGi, y su primo claramente.

La pequeña hija de mi mejor amiga, Maxine, traería los anillos. La menor era una copia exacta de Mackenzie, el cabello morocho con los infaltables rulos, el cuerpo delgado y alto, los lunares y el color de piel era apenas un poco más pálido gracias a la presencia de JungKook. Es muy risueña y buena, siempre anda demostrando amor a las personas cercanas y se la pasa peleando a JiMin diciendo que yo soy su tío favorito.

Aunque JiMin técnicamente sería como el primo segundo de Maxine, ella lo trataba y lo nombraba tío, así era más fácil.

En la iglesia no había mucha gente, ni JiMin ni yo teníamos muchas personas para invitar y tampoco queríamos relleno en el lugar. De mi parte estaban Mackenzie, Maxine, mis padres, tíos cercanos y madrina. De parte de mi prometido habían amigos y amigas de la facultad, sus tíos y primos, también estaba su madre.

Con ella no me llevaba ni mal ni bien, simplemente era una relación de suegra-yerno. Hablábamos solo si era necesario, o sea, casi nunca, pero aún así me ponía feliz que haya asistido a la boda de su hijo.

⎯ ¿Nervioso?⎯ escuché la voz de noona a mi costado y la miré sonriente para después asentir.

Ella también había cambiado un poco, estaba más ejercitada, ya que con el tema después de haber tenido el parto de Maxine quería seguir cuidando su figura y justamente su novio era un fanático del gimnasio comenzaron a ir juntos. Ya no tenía el arito de su nariz y en su brazo llevaba el nombre de su hija. Ella y JungKook ya habían terminado de estudiar así que ambos podían trabajar y pasar tiempo con su hija estando cómodos.

Yo por mi parte solo había cambiado en mis expresiones que se volvieron más maduras, crecí en altura y mi voz está mucho más grave. Me había hecho el tatuaje de la pequeña ardilla por mi mejor amiga y próximamente me tatuaría el dedo anular con la fecha de hoy.

Ni JiMin ni yo habíamos terminado la carrera, a él le faltaban menos años que a mí ya que la carrera de medicina verdaderamente es larga, pero aún así podemos sobrellevarlo. Vivimos en un pequeño departamento que principalmente era de mi prometido, pero con el tiempo fui llevando mis cosas hasta que un día decidimos vivir juntos y repartir los gastos.

Por suerte no peleabamos mucho, sí teníamos alguna que otra diferencia pero lo arreglabamos de manera madura y se resolvía. Nunca llegamos a la situación de pensar terminar o dejar de vivir juntos, por suerte.

⎯ Sí, algo.⎯ Respondí luego de unos minutos que me quedé viendola. Le quedaba bonito el vestido que elegí especialmente para ella, de color rosado, con flores en la parte de la falda y corset, era sujetado por dos finas tiras brillosas. Ella me había peleado bastante tiempo que le tenía que dar un vestido más relajado para no llamar tanto la atención, pero le mandé a hacer el que yo quería, total no había una novia con vestido que pudiera enojarse por como iban las damas de honor. SoYeon y SoMi llevan unos parecidos, las únicas diferencias entre los tres eran las partes de arriba.

⎯ Recuerdo cuando te conocí que tenías solo once años, y ahora eres todo un hombre veintidós que está por casarse.⎯ sonrió nostálgica. Le dí un abrazo que ella correspondió al instante, algo que noté fue que después del embarazo mi amiga se había vuelto más sentimental.⎯ No me hagas llorar que me vas a correr el maquillaje, tonto.

⎯ Lo siento, lo siento.⎯ me disculpé riendo.

Escuché la música sonar y me paré derecho mirando con nervios la entrada. No estábamos en una iglesia, era más un salón que decoramos nosotros y quedó muy bonito. Era grande, con varias sillas y mesas para los invitados, en el medio habíamos colocado una manta de color blanco que sería por donde iba a caminar JiMin.

Alisé mi traje negro y acomodé la flor rosada que tenía en el bolsillo delantero del saco, le eché una mirada a mamá y ella estaba sonriendo mientras lloraba y grababa con su celular a la vez. Quise reír por eso pero se me fue todo rastro de diversión cuando ví a mi prometido entrando del brazo de su primo.

Que hermoso es.

El cabello lo tenía negro al igual que su traje, teníamos el mismo y también la misma flor en el bolsillo delantero. Noté su sonrisa nerviosa y sonreí junto a él para calmarlo.

JungKook dejó su mano en la mía y antes de ir al costado de él me miró con una advertencia. Siempre hacía eso, y en cierta parte agradecía que su primo lo cuide tanto, es como la figura paternal que JiMin nunca tuvo.

⎯ Estás hermoso.⎯ le susurré y sus mejillas se pusieron rojitas.

El padre empezó a dar ese testamento tan largo para juntarnos en matrimonio, yo solo podía ver los gorditos labios de JiMin que temblaban de los nervios e impaciencia.

Yo también quería besarlo.

⎯ Señor Park JiMin, ¿Acepta a Kim TaeHyung?

⎯ Acepto.

⎯ Señor Kim TaeHyung, ¿Acepta a...?

⎯ Sí, acepto.

Todos soltaron una pequeña risita ante mi voz apurada y yo no pude evitar sentir mis mejillas ponerse calientes ante eso.

De reojo ví que JungKook le hacía una seña a sus padres para que le dijeran a Maxine que ya podía entrar con los anillos. La pequeña entró y llevaba un pequeño cofre donde adentro se guardaban las alianzas.

Mackenzie le había dejado el cabello suelto natural con un poco de fijador para conservarlo en su forma, lo decoraba con una pequeña corona de oro rosado. El vestido de ella también era rosa pero tenía manguitas y no había escote, también su falda era un poco más esponjosa, como los de las princesas.

Cuando llegó al frente extendió el cofre y yo lo abrí después de agradecerle. Ella corrió al padre y él la levantó en brazos mientras miraban como le ponía el anillo en el dedo anular a mi, ahora, esposo.

⎯ Entonces los declaro marido y marido, puede besar al novio.

Dijo y no esperé para dejar un dulce beso en los esponjosos labios de JiMin, que ahora llevaría mi apellido por elección de los dos. Mi esposo me correspondió con la misma dulzura que me besaba siempre, y yo no podía estar más agradecido de tenerlo en mi vida.

¿Quién lo diría? Un día quise comenzar a aprender acerca de las relaciones sexuales solo por una mujer, y ahora me encontraba casandome con el amor de mi vida, quien resultó siendo un hombre.

Kim JiMin, gracias por llegar a mi vida. Te amo.