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PELEA Y DISCULPA

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PELEA Y DISCULPA

Conociéndolos, ellos eran una pareja que rara vez discutía. Que rara vez se enojaban realmente con el otro, pero eso no significaba que no lo hicieran.

Últimamente con el estrés de la universidad, la pareja estaba distanciada e irritada por casi todo, esa presión que les tenía al sólo enfocarse el sus exámenes y clases les afectaba a ellos como pareja.

Ambos vivían juntos en un pequeño departamento, compartían cuarto, cama y muchas áreas comunes. Yuuji solía hacer el desayuno al ser él el que menos presión tenía ya que sus clases era más tarde que las de Megumi.

Siempre se saludaban de beso, pero no se veían hasta la hora de la cena una vez llegaban a su hogar.

Megumi sabía que no podían seguir así, sin dirigirse casi la mirada, discutiendo si alguno de ellos no hizo lo que le tocaba de las obligaciones de la casa por culpa del estudio, cuando no tenían el tiempo para ver una película, acostarse en la cama un rato o tener sexo.

Yuuji se había enojado con él hace dos días, no le dirigía la mirada y ni le hacía el desayuno, Fushiguro era quien lo hacía por los dos, pero su novio ni un gracias le daba, sólo terminaba de desayunar, se iba a la universidad y regresaba hasta tarde para solo dormir.

El azabache suspiró una vez su novio se encerró en el cuarto que compartían.

Cerró su laptop que estaba en la mesa del comedor y caminó hacia su habitación, tocó dos veces la puerta y entró mirando a su novio cambiarse.

— ¿Te fue bien? — preguntó iniciando la conversación.

Yuuji lo miró mientras se ponía su playera para dormir, que originalmente era de Megumi.

— Sí. — sólo respondió con un monosílabo.

— Yuuji — suspiró. — ¿Podemos hablar?

El pelirrosa sólo se sentó en la orilla de la cama indicándole que sí podían, Megumi se sentó a su lado y jugó con sus manos.

— Ya no quiero estar molesto contigo, últimamente nos encontramos irritados y nos gritamos.

— Yo tampoco quiero estar enojado contigo, pero no puedo hacer todos los deberes yo solo. — el pelirrosa miró el perfil del azabache. — Se que la escuela de veterinaria es más pesada que mi carrera, pero yo también estoy cansado.

— Lo sé ¡y lo siento! — Megumi alzó la mirada para ver a su novio. — Solo quiero estar bien contigo, ya no quiero pelear y no quiero que me dejes de hablar.

— No sabes lo difícil que es para mí el no dirigirte la palabra.

— ¿Entonces por qué lo haces?

— Para que seas capaz de darte cuenta las consecuencias que puede suceder si nos seguimos peleando. — respondió poniéndose de pie. — Gumi, yo también lo siento por las veces en que grite.

– Y yo lo siento por las veces en que rechace esas salidas, y quiero compensarte.

— ¿Con qué?

— Este fin de semana, estaremos los dos juntos, nada de tareas, nada de estudio, un fin de semana para relajarnos, para salir y tener citas. — respondió de inmediato tomando las manos de Yuuji. — ¿Qué dices?

— Acepto. — respondió con una pequeña sonrisa.

Megumi se levantó para abrazar con fuerza a su novio y luego besarlo después de días que no lo hizo, con ese amor y esa demanda de necesitar más y más, recompensando ese tiempo perdido en discusiones.

No podían estar enojados durante un largo tiempo. Siempre se buscarían para solucionar las cosas, para pedirse perdón y luego reconciliarse para así estar mejor, como siempre.

Yuuji empujó a su novio hacia la cama, para luego ponerse encima de él.

Se volvieron a besar de la misma forma, pero está vez con Itadori siendo el que demandaba ese beso.

Sus discusiones no podían durar tanto tiempo y era claro que debían buscar una mejor forma para que su tiempo como estudiante y como pareja no fuese afectado, lo mismo cuando terminen de graduarse con el empleo.

Era un claro sí, si les preguntabas si harían lo que fuera para que su relación siguiese por más años.

Ya no eran adolescentes donde se veían en sus casas que compartían con sus padres, donde se veían en las clases, en los recesos, se besaban y se tomaban de la mano.

Ahora eran adultos jóvenes, que vivían juntos, estudiaban cosas distintas y estaban en época de estrés.

Las discusiones son normales si son sanas y no son todo el tiempo. Eso lo sabían, pero no querían pelearse, querian amarse durante todo el día.

— ¿Qué tal si nos desestresamos esta noche? — preguntó Megumi, Yuuji sólo sonrió y asintió.

Su reconciliación siguió durante más tiempo.

Su reconciliación siguió durante más tiempo

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