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BESO EN LA FRENTE
Existen muchos tipos de besos, con distintos significados.
Megumi siempre le daba besos en la frente cada que sucedía algo, Yuuji sabía que aquello significaba un amor sincero, significaba protección. El azabache casi siempre que le daba un beso en la frente lo abrazaba después de ello, Yuuji se sentía a salvo siempre que lo hacía.
Se sentía protegido, amado por un chico que parecía ser de lo menos cariñoso le daba las muestras de afecto más lindas que podían existir.
Amaba esos gestos que parecían ser mínimos pero detrás de ellos tenían significados grandes, difíciles de explicar pero que eran fáciles de percibir más cuando conocías bien a alguien.
Y Yuuji conocía muy bien a Megumi, así como Megumi le conocía muy bien a él.
Su amor se daba cada día, ambos se daban esas muestras de cariño todos los días, solo para que el otro no olvide la importancia que tiene en la vida del otro.
Esos besos en la frente hacia que la pancita de Yuuji fuese lugar de un bosque de mariposas que volaban libremente. Algo que parecía ser incómodo, pero era todo lo contrario, esa sensación sólo la podía causar Megumi.
Esa felicidad de tener a su complemento a su lado que lo ame igual que él lo ama, era inexplicable si no lo has sentido antes.
Un amor único, incondicional y natural que se formaba cada día que pasaban juntos, con cada muestra. No necesitaban nada más.
Sin importar el desastre que había afuera, las muertes que se causaron, la condición del mundo de la hechicería, ellos sabían que podía con todo si estaban juntos.
No querían separarse, querían quedarse juntos, entre los brazos del otro.
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El pelirrosa se volteo en la cama para tener frente a el azabache dormido, la respiración del chico era regular y tranquila, Yuuji acarició la mejilla que estaba arriba (debido a que Megumi estaba de lado) con cariño, admirando cada facción del contrario para guardarlo en su memoria.
Se bajó un poco para poder tener el pecho de Fushiguro frente a él y ocultarse ahí, recibiendo un abrazo y así juntarse aún más.
Yuuji se sintió a salvo al estar rodeado de Megumi, correspondiendo ese abrazo y así dormir.
A la mañana siguiente, Megumi despertó primero, sin hacer movimiento bruscos se alejó del pelirrosa para verlo aún con sus ojos cerrados y respiración tranquila.
Hacia poco habían comenzado a dormir juntos, y gracias a ello los dos podían dormir tan bien como hacía meses que no lo hacían, esa tranquilidad que el otro le daba al estar a su lado, respirando vivo les generaba paz para dormir sin preocuparse por el mañana.
Yuuji se despertó segundos después, estirandose mientras se quejaba y luego tallaba sus ojos.
— Buenos días Gumi. — saludó con una sonrisa, ahora si el día del azabache comenzaba bien.
— Buenos días. — Megumi hizo hacía atrás los cortos cabellos rosas para besar su frente.
De nuevo esa sensación de mariposas revoloteando en su estómago se hizo presente, su día comenzaba bien.
No hacía falta darse besos en los labios cuando había muchos otros lados donde dárselos, su favorito era el de la frente.
La sensación de los labios de Megumi en su frente siendo tan delicado, como si se rompiera, el tacto que tenían las manos de Megumi al hacer su cabello para atrás, esas caricias y luego el abrazo que solía venir acompañado del beso.
A pesar de que esos besos eran costumbres del día, Itadori los sentía como si fuese la primera vez en que sucedía y esa felicidad le llenaba a todo su ser.
— ¿Sabes lo que significan los besos en la frente? — preguntó de la nada, el azabache asintió.
— Sí, lo sé, quiero protegerte. — Itadori sonrió para besar la frente del otro, para que supiese lo que él sentía.
— Yo también quiero protegerte a ti, porque te amo.
Megumi sonrió para luego ser abrazado por los fuertes brazos de Itadori.
Yuuji podía ser fuerte, pero tenía un alma sensible, bella y pura que Fushiguro quería proteger con su corazón.
Ese tacto en su pálida piel de la frente, con los labios que a pesar que siempre estaban secos, con pellejitos que Yuuji se mordía y arrancaba, fue muy lindo. ¿Así se sentía los besos que le daba a Itadori?
Sin duda él también quería más.
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