Capítulo 17: Entre un sol y una noticia

159 28 30
                                        

Pensé que ya todo estaba arreglado, ¿por qué mi vida parecía estar sobre una montaña rusa? Corrí por las calles como un idiota porque no tenía dinero para un taxi. La casa de Tommy no es que quedara precisamente cerca de la floristería. Casi muero pensando en los escalones que tendría que subir cuando llegara al edificio. Resumiendo, llegué sin aire a la puerta y no pensé dos veces antes de tocar el timbre.

—P'Tom, soy yo. ¿Estás ahí?

La puerta se abrió enseguida y Tommy me vió curioso.

—¿Jimmy?

—P' — jadeé antes de seguir, todavía no recuperaba el aliento —, ¿por qué no me dijiste lo de China?

—Ah... ¿te lo dijo Zee? — Asentí. — Es que yo...

—¿Estás escapando a caso?

—¿Qué? No.

—¿Entonces por qué no me lo dijiste?

—Porque... no tengo mucha fé en que me acepten.

—Zee dijo todo lo contrario, tienes muchas posibilidades. — Con cada palabra que soltaba, me iba tranquilizando más. Ya relajado, le pedí que me contara la verdad con amabilidad. — P'... — lo nombré incitandolo a que hablara.

Tommy todavía se mantenía en silencio hasta que al final decidió contarme sus motivos.

—No te lo dije porque no quería estropearlo otra vez, acabábamos de "reconciliarnos" y... no creí que fuera el momento adecuado.

—Menos mal. — Me aferré a él, apretándolo un poco más de lo que debería. — Creí que era mi culpa que tuvieras que irte y que no supieras cómo decírmelo.

—¿Por qué siempre te responsabilizas por todo?  — Preguntó con dificultad. — No tiene que ver con lo nuestro. Me dí cuenta de lo mucho que me gusta la música y por ahora es a lo que quiero dedicarme, nada más.

—Espero que te acepten, bueno tal vez en el fondo no tanto porque tendrás que irte... p–pero es muy en el fondo.

—Lo entiendo, lo entiendo. — Expresó entre risas, acariciando mi espalda con el recortado movimiento al que mi abrazo lo tenía sometido.

—Entonces... cuéntame más sobre ese proyecto, quiero oírlo todo.

Se me olvidó por completo que había abandonado mi puesto de trabajo, pensé que regresaría pero... cuando estoy con Tommy todo a mi alrededor se desvanece, no existe nada más que él y yo. Y escucharlo hablar con entusiasmo hechizaba mis oídos, casi no podía sentir el tiempo pasar. Cuando me dí cuenta, ya eran las diez de la noche.

Nos veríamos la próxima semana para saber si sería aceptado en el trabajo. Mentí cuando dije que en el fondo esperaba que no se fuera, porque no es un sentimiento pequeño y escondido en una esquina de mi corazón, es en realidad un sentimiento grande y que está a flote, pero ¿cómo podía decirle eso? Imposible. Aun así, la dicha que compartió conmigo fue real, estaba feliz de verlo feliz. Y aunque no quiero que se vaya... me dolería mil veces más ver su cara de decepción, por eso rezaría para que pueda continuar su vida como él quiere.

Durante esa semana, elaboré una nueva lista y junto a Mizar y Alcor intentamos que alguno se cumpliera, sin embargo habíamos vuelto a fracasar.

Mizar apoyó su mano en mi hombro para calmar mi decepción. También me dijo que tuviera en cuenta cualquier aspecto, cualquier emoción, fuera positiva o negativa, pero no podía concebir la idea del mal. Tommy... no le habría deseado nada fatídico a su madre... ¿o sí? Ví cómo era en su adolescencia, siempre ha sido un chico bondadoso, tanto que a veces limita con su debilidad.

Polaris [Mii2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora