Polaris [Mii2]

Capítulo 5: Zee

Siete de la mañana en punto... los nervios pudieron conmigo y no me dejaron dormir más. Haber programado la alarma a las nueve fue inútil y a pesar de que tengo sueño, no puedo hacer nada más que dar vueltas sobre el colchón y patear las cobijas para después volvérmelas a poner encima, todo en un círculo interminable e irritante.

No tenía ánimo de prender el teléfono, de lo único que tenía ganas, era de imaginar el rostro de Tommy. Me preguntaba, ¿cómo iría vestido? Sea lo que sea que se pusiera, iba a verse bien. Solo entonces fui capaz de sonreír como un tonto. ¡Ahhh, mi cabeza tienta contra mí mismo! Me levanté de la cama y corrí por toda la habitación, abrí las cortinas y no pude haber pedido mejor día para salir.

No sabía bien en qué gastar el tiempo que me quedaba, ya me había bañado, ya había desayunado y también me había cambiado de ropa. Sentado sobre el sofá, encendí la televisión pero sin intención alguna de prestar atención.

Poppy me envió un mensaje para saber dónde había quedado con Tommy y le respondí diciendo que no fuera un entrometido, pero lo ignoró por completo cambiando de tema. Esperaba por su propia seguridad que no hubiese preguntado con la intención de espiarnos, porque me encargaría de darle un buen golpe si me lo encontraba.

Salí de casa con el ánimo y la ilusión a tope. Todo a mi paso se volvía súper brillante y colorido, hacía mucho que no experimentaba este hermoso sentimiento. Ahora sé que... no debí frenarme a mí mismo, pero debo ser cuidadoso, porque una cosa es que haya aceptado mis sentimientos y otra es que vaya a sacarlos a flote, porque para mí la prioridad la prioridad era Tommy y el cómo se sentiría al respecto. Suspiré. Daría todo de mí, todo lo mejor para que me considerara, era lo único que podía decirme a mí mismo.

Había sido un poco impaciente y por eso llegué algo pronto al punto de encuentro. Pero Tommy resultó ser una persona puntual y más que llegar a la hora justa, llegó cinco minutos antes así que no tuve que esperar demasiado.

Cuando ya estuvo más cerca empecé a ponerme nervioso hasta el punto en que sentí como si empezaran a sudarme las manos. ¿Esto no estaba yendo demasiado lejos? Puse mi mejor sonrisa pero para mí, la de él era más brillante.

—¡P'Tom!

—Hola. — Dijo cuando por fin estuvo frente a mí.

Bien, ¿qué se supone que haría ahora? Más bien, qué decir, porque no lo sé.

—¿Quieres... caminar un rato antes de entrar?

—No estaría mal. — Rió y le sonreí. — ¿Ya revisaste las funciones? Creo que deberíamos comprar las entradas antes que nada.

—¡Oh! Tienes razón P'. Entonces vamos primero a eso.

Fuimos a revisar la cartelera y la verdad era que ninguna película llamaba mi atención lo suficiente. Como lo que más me importaba era pasar tiempo junto a Tommy, dejé que él la eligiera. No podía creer lo conmovido que me sentía, solo porque escogió ver una película infantil, a la vez me daba gracia; era irónico, tal vez porque ahora era un tema recurrente para nosotros y porque por mínimo que fuera, era algo que entendíamos los dos y eso, me llenaba de alegría.

Teníamos media hora antes de que la película iniciara. Mientras caminábamos trataba de pegarme a él como chicle, creo que lo hice demasiado obvio y torpe porque de reojo pude ver cómo con su mano se cubría la boca y sus hombros subían y bajaban debido a la risa que le producía mi acción. Que resultara divertido era un punto a mí favor aunque no era mi verdadera intención, pero así Tommy se sentía cada vez más cómodo.

Nos detuvimos a ver unos cuantos teléfonos y laptops, hablamos sobre cuáles compraríamos si tuviéramos dinero de sobra, qué televisor nos gustaría lucir en la sala de nuestras casas y cosas así. Nuestros gustos eran bastante similares. Así, sin notarlo demasiado, el tiempo de espera acabó y fuimos a ver la película.