Polaris [Mii2]

Capítulo 6: Competencia

Una vez más, había despertado una vez más sobre el piso. Se me estaba haciendo una costumbre echarme sobre él porque me ayudaba a dejar la mente en blanco y a relajarme, pero la parte fea era despertar. Tenía la espalda congelada y adolorida, a eso último se le añadía el cuello también. Cualquier otro día, este hecho habría que me sintiera decepcionado pero hoy... hoy eso no me afectaba. Desde que Jimmy dijo aquellas palabras: <<Aunque parezca que el sol nunca saldrá, siempre debes mirar más allá. Te darás cuenta de que no es así>>, los días en los que hace sol me siento de buen humor, lo recuerdo a él y eso de alguna u otra forma, me hace sentir acogido.

Ya casi había olvidado cómo se sentía tener cerca a una persona que se interesara por ti. Sé que Jimmy lo hace porque es parte de su naturaleza; es alguien amable y empático. No me ha tomado mucho tiempo llegar a esa conclusión, de hecho, lo supe desde el primer momento en que lo conocí. No se habría tomado tantas molestias conmigo... empezando por el hecho de haberme salvado aquel día, sé eso. Bueno... todavía estoy en conflicto conmigo mismo, no sé si el que haya evitado mi muerte haya sido lo mejor. He estado pensando en eso desde hace mucho, pero que mucho tiempo; si estuviera muerto no tendría que preocuparme por nada, es la única forma de estar en paz. Yo... no soy para nada valiente, es lo que más odio de mí, de hecho, lo odio más que cualquier otra cosa en el mundo.

Sin darme cuenta, ya estaba frente al espejo, bañado, desayunado y casi listo para irme. Nunca me había tomado la molestia de contar... cuántas veces me perdía en la nada dentro de mi mente, podía sentirse como algo eterno pero a penas y consumía de quince a veinte minutos mi día. Salí de mi pequeña pero cómoda casa, aquella que probablemente tenga que abandonar dentro de poco. Estoy resignado a eso. Al final, no pude competir contra las palabras de mi madre y es lo que más ansiedad y desesperación me produce.

Llegué a la hora justa para encontrarme con Jimmy. Su sonrisa era contagiosa, me hacía sentir bien. Quisiera o no, estaba nervioso por esta repentina salida entre nosotros e ir al cine es algo que he hecho más veces solo que acompañado. Era como si le tuviera miedo a las personas... no, no a las personas, de lo que tengo miedo es de no cumplir con sus expectativas. Sí, es un miedo constante. Termino escondiéndome en un caparazón del que nunca estoy preparado para salir, pero que me encantaría dejar atrás.

La gente cree que soy arisco e indiferente a mi alrededor, en pocas palabras, termino dando una imágen contraria a la que quiero y encima... no puedo hacer nada para remediarlo. Así es como he vivido toda mi vida hasta ahora. Es por eso que estuve asustado cuando de casualidad nos encontramos con los amigos de Jimmy. Ellos se acercaron a mí como si nada y no tenía forma de haber previsto esto para repasar mi comportamiento. Pensé que estaría acabado, se me pasó por la cabeza que hasta Jimmy no querría volver a hablar conmigo. Es cierto que no podía saber el resultado, pero siempre estaba preparado para el peor de los casos.

Durante los primeros minutos, se me dificultaba respirar. Por mucho que inhalase no lograba llenar mis pulmones y estos pedían a gritos que lo hiciera. Lo intentaba tan desesperadamente que hasta llegaba a sentir un dolor en el pecho. Sin embargo, cuanto más trataban de hablar y bromear conmigo, más podía relajarme. Qué contradictoria es mi mente, pensé... muy inesperada también. Al final me tomé la libertad de creer que no les desagradaba mi ser y me permití disfrutar un poco.

Estábamos a punto de irnos de aquel centro comercial, cuando Jimmy quiso ir al baño y terminó encontrándose con otro amigo. Lo estábamos esperando yo y sus amigos afuera del baño y ahí fue cuando lo vimos salir acompañado de otro chico. Cuando lo vi tuve la breve sensación de que lo conocía. Enseguida mis pensamientos se ordenaron y me llevaron a una conclusión algo loca y cuerda a la vez. ¿Cabía la posibilidad de que... fuera Zee? ¿Mi amigo del colegio? ¿Y Zee era amigo de Jimmy? ¿El mundo de verdad era tan pequeño? Eran tantas preguntas dentro de mi cabeza.